Silvia Intxaurrondo: tirar la piedra y esconder la mano
«Loritos y loritas que solo se mojan con el agua proveniente de las fuentes de Ferraz y Moncloa»
La periodista Silvia Intxaurrondo. | Europa Press
«Alguien ha matado a alguien» decía de manera irónica y con retintín, el gran maestro del humor, Gila, en uno de sus monólogos. Era la forma en que uno de sus personajes inventados intentaba que se viniese abajo alguien que era un asesino y reconociese lo que había hecho. Una forma circular y sinuosa de acusar a alguien de manera directa, pero sin hacerlo de manera manifiesta.
Lo que manifestaba ese personaje interpretado por Gila era mucho más valiente y directo que lo que hacen esa turba de periodistas adscritos al régimen sanchista. Ese equipo de opinión sincronizada, que lo que no hace nunca es nadar entre dos aguas. Lo hacen en la misma calle de una piscina donde las aguas las templan los que les mandan el ideario a seguir. Es fácil no ahogarse cuando te sujetan la tabla con la que tienes que nadar. Loritos y loritas que solo se mojan con el agua proveniente de las fuentes de Ferraz y Moncloa. Repetir mantras que despluman sus almas, pero que les abrigan para vivir a cuerpo de rey.
Una de las loritas favoritas del sanchismo ha vuelto a ser noticia por decir algo que ya había dicho ella y el resto de pajarillos. Se trata de Silvia Intxaurrondo, presentadora del NO-DO socialista en las mañanas de la primera cadena de la televisión pública. Roma y este Gobierno no paga traidores, pero si a tergiversadoras y tergiversadores de la información. La verdad les pertenece y quien no piense así será el mayor de los mentirosos. Cuando las noticias se suceden hablando de las corruptelas llevadas a cabo por diferentes figuras de este gobierno, Silvia salta con su defensa negándolo todo. O atacando al partido de enfrente con el argumento pueril del «y tú más». Medio millón de euros bien vale esa fidelidad a ultranza. Ella no es como Rajoy cuando dijo «todo es falso, salvo alguna cosa». El relativismo como una de las bellas artes, que el ex presidente lleva a su máximo esplendor. Por cierto, hace poco estuvo en El hormiguero, y mi espíritu más nostálgico se activó. Cómo echo de menos tener un presidente del Gobierno sin ego y sin odio. Un servidor nunca le votó, mi sentido democrático más exacerbado me hace no llevarlo a cabo con ningún partido, pero comparado con cualquiera de los líderes políticos de hoy, su tono y su sentido de Estado son cosas a reivindicar.
Silvia Intxaurrondo acudió como invitada al podcast «Carne cruda». Sólo le gusta jugar en casa. Acudir a lugares confortables donde hacer del mensaje único un arte. Exacerbar lo sectario hasta sublimarlo. Acudir a un podcast nada sesgado en lo ideológico, como todo el mundo sabe, para hacer una defensa del periodismo independiente, que es el que ellos hacen, por supuesto.
Y aquí es cuando llega el problema. Cuando las cosas no se hacen como ellos quieren. Cuando se dicen las cosas de la manera totalmente contraria a como ellos lo hacen. En ese momento la prensa deja de ser libre y se convierte en un problema que hay que extirpar como el peor de los cánceres. «Hay que legislar contra los pseudomedios, están intoxicando y mintiendo a la sociedad». Esto lo dijo Intxaurrondo en ese podcast. Y a un servidor le parece muy bien que lo haga. Pero me gustaría que fuera valiente y que diera el nombre de esos medios que para ella no lo son. Que haga esa gran labor social y nos ilumine al resto contra la desinformación. Los pseudomedios siempre son los otros. Los que dicen lo que a ellos les molesta. Los que hacen temblar los cimientos de sus intereses personales.
No soy nadie para dar consejos, pero ya que ella ha ganado un Ondas, seguro que debido a su labor periodística llevada de manera independiente y sin plegarse a ningún tipo de poder, le recomiendo que lleve esa encomiable labor llevándola a su grado sumo. Empiece mañana mismo, y en vez de utilizar su programa de la televisión pública para decir lo que ya sabemos, evolucione y perfeccione su tarea dando los nombres de esas lacras para el sector periodístico. Será la mejor información que haya dado nunca. Confío en su valentía para hacerlo y que dirá tanto nombres de medios progresistas como conservadores. De extrema izquierda como de extrema derecha. Y que dará las razones de por qué mienten. Si no lo hace, y sigue lanzando la piedra y escondiendo la mano, empezaré a pensar que la señora de los bulos y de la desinformación es usted, y sería una decepción de la que no sé sí podría recuperarme. Utilice ese púlpito público pagado con nuestros impuestos, por una vez, para informarnos a todos, y no solo a los que les compran esa mercancía averiada desde su creación. No me gustaría tener que referirme a su espacio televisivo como obsolescencia programada. Me encantaría que me callase la boca con respecto a este tema, pero me temo que la que lo seguirá estando será la suya.
