THE OBJECTIVE
Opinión

Seis factores que disparan la ansiedad: no intentes controlarla, enfréntate a sus causas

Centrarse en quitar la ansiedad sin ir a su origen, es como querer quitar la fiebre, sin ir a limpiar la infección

Seis factores que disparan la ansiedad: no intentes controlarla, enfréntate a sus causas

Una persona con ansiedad | Canva

Es sorprendente cómo cuando alguien, tiene ansiedad, parece condenado a tener que vivir con ella. La mayoría de intervenciones que aplican los profesionales sanitarios actualmente, son fruto de un enfoque miope y cortoplacista, que se queda exclusivamente en tratar de reducirla o poder gestionarla mejor, e incluso, cambiar la forma de relacionarnos con ella.

Lógicamente, esto no es poco, ya que cuando se tiene una ansiedad alta, nos encontramos muy paralizados y padecemos un enorme malestar, por lo que poder disminuirla o que nos afecte menos mejorará enormemente nuestra calidad de vida.

Sin embargo, parece que deberemos tenerla como compañera de viaje a lo largo de nuestra vida. Una compañera que es, por mucho que la pongan bonita en pelis de Pixar, un verdadero suplicio.

Como habrás podido leer mil veces, la ansiedad es el mecanismo de alerta que tiene tu cuerpo para decirte que algo te está resultando amenazante, que hay un peligro.

Esta explicación, si bien es cierta, no acaba de llegar al fondo del problema, y es entender por qué hay temas que resultan amenazantes cuando aparentemente no lo son, o por qué he llegado a tal punto, en el que todo me parece una amenaza.

Es importante entender que la ansiedad no es como una enfermedad fruto de un virus, que aparece de la nada y entra en nuestro cuerpo, siendo un factor exterior, sino que es consecuencia de cosas que están pasando en nuestra vida, es un factor interior.

Es por eso que centrarse en quitar la ansiedad sin ir a su origen, es como querer quitar la fiebre, sin ir a limpiar la infección que la está provocando, por lo que por mucho que logres calmarla con diferentes procedimientos, simplemente, va a volver.

Factores que disparan la ansiedad

Aunque en cada persona los motivos pueden ser muy diferentes, estas suelen ser las cuestiones más frecuentes por la que padecemos ansiedad

Cortisol estrés ansiedad
Cortisol estrés ansiedad

Represión y evitación emocional

Cuando intentamos huir de emociones o situaciones que nos hacen sentirnos mal, tratando de evadirnos de ellas, no sentirlas o taparlas con otra cosa (distraernos, actividades, sustancias, fármacos…) suelen provocar que nuestros niveles de ansiedad aumenten y cada vez le tengamos más miedo a esas sensaciones por lo que cada vez nuestra sensación de amenaza es mayor.

Acoger nuestras emociones y permitírnoslas, sentir nos ayuda a entender esos sentimientos, lo que hace que parezcan menos peligrosos, no se acumularán hasta que sean imposibles de manejar y nos demostraremos que somos capaces de enfrentarlos.

Evadir las decisiones en nuestra vida

Si dejamos de elegir lo que queremos realmente en nuestra vida, si no elegimos cómo enfrentar aquello que nos pasa, la sensación de no control y de impotencia ante lo que venga, disparará nuestro circuito de alerta, ya que nos amoldaremos a lo que ocurre (aunque no nos guste) en lugar de tener el control de nuestras vidas.

Tomar decisiones es, con diferencia, el mejor ansiolítico, ya que nos quita esa horrible sensación de impotencia, vulnerabilidad y no control tan presente en la ansiedad y es la única forma de poner fin a situaciones que nos hacen daño.

Machacarte de forma autocrítica y perfeccionista

Estar todo el rato recalcándonos aquello que deberíamos hacer bien, ponernos estándares de perfección inalcanzables o torturarnos culposamente por lo malo que hay en nosotros o lo que deberíamos haber hecho de otra forma es un disparador natural de ansiedad, ya que estamos siendo atacados por ese juez interno, que además, al ser nosotros mismos, nunca podemos huir de él, por lo que la sensación de amenaza es brutal.

Aprender a aceptar nuestros errores y mirarnos de una forma compasiva, conmovidos por aquello que nos ocurre, nos ayuda a bajar nuestra ansiedad, y esto nos hace ser más eficaces a la hora de esforzarnos o trabajar en lo que
queremos conseguir.

No defenderte o ser poco asertivo

Cuando renunciamos a la rabia, que es el proceso adaptativo que tiene nuestro cuerpo para defenderse, cuando no ponemos límites de la forma adecuada, es imposible no sentirnos indefensos, y eso claramente es peligroso, por lo que se activará nuestro circuito de alerta.

Actuar de forma asertiva, pudiendo marcar líneas rojas de lo que es inadmisible para nosotros y defendernos aunque nos cueste o nos dé miedo, es un requisito indispensable si queremos acabar con la ansiedad.

Sobreesfuerzo

El exceso de carga mental, de trabajo, de obligaciones puede hacer que nos sintamos desbordados, esa sensación de no llegar es clave y altamente amenazante.

Aquí hay que identificar bien qué es realmente importante y qué no, para saber a qué renunciar o como priorizarlo sin torturarnos.

Factores externos

Hay factores que influyen en nuestro malestar que nos generan malestar y escapan a nosotros: la inestabilidad de tener un contrato temporal, padecer una enfermedad o la dificultad para realizar cosas importantes como poder independizarse y salir de casa.

En estos aspectos identificarlo, puede llevarnos a poder trazar un plan para ello, pero no siempre depende de nosotros, por lo que al menos, es bueno ser conscientes para no torturarnos con ello y culpabilizarnos de nuestro malestar, a veces, sentir ansiedad ante ciertas cosas difíciles, es simplemente la evidencia de que eres un ser humano.

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D