Gomá, Ana Belén, Sánchez y la fachosfera
«Las dos cepas musicales reaccionarias han sido siempre en España la canción de autor y la tuna»
1. Vino Javier Gomá a Málaga a presentar, en conversación con Manuel Arias Maldonado, Universal concreto (Taurus). Intenté escribir sobre el libro cuando se publicó hace unos meses, pero me intimidaba su perfección. No se me ocurrían frases que no parecieran churretes en el cristal. En la sala se percibía la admiración (devoción en muchos casos) que Gomá despierta. Eran seres singulares: mujeres interesantes, abogados, profesores, algún poeta, algún artista, filósofos. Le prestaron su atención, como dice Gomá, y este les dedicó atenciones. Fue una sesión memorable. De un aspecto sí puedo escribir, desde fuera. Pregunté sobre ello. Hay algo borgiano, de personaje de Borges, en el Gomá de Universal concreto. El autor dice que no es una síntesis de su tetralogía de la ejemplaridad, sino un libro único: el libro que hubiera escrito desde el principio si hubiera podido, si hubiera sabido escribirlo. Los de la tetralogía, y los otros de su órbita que también ha venido escribiendo estos años, constituyen así una biblioteca sustitutoria, de tanteo. Estos libros no estaban preparando Universal concreto, sino que estaban preparando, junto con la experiencia de la vida, al autor capaz de escribirlo.
2. La presentación de Universal concreto tuvo lugar en el auditorio del Museo Picasso. En un momento dado se repitió lo de que este artista es el gran genio malagueño. Para mí es una afirmación falsa y tuve el impulso de hacer, con el micrófono que se nos brindaba al público, no mi pregunta, sino esta declaración: «¡El gran genio malagueño, el único al que reconozco, es Chiquito de la Calzada!». Pero en el ultimísimo momento opté por no alterar la velada que tan ejemplarmente transcurría.
3. En el avance de la entrevista de Jordi Évole a Ana Belén que esta noche se emite en La Sexta, el presentador le dice a la cantante que en los mítines de Vox suena por los altavoces su canción España camisa blanca de mi esperanza. Ana Belén, al borde del soponcio, sentencia: «No han entendido la canción». ¿Cómo que no? Es una canción perfectamente ultraderechista, como todas las del género cantautoril. Las dos cepas musicales reaccionarias han sido siempre en España la canción de autor y la tuna. Cantautores y tunos, se perciban a sí mismos como se perciban (los cantautores, ya sabemos, como progresistas a tope), son nuestros fascistas musicales realmente existentes. En los mítines de Vox deberían poner también Clavelitos. (¡Armas fascistas guitarras y bandurrias!)
4. Ana Belén no es propiamente cantautora, vale. El cantautor es Víctor Manuel, su marido. Pero con este forma una suerte de consorcio matrimonial-cantautoril. ¡Ellos son el verdadero Consorcio! Técnicamente Ana Belén es, pues, una cantautora. Y por lo tanto es un objetivo de mis denuestos anticantautoriles. «Toda la pobre inocencia de la gente», decía en otra canción. Tal vez el verso más pringosamente fascista (y no era de Víctor Manuel: ¡se te adelantaron, chato!) de toda la canción de autor.
5. El dispensador de chistes para uso del poder Idafe ha llegado a la cumbre. Después de que el ministro Puente se sirviese de lo de «fachosfera», lo ha hecho también el presidente Sánchez en una entrevista de La Vanguardia. «Toda esa fachosfera», dice Sánchez, «lo que hace es polarizar, insultar». Hablar de «fachosfera», en cambio, no es polarizar ni insultar. Ni hablar de «derrocar» al Gobierno, como si fuera un ente absolutista al que no se pudiera criticar (¡o no votar!) legítimamente, sin incurrir en delito. Los periodistas de La Vanguardia (lo señaló Alsina) le hicieron el favor a Sánchez de cambiar «derrocar» por «derrotar». ¡Buenos chicos al servicio de Sánchez estos periodistas!