THE OBJECTIVE
Opinión

¿Se puede saber qué demonios se fuman las fuentes de Jaime Peñafiel?

«El periodista, que nunca reveló escándalo alguno sobre Franco o Juan Carlos I, se ha soltado la faja con Letizia»

¿Se puede saber qué demonios se fuman las fuentes de Jaime Peñafiel?

Jaime Peñafiel, en una entrevista con THE OBJECTIVE. | Carmen Suárez

Jaime Peñafiel ha decidido despeñarse a lo grande y se ha tirado al precipicio sin frenos, llevado por el ansia de estamparse contra el suelo haciendo el mayor escándalo posible, levantando tremenda polvareda y dejando su cuerpo hecho un guiñapo sobre, faltaría más, el cadáver de su víctima favorita, la Reina de España. Así, el veterano periodista lleva varios días convertido en TT desde que abrió la boca para alimentar el culebrón con el que sigue promocionando su último libro, Letizia y yo, del que ya hablamos hace unas semanas a propósito de la carga de onanismo sentimental de los mensajes de Jaime del Burgo, aunque resulta conveniente retomar el asunto porque la cosa ha ido a peor.

Peñafiel ya no debe encontrar medios importantes que den cobijo a sus conspiranoias, así que ha peregrinado a lugares marginales donde su palabra pueda hacerse viral: más viral cuanto más bestia, claro, porque en YouTube el salseo ya no vende como antes, aquí se exige sangre y vísceras a saco paco, sin medida, porque de lo contrario el mensaje se pierde en el barullo del algoritmo. Otra cosa no, pero Jaime lo tiene claro.

El periodista, que nunca reveló escándalo alguno sobre Franco o Juan Carlos I, cuya figura sigue defendiendo «por su talante demasiado humano» (era tan humano que iba trincando comisiones y tenía una incontrolable tendencia a coleccionar ‘amigas entrañables’, una muestra inequívoca de humanidad), se ha soltado en cambio la faja con doña Letizia: no sabemos si se debe a que es mujer, a que no es de sangre real, a que es divorciada… Sea como fuere, el tipo no suelta a su presa, así le digan que se ha pasado tres pueblos. Cuando creíamos que ya no había más basura que remover, va y encuentra un nuevo saco de mierda que restregarnos por las narices.

Aquí va la joya de la corona de su discurso: «Recibo muchas llamadas y tengo una fuente fiable, desgraciadamente es fiable: dicen mis fuentes que Letizia tenía problemas para quedarse embarazada. Yo sé por otras fuentes que ella iba a Valencia, donde se estaba tratando de problemas genéticos. Según mis fuentes, su hermana Erika cedió sus óvulos a Letizia para que pudiera embarazarse. No es malo, ni extraño, ni criticable. Al parecer, por eso Erika tenía pasión por las hijas de Letizia, porque eran sus medio hijas. Tanta pasión tenía Erika que Letizia le prohibió ir a Zarzuela y acercarse a esas niñas. Y ese fue el motivo por el que Erika se suicidó. Eso me dicen mis fuentes».

Sus fuentes no saben que la donación de óvulos en España es anónima: revisen para ello el Real Decreto 412/1996 que regula la Ley sobre estos procesos. Además, según el marco jurídico de la Ley 14/2006 sobre técnicas de reproducción asistida, no puede haber vínculo entre la donante y la receptora. Erika nunca pudo donarle los óvulos a su hermana.

Sus fuentes olvidan que Erika Ortiz se suicidó el 7 de febrero de 2007, dos meses y pico antes de que naciera Sofía, así es que difícilmente podría ‘sentir pasión’ por ella, pues no llegó a conocerla jamás.

Y así todo.

¿Se puede saber qué demonios se fuman las fuentes de Jaime Peñafiel y por qué se traga el periodista todo lo que le cuentan?

Por si fuera poco, en las últimas horas también han arreciado las noticias de cotilleo zafio a propósito de Felipe VI, a quien Peñafiel dedicó unas palabras: «Con quien más feliz hubiera sido es casándose con Eva Sannum, pero su padre se lo impidió porque era modelo de ropa interior. Claro que eso comparado con lo que ahora sabemos del Emérito es un escándalo de parvulitos. ¿Hubiera sido mejor que Letizia? Como no fue un mujeriego, no hay mucho donde elegir».

Y es en esta última pullita donde conviene detenerse un momento, pues no sabemos si Peñafiel está echando leña al fuego que ha prendido Rebeca Quintáns, quien se hizo eco en El matí de Catalunya Ràdio de la supuesta homosexualidad del Rey de España: «Sobre su vida íntima hay rumores, es un tema muy delicado. La convivencia entre Felipe y Letizia está rodeada de dudas. De Felipe hay un cierre total, toda la información está muy controlada». A diferencia de Peñafiel, Quintáns ni siquiera se molesta en escudarse en sus fuentes: lo suelta y se queda tan ancha. Todo vale ya.

Hay que seguir de cerca esta maniobra contra la Casa Real: es sospechosamente cutre y rancia.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D