THE OBJECTIVE
El blog de Lucía Etxebarría

Carla Galeote y el exhibicionismo

«En su ansia por subir contenido que sea polémico, los influencers se saltan a la torera las más lógicas leyes de la prudencia»

Carla Galeote y el exhibicionismo

La creadora de contenido y activista feminista, Carla Galeote. | Gabriel Luengas

La influencer Carla Galeote es trending topic en España tras que haya grabado y difundido un vídeo de su vecino masturbándose. Vecino, de 70 años, según dice ella. La razón de la publicación era denunciar el comportamiento del hombre; siempre según dice ella.

Carla Galeote no es la primera que ha subido un contenido parecido, simplemente es la más famosa. La última de una larga lista. Y es que cada día son más las mujeres que usan las redes sociales para denunciar públicamente todo tipo de delitos contra la libertad sexual. Se han viralizado todo tipo de vídeos: uno en  el que un hombre tocaba una chica dormida en un autobús, otro en el que un tipo que se masturbaba en la playa mirando a una mujer, varios en que un tipo se toca mientras sigue una chica por la calle… 

Desgraciadamente, creo que todas las mujeres, o prácticamente todas, hemos pasado por una experiencia similar. En mi caso, la primera vez que me sucedió yo tenía cuatro años. Fue en el parque y había un señor frente a mí, tocándose. Desde luego no fue la última vez porque a partir de entonces he vivido la misma experiencia en muchas ocasiones. Y estoy segura de que las mujeres que me leen en su gran mayoría se identificarán conmigo.

 
¿Puedes grabar a un hombre que se está masturbando frente a ti y mirándote? 

Sí. Siempre y cuando lo esté haciendo frente a ti y, por lo tanto, él sepa que le estás grabando. Lo que no puedes hacer es lo que hizo Carla, porque en el vídeo de Carla se ve claramente que él no está en el balcón. Está en el salón de su casa y, a lo que parece, no la está mirando (al menos no en el trozo de vídeo que ella enseñó en redes). Y desde luego, de ninguna manera lo puedes difundir en redes.

El artículo 185 del actual Código Penal tipifica el delito de exhibicionismo, que castiga con prisión de 6 meses a 1 año o multa de 12 a 24 meses al que ejecutare o hiciere ejecutar a otra persona «actos de exhibición obscena». Se entiende por «actos de exhibición obscena» sólo aquéllos que tengan un inequívoco contenido sexual, y que se produzcan en circunstancias de inmediatez socialmente no aceptadas. Es decir: debe quedar claro que la persona que está viendo este comportamiento no lo ha solicitado y debe quedar claro también que está obligada a ver algo que no quería ver.  

En caso de que no haya menores o personas que tengan limitadas a sus capacidades cuando se produjera la exhibición obscena, no sería delito. Se quedaría en mera infracción administrativa. La Ley de Protección de la seguridad ciudadana (aprobada por la L.Orgánica 4/2015 de 30 de marzo), en su artículo 37.5, dispone que se castiga con infracción leve la realización de actos que atenten contra la libertad e indemnidad sexual, o ejecuten actos de exhibición obscena, cuando no se constituya delito.

Eso si te mira desde un balcón. Pero, si un señor te has seguido por la calle mientras se toca sus genitales, ese acto se consideraría acoso callejero. Y quede claro que si tu vecino se ha masturbado frente a ti no una sino varias veces podemos estar hablando de delito de acoso sexual y también de trato degradante. Las redes sociales no son nunca, nunca  en ningún caso, el medio adecuado para formular una denuncia.

 Una denuncia puede y debe articularse a través de los Cuerpos de Seguridad. Es más, difundir un vídeo de este contenido puede estar penado. Primero, porque el articulo 186 del Código Penal castiga con prisión de 6 meses a 1 año, o multa de 12 a 24, al que difundiere o exhibiere material pornográfico entre menores de edad o personas con problemas de incapacidad (y tú nunca sabes quién puedo ver el vídeo). Además, puedes incurrir en delito de revelación de secretos, de difusión de la intimidad, delito contra el honor… 

En el caso de Carla Galeote, ella ha difundido el vídeo a través de una plataforma que ella monetiza, de la cual saca dinero (pues cobra por anunciar productos en dicha plataforma). Desde un perfil de TikTok que, tal y como hemos visto, alcanza una enorme difusión (el vídeo lo han visto ya en muchos países de América Latina), lo cual empeora las cosas.

Si nos atenemos al derecho a la información no se debe compartir contenido que pueda perjudicar a terceros, y sin ofrecer a esos terceros la posibilidad de defenderse y explicarse. Para denunciar cualquier tipo de contenido delictivo (sea sexual o no) hay que acudir a las instituciones pertinentes, no tomarnos la justicia por nuestra mano.

En el caso particular de Carla Galeote mucha gente sabe dónde vive ella, de forma que sería muy fácil que alguien ya haya identificado al señor que aparece en el vídeo. Pero es que también le pueden denunciar terceras personas que vivan cerca de su casa y a  las que alguien haya confundido con el señor del vídeo. Cualquier persona habrá creído reconocer al tipo del vídeo. De hecho, ahora medio Internet le está buscando

Imagine que una señora ve ese tejado y ese balcón y se convence de que el tipo del vídeo es su marido. O a un señor no le cabe duda de que el tipo del vídeo es su empleado. No solo hace falta que se reconozca el tipo del vídeo, basta que otras personas hayan podido ser identificadas a partir de una equivocación. Eso ya crearía un conflicto considerable, y estas personas podrían exigir explicaciones a Carla Galeote. 

Pero imaginemos que alguien reconoce de verdad al tipo del vídeo y que esto le crea un conflicto al vecino masturbador porque o bien está casado, o bien trabaja en algún tipo de entorno en el que esto le puede perjudicar, o bien su familia y su entorno son particularmente conservadores… Las consecuencias serían imprevisibles.

En fin, entonces lo que ustedes estarán preguntando es ¿qué debo hacer si me sucede algo parecido?

Sí, puedes grabar. Pero solo en el caso de que el individuo masturbador se esté dirigiendo directamente a ti y de que esté en una situación de inmediatez (no nos quedaba claro si en el caso de Carla él estaba dirigiendo a ella, puesto que en el vídeo parece más bien que el señor se masturba mientras mira a la televisión).

De ninguna manera podrías grabarle si está en la intimidad del hogar y no sabe que está siendo grabado. Piensa que fuera la situación inversa. Tú te estás cambiando de ropa o estás teniendo sexo con alguien o te estás masturbando o simplemente estás en bragas y sujetador viendo la tele. Si el vecino te graba, el vecino está cometiendo un delito. Pues de la misma manera tú no puedes grabar a nadie que está dentro de su casa. Mucho menos aún si él no sabe que está siendo grabado (en el vídeo que difundió Carla la impresión que transmitían es que el hombre no tenía ni idea de que le estaban grabando, mucho menos de que alguien lo iba a difundir).

Imagina que te encuentras en esa situación. Tu vecino se está masturbando mientras te mira. Tú obviamente puedes cerrar la ventana y meterte en tu salón. Imagínate que esta situación se repite. Cada vez que tú te acercas a la ventana o al balcón te encuentras al vecino. Esto suele suceder en verano con gente que toma el sol en la terraza. También me han contado historias muchas chicas jóvenes de que les sucede con un vecino, y de que se lo han encontrado no una sola vez, sino a menudo.

Si pillas al vecino masturbándose mientras  te mira esto es lo que debes hacer.

Envía un burofax al vecino, que debe contener claramente dos premisas. Una: Explica que no deseas que se masturbe delante de ti. Dos: explica las consecuencias de sus actos. Explica que te hace sentir extrema ansiedad. El tono debe ser frío. No puedes insultarle. Mucho menos amenazarle. Pero no basta con que hagas como Carla y te vayas a tocar a su interfono. 

¿Por qué te pido que hagas esto? Para que ante el juez puedas probar que tú no estabas deseando este intercambio, que el tipo no se estaba masturbando porque teníais algún tipo de juego erótico entre vecinos.

– Grábale. Por supuesto que puedes grabarle, siempre y cuando él se masturbe en un espacio que no sea un ámbito privado (es decir, que no está dentro de su salón con la ventana abierta sino que está en el balcón o justo en el borde de la ventana) y quede claro que sabe que le estás viendo y le estás grabando. 

Pero no puedes difundir esta grabación. Tampoco podrías grabarle con un zoom panorámico y sin que él supiera que le grabas. Si él está lo suficientemente cerca debes decir en el vídeo «que sepas que te estoy grabando y que estoy llevando este vídeo a la policía porque no me apetece que te masturbes delante de mí». Recuerda que debes dejar claro que ese comportamiento no era bienvenido por tu parte y que de ninguna manera tú se lo habías solicitado.

– Preséntate en comisaría con la copia del burofax y las grabaciones. Estas grabaciones se las puedes entregar al juez y las puedes enseñar en comisaría, pero no puedes difundir esas grabaciones ni por WhatsApp ni por ningún medio, ni mucho menos subirlas a redes sociales.

– Si en comisaría no te hacen caso lleva las grabaciones a un abogado e insiste en que quieres denunciar a tu vecino por delito de trato degradante (artículos 15.1 y 173.1 del Código Penal). Hay jurisprudencia y sentencias previas, con condena de cárcel y orden de alejamiento. Es decir: si solo se ha masturbado una vez ya es grave, pero si lo hace a menudo podría ser acoso sexual o trato degradante. Deja que el juez lo decida. 

Pero de ninguna manera puedes hacer lo que ha hecho Carla Galeote. 

Damos por hecho que su vecino no le va a denunciar, pero podría hacerlo. Por delito de injurias graves y delito de revelación de secreto. Ha captado una imagen sin consentimiento, en un acto muy íntimo, y en el interior de un domicilio, que es ámbito privado e íntimo.  Y todo ello, dándole una gran difusión, y obteniendo beneficio por ello. Algo que podría suponer entre tres y cinco años de prisión.

El problema es que personas como Carla Galeote son un ejemplo para otras personas que les siguen.  Yo he leído ya muchas veces a mujeres que le dan la razón a Carla y que dicen que ellas harían lo mismo. No, no lo hagas porque te puedes ver en un problema.

Por último algo sobre lo que deberíamos reflexionar es sobre el problema de las influencers que se convierten en modelos a imitar.

Muchas chicas creen ahora que Carla Galeote tenía razón y que es legítimo, aunque no sea legal, difundir un vídeo si se quiere denunciar un delito. En otros casos, imitando a la influencer de turno, otras chicas han dejado la píldora y otras se han puesto gotas de limón en el ojo para aclararlo. 

El último caso que he visto ha sido el de una influencer que decía en redes que en cuanto tú trataras tus traumas ibas a dejar las adicciones. No es cierto, la adicción es un proceso multifactorial en el que a veces hay traumas de infancia pero a veces no los hay. Simplemente hay un déficit o un problema en los neurorreceptores.

Para colmo, los y las influencers están obligados a proporcionar constantemente contenido para poder monetizar sus redes. Y esto hace que, en su ansia por subir contenido que sea polémico, se salten a la torera las más lógicas leyes de la prudencia. Yo tengo un perfil de Instagram y sí que alguna vez le he pillado a un tío mirándome y tocándose (y sé que muchísimas mujeres que han tomado el sol en su terraza se han visto enfrentadas a la misma situación) mientras tomaba el sol en la terraza, pero ya sabía que no podía subir al susodicho a redes. Se entiende que Carla Galeote, que ha estudiado Derecho, lo debería saber mejor que yo. 

Entonces, ¿por qué se ha arriesgado a subir ese vídeo? Porque necesitaba contenido. Y no cualquier tipo de contenido. Contenido que pudiera viralizarse. Lo triste de esta historia es que finalmente, y de momento, la polémica ha beneficiado a Carla Galeote. La ha convertido en una mujer famosísima cuyo nombre ya se conoce en varios países de América Latina, y cuyo nombre conoce usted ahora, lector o lectora que quizá no tenía ni idea de quién era esta chica hasta hoy. Sus seguidores en redes han subido y, por lo tanto, se ha incrementado la cantidad de dinero que Carla puede pedir a partir de ahora por promocionar productos. 

Entre ellos paradójicamente, Carla promociona aparatos para facilitar la masturbación femenina. Y es que en el caso de Carla, como el de tantos influencers, la ostentación es la bandera más clara de la hipocresía. El vecino de Galeote es exhibicionista sexual. Carla es otro tipo de exhibicionista, pero también le gusta exhibirse. 

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