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Opinión

Depresión: tipos y cómo superarlas

Esta enfermedad se manifiesta de diversas formas, y entender sus diferentes tipos es crucial para abordarla

Depresión: tipos y cómo superarlas

Una persona con depresión | Canva

Los enfoques tradicionales sobre la depresión suelen centrarse en definirla y especificar sus síntomas. Sin embargo, este énfasis en el diagnóstico ofrece solo una imagen estática de la persona deprimida, sin abordar lo que realmente importa: ¿Qué nos lleva a la depresión y qué aspectos de nuestra vida estamos manejando que nos impiden superarla?

Para entender cómo superar la depresión, es crucial reconocer que esta no es el problema en sí mismo, sino el resultado de cómo gestionamos otros aspectos de nuestra vida.

Tipos de depresión y cómo abordarlas

En lugar de solo enfocarnos en los síntomas, debemos explorar las causas subyacentes que nos llevan a sentirnos así. Solo al comprender estas dinámicas podremos encontrar un camino hacia la recuperación y el bienestar emocional.

Con todo, la depresión es una psicopatología compleja que puede manifestarse de diversas formas, y entender sus diferentes tipos es crucial para abordarla de manera efectiva.

A continuación, expondré varios tipos de depresión, sus causas y posibles soluciones. Hay que tener en cuenta que esta no es una clasificación clínica ni científica, sino una forma de explicarlo de forma sencilla para que todo el mundo pueda entender mejor por qué está deprimido, y sobre todo qué puede hacer para superarlo.

Depresión autocrítica

La depresión autocrítica es cada vez más común en un mundo donde la superficialidad y el individualismo predominan. Muchas personas se someten a una constante autoexigencia para intentar llegar a un perfeccionismo neruótico, convirtiendo su voz interna en un juez implacable que les machaca sin parar ni estar nunca satisfecho.

Esto genera una profunda insatisfacción, ya que nunca se sienten suficientemente buenos. El miedo a no ser válidos impulsa a buscar ser la mejor versión de uno mismo, pero esta autocrítica perpetua solo conduce a la depresión y la ansiedad y es que es imposible tener autoestima o amor propio si siempre nos estamos señalando los errores y tratándonos tan mal.

Para superar esta forma de depresión, es fundamental cambiar cómo se relaciona consigo mismo, desarrollar una aceptación incondicional en la que pueda ver sus fallos y aun así amarse, aprendiendo a verse con compasión y reconociendo el propio miedo a no ser digno de amor.

Depresión por auto-abandono

La depresión por auto-abandono se manifiesta en personas que sienten que su malestar no es muy importante y parecen ser secundarios para otras personas.

Como no importan, caen en este tipo de cuadros de la imagen prototípica de la persona deprimida que está todo el día en la cama, que se abandona y que no se hace cargo de sí mismo incluso en aspectos básicos como la higiene.

La depresión como enfermedad a día de hoy

A menudo, estas personas han sido poco atendidas en su infancia o han enfrentado situaciones difíciles que les han llevado a resignarse. La falta de energía y motivación es una característica clave de este tipo de depresión.

Aunque las técnicas de activación y volver a hacer cosas es un aspecto crucial para la recuperación, es esencial primero abordar la indiferencia hacia el propio dolor, ya que si no la persona afectada no tendrá un motivo para arrancar y hacer algo que le cuesta mucho.

Cambiar esta actitud y aprender a mirarse con sinceridad y compasión, conmoviéndose de lo que le sucede, es el primer paso hacia la recuperación.

Depresión de vacío existencial

La depresión de vacío existencial afecta a personas que, a pesar de tener una vida aparentemente exitosa, se sienten vacías y desconectadas.

Estas personas viven en automático, haciendo las cosas más por obligación que por deseo. Esta desconexión puede llevar a sentimientos de soledad e incomprensión.

El afamado psiquiatra autor de El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, ya postuló sobre cómo el ser humano enferma cuando no es capaz de darle un sentido de vida a su propia existencia. Y es que las personas necesitamos tener un porqué para vivir, una motivación profunda y real que nos ayude a encontrar motivos para hacer frente a la adversidad.

Este tipo de depresión suele surgir en quienes viven según las expectativas de otros, sin validar sus propios deseos.

La solución implica desarrollar una conciencia interna que permita identificar lo que realmente da sentido a la vida, que suele emanar de nuestra parte más genuina y estar dispuestos a enfrentar el rechazo por vivir auténticamente.

Depresión por represión y evitación emocional

Este tipo de depresión se origina en el intento de evitar o reprimir emociones como la tristeza o la rabia. Las personas que evitan la tristeza pueden quedar atrapadas en un estado de decaimiento constante, mientras que quienes reprimen la rabia tienden a adoptar roles de víctima, utilizando la tristeza como un mecanismo de defensa.

Son frecuentes en quienes tienen miedo a la tristeza (muy frecuente en familiares de depresivos) o a parecer débiles y vulnerables.

El miedo a sentir estas emociones puede llevar a la represión y evitación experiencial, lo que a su vez perpetúa el ciclo de la depresión.

La clave para superar esta forma de depresión es permitirnos sentir y expresar plenamente estas emociones, ya que como dice Leeslie Greenberg «para dejar algo atrás hemos de atravesarlo» y eso implica meternos en esa emoción plenamente.

Circunstanciales

Finalmente, las depresiones circunstanciales pueden surgir tras eventos específicos, como la depresión postparto o el duelo patológico por la muerte de un ser querido.

Estas depresiones pueden estar relacionadas con alteraciones biológicas, reacciones naturales a situaciones muy adversas y suelen responder bien a la medicación.

Al leer este artículo es posible que uno pueda incluir una depresión en varias de estas categorías, por lo que la depresión rara vez se presentan de forma pura en una sola de ellas.

A menudo, se combinan o se modulan entre sí. Por ejemplo, una depresión postparto puede verse influenciada por la autoexigencia de ser una buena madre, mientras que una depresión tras una ruptura puede complicarse por la represión de la tristeza necesaria para elaborar el duelo.

A pesar de sus diferencias, todas estas formas de depresión comparten elementos comunes: la indiferencia hacia el propio dolor, el miedo al abandono si no se cumplen las expectativas y la tendencia a evitar o reprimir emociones difíciles.

Comprender estos patrones es esencial para abordar la depresión de manera más efectiva y sobre todo entender que cada tipo de depresión y de persona, requiere una solución específica, centrada en el origen de su problema, más que hábitos y técnicas comunes para todos.

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