The Objective
Hastío y estío

Irene Montero, una paradoja política

«Podemos sigue siendo el juguete personal de su pareja desde las sombras»

Irene Montero, una paradoja política

La líder de Podemos, Irene Montero.

Parece ser que Irene Montero quiere ser presidenta del Gobierno de España. Yo también querría ser tan guapo como Paul Newman o Brad Pitt, pero creo que ni ella ni yo vamos a conseguirlo. Aunque creo humildemente, que si uno de los dos está más cerca de lograrlo, ese sería un servidor. España llevo tiempo enloqueciendo de manera lenta y constante, pero por suerte todavía parece lejano ese abismo cognitivo. Sería insoportable para los españoles que sintiera en mis carnes esa belleza superlativa. Hombres y mujeres a mis pies contemplándome como si hubieran entrado en un rapto tan eterno como admirativo. Sería peligroso asumir ese poder para alguien que prefiere pasar desapercibido y vivir en una tumba.

No hay pesadilla como la de despertarse y sentir la cara y el cuerpo lleno de ojos ajenos. Pero hay a quien no se le cae la cara de vergüenza y quiere que todos los focos la apunten. Es el caso de Irene Montero, pues de otra manera no se entendería el porqué de querer ser presidenta de un país al que siempre que ha podido lo ha maltratado. Sus decisiones al mando del ministerio de Igualdad así lo atestiguan. La complicidad con la que ha tratado a los agresores sexuales con sus resoluciones es la propia de los amantes que se quieren como si no hubiera nadie más en el mundo. Una presunta contradicción. Un desinterés ante las consecuencias de sus actos contrastado. 

Irene Montero quiere ser presidenta del Gobierno y en Podemos le han consentido ese capricho. Ese partido sigue siendo el juguete personal de su pareja desde las sombras. Una oscuridad con luz y taquígrafos para los demás, pero no para los pertenecientes a esa organización. A sus fieles se les hace de noche ante una figura deseosa de tapar el sol con su dedo inquisidor. El mismo dedo que ha elegido que sea Irene su supuesta sucesora. Unas primarias curiosas las llevadas a cabo por el partido que venía a hacer de la democracia un dechado de virtudes. Una organización inmaculada, donde los defectos y los vicios no tendrían lugar por el que entrar. Pero las palabras se las lleva siempre el viento. Y más en un partido donde nunca les ha gustado que entre el aire fresco de la regeneración. Ellos prefieren los espacios cerrados donde el hermetismo sólo deje espacio al que se cortó la coleta por su falta de valentía para torear en la plaza y prefirió hacerlo desde el tendido. 

Me da pena Ione Belarra. La amiga de Irene. Una amistad fiel e incondicional. Una jugadora de equipo que no regatea un esfuerzo y que cree a pies juntillas en lo que le dicen sus dos entrenadores. Simeone se emocionaría si la tuviera en el conjunto colchonero. Junto a Gabi y Coke formarían su Santísima Trinidad. Juega donde la mandan y si le quitan el brazalete de capitana, se conforma con seguir siendo parte del equipo titular. Y ese es el caramelito de fresa que le han dado. Una candidatura a su nombre para la Secretaría General del partido donde tener la misma fuerza que un niño que se enfrentase en un combate contra Ilia Topuria. Un premio de consolación para seguir ejerciendo de mamporrera de las políticas de su amiga y de la pareja de esta. Un poder de plastilina y pañuelo palestino.

Parece que la nueva política de antaño ha venido para quedarse. Quieren hacerse viejos y ricos. Algo de lo que acusaban a los partidos políticos existentes anteriores a su nacimiento. Pertenecer a la casta habiendo sido siempre menos castos que Nacho Vidal. Beneficiarse del pueblo, pero sin el pueblo. Recibir los gozos y el pueblo las sombras. La nada sustanciosa. 

Lo que me escama es que hayan elegido este momento para hacerlo oficial. Seguramente saben cosas que los demás desconocemos. Que tengan algún tipo de información privilegiada por la que crean que va a haber un adelanto electoral. O que lo provoquen ellos mismos. Aunque me parece improbable que quiten la confianza a un Gobierno ideal para sus intereses de parecer parte de él y a la vez hacerle oposición mostrándose como la verdadera izquierda. Y es que son la gata Flora de nuestra política nacional.

Supongo que no querrán que dé tiempo a que se queme su flamante «nueva» lideresa. Que se apague la ilusión que creen que Irene Montero habrá originado entre sus parroquianos más fieles. Una enajenación, que aunque sea transitoria, no puede durar mucho. Sólo se entiende este movimiento como una reacción ante algo que estuviera próximo a pasar. Que Irene Montero es carne de política quemada de la unidad del mismo nombre del Hospital de la Paz, es algo que también saben en Podemos. El tiempo corre en contra de quien quiere envejecer en el sistema político actual y del que se beneficia y se queja en partes iguales. Una paradoja, como Irene Montero.  

Publicidad
MyTO

Crea tu cuenta en The Objective

Mostrar contraseña
Mostrar contraseña

Recupera tu contraseña

Ingresa el correo electrónico con el que te registraste en The Objective

L M M J V S D