THE OBJECTIVE
Opinión

Polar, la multinacional que crece en 100 países a la zaga de la migración venezolana

La famosa arepa venezolana construye una reputación de comida rápida y versátil, y conquista paladares extranjeros

Polar, la multinacional que crece en 100 países a la zaga de la migración venezolana

Cartel de Polar. | Zuma Press

Entre las multinacionales de origen latinoamericano destaca hoy la expansión del grupo privado venezolano Empresas Polar. Su efectiva estrategia de internacionalización la ha llevado a poner sus marcas de alimentos y bebidas en 100 países de América, Europa y Asia. Y todavía apunta más alto. La nave insignia de esta incursión internacional es P.A.N, la harina de maíz precocida sembrada en la identidad del venezolano común desde hace décadas. Ahora Polar lo usa como marca global de varios de sus productos.

«La visión de Polar está cambiando. Hoy vemos al mundo de manera diferente. Vemos grandes oportunidades afuera sin de ninguna manera desatender al mercado venezolano que sigue siendo el más importante», acota en entrevista Félix Gastón, CEO de Negocios Internacionales de Empresas Polar, que a la postre es la firma privada más importante de Venezuela y la segunda, después de la estatal petrolera PDVSA. Polar y su presidente, Lorenzo Mendoza, han resistido los duros ataques y amenazas directas del chavismo en el poder en Venezuela desde los últimos 25 años. Pero esa es otra historia.

Los venezolanos han salido en desbandada para escapar de la peor crisis económica vivida por un país americano sin que mediara una guerra o un gran desastre natural, pero se han llevado consigo los recuerdos y la memoria gustativa de alimentos que forman parte de su nacionalidad, como la arepa.  Este sencillo pan de maíz, elaborado con harina refinada precocida, hoy se puede degustar, con sus rellenos característicos, en cualquier ciudad del mundo por donde ande dispersa la nación venezolana.

R4V, una plataforma coordinada por Acnur, agencia de la ONU para refugiados, reseña que ya son al menos 7,722 millones de migrantes venezolanos, lo que supone que uno de cada cuatro nacidos en ese contrariado país de la América del sur vive hoy en el extranjero. España, con 477.000 registrados a julio del año 2022, es el quinto destino de esta diáspora considerada por historiadores y sociólogos como la más grande trashumancia vivida por cualquier país americano en el siglo 20 y lo que va del 21.

En el lado positivo de esta ola migratoria destacan las oportunidades de negocios para empresas y personas que han destacado en sus diversas áreas.    Así como en algún momento de la historia la expansión de los italianos y su gastronomía por decenas de países hizo de la pizza un plato popular en todo el mundo, la famosa arepa venezolana construye grano a grano una reputación de comida rápida y versátil, y conquista paladares extranjeros. Aquí calza la piedra angular de la estrategia internacional de Polar.  

De la harina a la mesa

«Vemos muchísimas oportunidades. Vamos a ir llevando nuestros productos cada vez a más consumidores en los mercados potenciales, a los 100 países objetivo. Hoy día PAN es una marca global pero no solo de harina precocida. Va a ser la marca de los productos alimenticios de Empresas Polar. Esa es la decisión de esta compañía», explica Gastón.

Ya en esos países están presentes con productos congelados, atún enlatado, pastas alimenticias, caraotas (judías negras) enlatadas y rellenos congelados de carne, de cerdo, de pollo, todos marca PAN, detalla el ejecutivo en esta entrevista: «Es decir, la marca PAN se va a convertir en la marca de los alimentos de calidad e innovadores de Empresas Polar en el mundo, eso lo estamos construyendo, obviamente no va a ser fácil, pero en esa estrategia estamos».

Polar será a su vez –ya lo es- la marca de bebidas, donde se agrupan la cerveza Polar Pilsen y Maltín Polar (bebida no alcohólica a base malta). «Al tener estas dos marcas bandera nos vamos a focalizar en los mercados potenciales», dice sobre el objetivo de pasar de los actuales 10 a 20 países con operaciones propias. También apuntan a cerrar la brecha con las harinas y potenciar las ventas de productos de mayor valor agregado, como margarinas, mayonesas, achocolatados, productos alimenticios, quesos, tequeños y congelados. «Eso es lo que va a ser el futuro de empresas Polar en el mundo entero», explica.

El tequeño, por cierto, es un bocadillo frito muy venezolano, hecho de queso fresco forrado por una delgada capa de masa de trigo. Hoy también ha conquistado paladares por el mundo y según datos manejados por Gastón, ya está presente en el 70% de los bares de España.

Al usar la expansión de la pizza como analogía, observa que la estrategia de Polar es ir migrando a los productos ya elaborados: «Es decir, lo que más vendemos hoy en el mundo, lo que más crece porcentualmente no es la harina precocida de maíz, son los productos elaborados, las arepas congeladas, rellenos, los tequeños. El mundo al final va a productos listos para cocinar, listos para comer, esa es la tendencia global y nosotros también estamos en esa onda». «La tendencia de la arepa ha sido global como desayuno, como producto en el mundo».

«Este proceso de internacionalización nos ha ayudado a entender el mundo y la nueva estrategia de empresas polar es romper esas barreras que nos permita llegar a mayor cantidad de personas en su día a día, más allá de la nacionalidad», agrega. Pone como ejemplo la venta masiva de los tequeños en España, país de las croquetas y las tapas donde ya venden casi 80 millones de este entremés. O de la bebida Maltín Polar, ya presente en 63 países: «Tenemos muchísimas oportunidades para llegar a esos consumidores».

Un caso de estudio corporativo 

La expansión internacional de Polar comenzó tímidamente antes de la llegada del chavismo al poder en Venezuela. La primera incursión fue en Colombia –donde también se consumen varios tipos de arepas- con la compra de la firma local Promasa, hoy Alimentos Polar Colombia. Era una expansión muy regional en esa época previa a las olas migratorias de venezolanos.

Después ampliaron sus actividades regionales con Frito Lay (una marca de snacks) y en 2010 establecen una alianza con Pepsi Co para estar en el populoso mercado de México. La segunda etapa de esta internacionalización comenzó después de 2010, cuando el grupo comenzó a exportar para atender la demanda de venezolanos que estaban principalmente en Estados Unidos, España y algunos países latinoamericanos. 

El plan era atender esa demanda que desde 2015 se fue incrementando de manera muy significativa en la medida en que aumentaba el número de venezolanos en el exterior. Ya son 8,5 millones en más de 100 países en los cinco continentes, según los datos actualizados que maneja Gastón. Solamente en Estados Unidos pasaron de 440.000 personas en 2020 a 850.000 en 2024.

«Si bien la estrategia de Empresas Polar era atender esa demanda, hoy día esa estrategia va mucho más allá, en función de la experiencia que hemos tenido», dice sobre el interés de conquistar nuevos paladares y mercados y llegar a países menos pensados, como Japón o Corea del Sur, Taiwán, Tailandia, Vietnam, Nueva Zelanda y Australia. En Vietnam por ejemplo tiene un distribuidor, una cadena de food truck (camiones móviles) «para vender arepas que son vietnamitas».

«Te sorprende porque, obviamente, la mayoría de nuestros consumidores en el mundo es la comunidad venezolana, pero hoy día por ejemplo en Vietnam, en Tailandia y Corea del Sur no hay muchos venezolanos. Estás impactando a muchísima gente que no son venezolanos. La tendencia de la arepa ha sido global como desayuno, como producto en el mundo». En esos 100 donde están presentes, «el principal consumidor y embajador es el venezolano que puede representar entre 70 y 80 por ciento de las ventas. Hasta hace cinco años era el 99 por ciento», acota.

Pero todavía Polar sigue siendo más grande dentro que fuera de Venezuela, aclara el ejecutivo. En ventas de harina de maíz que es el producto emblema, todavía el 70% está en Venezuela y el 30% fuera del país, incluyendo Colombia. «Seguimos siendo una compañía principalmente venezolana, pero la verdad es que pasar del 90% a tener hoy el 70% en Venezuela es porque hemos tenido mucho crecimiento en los últimos cinco años». Aparte de sus plantas en Venezuela y Colombia, antes del 2020 solo tenían una en Greenvillage, Texas, montada en 2014.

Hoy tienen plantas propias y oficinas comerciales en Ecuador, Colombia, Perú, Chile, Panamá, México, Estados Unidos (otra planta en Florida), Curazao, Aruba, Bonaire y España. Desde EEUU atienden el mercado de ese país, y exportan principalmente desde el puerto de San Diego a México, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón. Latinoamérica la atienden desde Colombia. Venezuela contribuye con algunas exportaciones para el mercado latinoamericano en el caso de margarinas y mayonesa Mavesa, Rikesa (un tipo de queso fundido) Toddy (bebida achocolatada).

En España Polar fabrica quesos frescos tipo venezolanos junto con la pequeña empresa Antojos Araguaney. La intención es llevarlos al mundo, a Estados Unidos, con la formulación de España, donde en 2023 ganaron el premio del mejor queso fresco de la Comunidad de Madrid, dice Gastón. El mercado de Estados Unidos es importante por cierto no solo por el número de migrantes venezolanos, sino por la comunidad latina o de hispanos, que suma 70 millones de personas y generan un PIB que equivale al de México y Brasil juntos.

«En el negocio internacional hemos crecido en los últimos cinco años 25% a 27% interanual, eso es una barbaridad. En EEUU hemos crecido mucho más sobre todo después de que tenemos  distribución propia a través de nuestra fuerza de ventas. Estados Unidos seguramente va a tener  un tamaño si acaso no mayor que el de Venezuela». En el año pasado, comparado con el 2022 crecieron 24% a escala global, «y vamos a crecer alrededor de 26% este año, dos puntos porcentuales más».

Gastón no revela el tamaño de este negocio medido en dólares. Pero recapitula un dato ya conocido a escala global: Polar vende 520 millones de paquetes de Harina PAN, incluyendo Venezuela, (65%) y un 35% en resto del mundo. En Venezuela el kilo de harina Pan en puntos finales vale cerca de un euro. Los datos sobre las ventas del grupo ilustran su diversificación más allá de la emblemática harina con la que quiere conquistar el mundo.

Hoy el 50% de sus ventas son de esta harina de maíz precocida y sus mezclas, el 25% son cervezas y maltas y el 23% ya son productos congelados y refrigerados. Hace 10 años ese último segmento era cero, y el 90% de las ventas del grupo era harinas. «El nicho de congelados es uno de los prioritarios, claro, porque estamos yendo de productos commodities a productos de mayor valor agregado en términos de consumo. En el mercado internacional más moderno el consumidor va a productos listos para calentar, o listos para comer. Toda la industria de alimentos va a esas dos tendencias: salud y bienestar y conveniencia».

Los trastornos en los mercados globales de materias primas agrícolas, los problemas en las cadenas de suministros, los conflictos geopolíticos como el ataque de Rusia contra Ucrania (un importante productor mundial de maíz y trigo), el cambio climático que arruina cosechas impactan esta industria global, asiente Gastón.

«Nos afecta a todos. Es como manejar Venezuela por 10. Uno tiende a pensar que los problemas son solo en Venezuela y no es así. Te vas acostumbrando a que la dinámica del mundo es así, al final los centros de abastecimiento deben estar lo más cercano a los mercados», dice al explicar que los problemas logísticos, las normas arancelarias y para arancelarias reducen posibilidades a la estrategia de exportación de una empresa.

Pero como tampoco puedes montar plantas en 100 países, tienes que ir a alianzas estratégicas, comerciales y de manufactura con otras empresas, como con cervecería Mahou, en España, para elaborar la Polar Pilsen. «Hoy día manejamos unas 30 compañías que nos hacen productos para el resto del mundo, si no, no tienes posibilidad de hacerlo», dice sobre la necesidad de disminuir la dependencia a la situación global y mantener una confiable relación comercial con los clientes.

«Somos una compañía muy pequeña en un mercado de gigantes. Nos metemos a codazos y el pequeño espacio que te están dando no lo puedes perder, tenemos que garantizar el abastecimiento, y mantener esa producción», afirma. En España ya han agrandado la planta de Madrid y sellaron alianzas de manufactura para poder abastecer el mercado europeo. A finales de año tienen previsto abrir otro centro de distribución en Barcelona.

Ya desde la península llevan productos a Guinea Bissau, Marruecos, Suráfrica, Israel, Palestina, Jordania, Turquía, Emiratos Árabes, Kuwait, Tailandia, Vietnam, Singapur, Malasia, Corea y Japón. «España es la cabeza de playa del mercado europeo», y también de muchos otros países fuera de la Unión Europea, inclusive donde la presencia de venezolanos y sus alforjas no es tan conocida.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D