El nuevo hotel nazi
«Cuando el Gobierno alienta la persecución de los judíos en Israel, autoriza la caza de judíos muros adentro del Ritz»
No existen los neofascistas ni los ‘neo’ nada, existen los fascistas. No busquen a los fascistas en el PP, no los encontrarán, igual que no encontrarán a los socialdemócratas en la dirección nada honesta del PSOE. Los ‘neo’ son un invento para suavizar el corte radical de los extremos, que no son nuevos ni recientes. Se han limitado a cambiar de vestuario a fin de ensalzar una ideología. No hay neonazis de ningún tipo, son directamente nazis, con otro disfraz, pero con el caudal de odio intacto.
El hotel Ritz de Madrid nos invita en un video de Instagram a visitarlo. El anfitrión, el que nos conduce por el vestíbulo, es un tipejo con barbita que oculta su esencia nazi. Lo deja claro al inicio de la publicidad con las palabras: «Antiguamente se decía que si querías ser alguien tenías que ir al Palace y si ya eras alguien tenías que venir al Ritz. Inaugurado por Alfonso XIII aquí se alojaron huéspedes como el jefe de las SS alemanas Heinrich Himmler, la espía Mata Hari, el pintor Salvador Dalí, Millan- Astray…(sic)».
El tipejo no aclara quién fue Millán-Astray, que desde luego era alguien, ya que su posible clientela debería saberlo. Fue el fundador de la Legión, el general que inició la Guerra Civil con Franco y la aniquilación física de la discrepancia durante tres años. Franco podía haber ganado la guerra poco después del golpe de estado del 36, pero prefirió asesinar a los españoles de izquierdas, cientos de miles. En la publicidad nada encubierta, véanla nada más leer este artículo poniendo en el buscador de Instagram la palabra Ritz, encontrarán enseguida el video, se ve al barbitas caminar alegremente, el malnacido. Ya saben ustedes, si son personas de izquierdas que quieren darse el capricho de merendar en el Ritz, seguramente les recibirán con insultos.
Solo que el vídeo de menos de un minuto empieza recordando al huésped Heinrich Himmler, el primero que nombra. El hijo de la grandísima perra nazi era el jefe de las SS, en efecto, la fuerza nazi destinada a cazar y eliminar a seis millones de judío en el frente de guerra y en los campos de exterminio. Hitler libró dos guerras, una contra los aliados, la que perdió, y la segunda contra los judíos, la que ganó. Los judíos del este constituían el pueblo más pobre de Europa, matanza reivindicada por la publicidad del Ritz.
Que se ensalce con toda impunidad a un jefe nazi es el logro mísero de la vicepresidencia del Gobierno, cuyo presidente y secretario general del PSOE interpreta el papel de colaborador necesario del racismo, xenofobia estatal contra el pueblo judío.
Yolanda Díaz declaró: «Desde el río hasta el mar» (sic). Que se aliente y se jalee la expulsión de los judíos de su tierra, Israel, representa un acto de injerencia y una defensa de los que mandan en Gaza, los terroristas. Esta izquierdista de pacotilla, yo soy un socialdemócrata clásico, niega a los judíos la existencia de un Estado judío, lo que es una evidencia histórica. Es como el tontolaba que niega a los árabes tener un estado árabe. Claro, pero la comunista, no neocomunista, la comunista admiradora de las dictaduras prefiere echar a los judíos de su tierra. Hay datos que no ofrece, Palestina nunca existió, fue el nombre con el que los romanos sustituyeron el nombre de Judea, la tierra de los judíos. Tampoco aclara la imbécil, sí, imbécil, que el plan Allon quería devolver a los palestinos, al poco de terminar la guerra de 1967, la mayoría de Cisjordania.
Por cierto, no existe el apartheid en la tierra de Israel, donde un quinto de la población, dos millones de palestinos, son ciudadanos de pleno derecho.
Cuando el Gobierno alienta la persecución de los judíos en Israel, autoriza la caza de judíos muros adentro del Ritz, el nuevo hotel nazi. Sin la autorización, taxativa, no hubiese sido posible que el Ritz declarase su admiración a Himler. Las direcciones del PSOE y de Sumar, finiquitada por ley la neutralidad universitaria, permiten que se persiga a los judíos, docentes y alumnos, en nuestros centros universitarios. Las declaraciones de los ministros de la falsa izquierda aprueban que, en España, una nación liberal, se discrimine a un pueblo, el pueblo judío. En realidad, buscan la expulsión de los judíos, revitalizando el edicto de Granada de finales de la edad media.