The Objective
Hastío y estío

El 'youtuber' Ábalos

«Yo tengo claro que me voy a suscribir a ese canal y que le daré ‘like’ a todos sus vídeos»

El ‘youtuber’ Ábalos

El exministro de Transportes José Luis Ábalos.

En este mayor espectáculo del mundo en el que se ha convertido la política de nuestro país, siempre hay hueco para que el circo se ensanche hacia los lados, haciendo evidente su grasa saturada, o hacia arriba o hacia abajo, llevando la vergüenza hasta la estratosfera o que esta decida humillarse aún más y decida esconderse un piso por debajo del subsuelo.

Y es que Ábalos, tras haber sido registrada su casa, ha decidido que ya no tiene nada que ocultar, y ha decidido hacerse youtuber. Si la UCO consiguió el permiso para moverse por su hogar como “Pedro por su casa”, y no me refiero a Sánchez, el señor Ábalos, que como todos sabemos, es un socialista de pies a cabeza y un demócrata, ha decidido que es el momento de mostrarse tal y como es al pueblo trabajador, él que tanto lo ha defendido. 

Será bonito ver cómo decorará la habitación de su casa desde donde grabe sus videos. Si comprará luces con neones donde pondrá su nombre o el de su canal de YouTube. Unos neones que le den aún una mayor sensación de estar en casa. Donde la confortabilidad le recuerde a aquellos gloriosos momentos cuando conoció a su amigo Koldo trabajando de portero en lugares donde las luces rojas parpadeantes son el preámbulo incipiente a un placer de pago y poco amor.

Y es que este giro de guion en esta versión española de Los Soprano, y que aquí no nos hemos roto la cabeza con el cambio de título, pues a veces la sencillez y la realidad son la mejor solución, pues se titula Los Sánchez, nadie se lo podía ver venir. El youtuber Ábalos sólo se puede comparar en España a cuando Luis Enrique decidió hacer lo mismo cuando fue seleccionador de España. No le salió muy bien, pero fue divertido. Un servidor ahora mismo firma que con don José Luis pase lo mismo. 

Una cosa que tengo clara es que a los que seguro que no les ha hecho ninguna gracia saber que tienen un nuevo competidor es al equipo de opinión sincronizada de periodistas estrella de Televisión Española. Silvia Intxaurrondo, Javier Ruiz o Jesús Cintora saben que no tienen nada que hacer en cuanto a las audiencias a la hora de medirse con ese amante generoso que es Ábalos. Un servidor, sin ir más lejos, tiene claro que en el canal de don José Luis habrá más entretenimiento y honestidad, y menos retorcimiento y manipulación, que en los programas de los antes citados. Y es que entre un periodista “palmero” y un político que también lo es, hay que quedarse con este último, pues lo lleva en su naturaleza. Los primeros ni siquiera pueden llamarse periodistas, pues ser mamporrero de cualquier poder lo hace incompatible con la moral ética y estética de esa profesión. 

Ábalos de todas maneras no lo tendrá fácil. Va a competir contra gamers, tutoriales de maquillaje, de cómo hacer la tortilla de patatas perfecta, otros youtubers especializados en política, deporte, libros, series o cine, y los invencibles videos de gatitos. Pero es que don José Luis va a hablar de otra fauna, de ratas y serpientes. También lo hará de por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo y viceversa.

Podrá hablar de series de televisión como Los Soprano, Black Mirror o House of Cards, por poner unos ejemplos, y como la ficción se queda en un juego de niños comparado con lo que él ha vivido en el partido socialista. Y es que el señor Ábalos en su canal nos puede explicar la realidad humana contemporánea. Nuestros vicios y virtudes. No se me ocurre mejor filósofo de nuestro tiempo y de nuestro país. Un sociólogo y esteta. Un amante de la belleza y de la vida. De su parte luminosa y de su reverso más tenebroso. 

Yo no sé lo que ustedes harán, pero yo tengo claro que me voy a suscribir a ese canal y que le daré like a todos sus vídeos. No se me ocurre mejor manera de entretenerme y tratar de entender un mundo donde la ficción y la realidad se solapan. Y siempre se ha dicho que en el punto medio es donde se encuentra la virtud.

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