La Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional ha propinado un revés judicial al Ministerio de Defensa que dirige Margarita Robles, al anular un destino forzoso que se aprobó en abril de 2020 para cubrir una plaza en el área de Anestesiología del Hospital Central de la Defensa Gómez Ulla.
La sentencia, del pasado 14 de octubre y a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE en exclusiva, es «inusual» –en opinión de fuentes judiciales– ya que apenas hay precedentes en los que este tribunal corrija decisiones del Ministerio de Defensa en el ámbito militar. El departamento de Robles recurrirá la sentencia en casación.
La demanda la interpuso la teniente coronel médico Laura Jiménez-Prada, quien era jefe de Sanidad del Ala 14 en la base aérea de Albacete cuando se le comunicó su nuevo destino en el Gómez Ulla en contra de su voluntad. Por este motivo, tuvo que pedir una excedencia, pues ya tenía concedida una reducción de jornada para atender a un familiar enfermo y con ese destino en Madrid le era imposible conciliar la vida familiar. Pasado un año, se incorporó de nuevo al servicio activo y quedó comisionada en la Subdelegación de Defensa en Alicante. Ahora confía en poder regresar a Albacete.
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El Boletín Oficial del Ministerio de Defensa (BOD) publicó en febrero del año pasado un total de 99 vacantes de personal en el cuerpo militar de Sanidad. Tres de ellas correspondían a la especialidad de anestesista y reanimación del Gómez Ulla. Dos meses después, el 14 de abril, el entonces subsecretario, Alejo de la Torre, firmó solo 29 destinos de las citadas vacantes.
Los destinos en el Hospital Central de la Defensa fueron para oficiales de los empleos de teniente coronel, comandante y capitán con la especialidad fundamental de Medicina y la complementaria de Anestesiología y Reanimación. Los tres casos llevaban la observación CV34. Es decir, la asignación de vacantes con carácter forzoso por falta de solicitantes.
Para sorpresa de los magistrados, estos destinos eran los únicos con esa etiqueta ya que un total de 70 puestos quedaron vacantes por falta de peticionarios sin que el departamento de Robles recurriese al carácter forzoso para cubrirlas.
Los jueces de la Audiencia Nacional tuvieron acceso al acta de la reunión de la Dirección General de Personal en la que se decidió la convocatoria de las 99 plazas de Sanidad militar. En dicho documento comprobaron que los asistentes en esa comisión de destinos veían un «exceso» de personal en el servicio de Anestesiología del Gómez Ulla, por lo que rechazaron «expresamente la necesidad de cobertura forzosa de vacantes» para atender las necesidades de esa unidad.
«Las aludidas necesidades del Hospital Central de la Defensa iban a ser cubiertas por otros medios diferentes, siendo la realidad al momento de publicación de las vacantes que se advertía incluso un exceso de personal en el mismo», se hace hincapié en la página 11 de la sentencia. Sin embargo, en la resolución firmada por el subsecretario se desoye el dictamen de la Dirección General de Personal.
«Estos dos datos revelan la improcedencia de la introducción de la citada condición, sin que, por el contrario, conste a lo largo del expediente administrativo motivo alguno» para la asignación de destinos forzosos al hospital Gómez Ulla, apuntan los magistrados en su escrito dando así la razón a la recurrente, si bien no atendieron la petición de una indemnización de 25.000 euros que reclamó Jiménez Prada.
El PP pregunta por el Gómez Ulla
El servicio de Anestesiología del principal hospital militar en España ha sido motivo de controversia en los últimos meses por el llamativo número de salidas, traslados de destino y peticiones de excedencias por parte de anestesistas que no querían trabajar allí.
El Partido Popular presentó hace un año una batería de preguntas parlamentarias haciéndose eco de quejas internas contra la coronel Elvira Pelet, actual jefa de este departamento en el Gómez Ulla, según publicó El Confidencial Digital. El principal partido de la oposición denunció que dicho departamento de Anestesiología «ha sufrido movimientos de personal poco comunes ya que más de 20 anestesistas han solicitado excedencia y se ha procedido a nombrar con carácter forzoso a personal de otras unidades».
Los populares advirtieron que, como consecuencia de ello, las unidades de los que salieron los forzosos «habían quedado tremendamente mermadas y, en algunos casos, inoperativas, lo que conlleva un grave perjuicio para la eficiencia y eficacia de la Sanidad Militar de nuestras Fuerzas Armadas”.
Fuentes militares elevan ahora a 35 el número de anestesistas -21 civiles y 14 militares- que han abandonado esta área del Gómez Ulla desde que Pelet se puso al frente del departamento. Sin embargo, Defensa ha defendido la labor de la coronel: en las respuestas parlamentarias al PP negó la mayor, al incidir en que desde 2017 a 2020 solo habían pedido la excedencia ocho anestesiólogos militares del citado hospital.
El departamento de Robles puso además en valor que en esos años se incrementó la actividad del servicio de Anestesiología en un 26,7%. «En el año 2016 se realizaron 9.166 intervenciones con una plantilla de 25 anestesiólogos, mientras que en el 2019 se realizaron 11.362 intervenciones con una plantilla de 20 anestesiólogos”, incidió el ministerio.
Además, se destacó que bajo el mando de esta coronel se creó una unidad de reanimación a cargo del servicio de anestesia, así como una unidad específica de fibromialgia «única» en la Comunidad de Madrid. Por todo ello, Defensa consideró hace un año «acertada, eficaz y satisfactoria» la gestión de Pelet.
La plantilla crítica militar
Fuentes próximas a la jefa de Anestesiología subrayan que la plantilla crítica militar de especialistas en el Gómez Ulla es de 14 anestesistas y que, en caso de no cubrirse vacantes en dos publicaciones consecutivas, la Dirección General de Personal «destina forzoso a los especialistas que están en otros destinos no propios de su especialidad». Una práctica que no es de ahora, sino que lleva pasando «toda la vida«, insisten.
El Gómez Ulla no es solo un hospital militar, sino que también atiende a población civil, y no ha cubierto «ni de lejos» ese ratio de anestesistas en los últimos años, en los que se ha incrementado el trabajo al convertirse en el centro de referencia para la población madrileña de Aluche y Carabanchel.