Rusia ha afirmado este martes que su vacuna Sputnik V contra la COVID-19, desarrollada por el centro de investigación Gamaleya de Moscú, tiene una eficacia del 95%.
Lo más importante: se trata de resultados preliminares obtenidos con voluntarios 42 días después de la inyección de la primera dosis, indicaron en un comunicado el centro, el ministerio ruso de Salud y el Fondo Soberano ruso implicado en el desarrollo de la vacuna.
Según los datos preliminares del segundo análisis, la eficacia de la vacuna rusa después de 28 días es del 91,4%. Al respecto, los análisis clínicos mostraron, para una eficacia del 91,4%, un total de 39 infectados, entre los que figuran los voluntarios que recibieron placebo (31) y aquellos que recibieron la vacuna (8). En total, 14.095 voluntarios recibieron la vacuna y 4.699, el placebo.
Actualmente, 40.000 voluntarios participan en la fase tres, de los que más de 22.000 fueron inyectados con la primera dosis y 19.000 recibieron tanto la primera como la segunda. Durante los análisis los expertos rusos no han detectado reacciones adversas «imprevistas» a la vacuna entre los voluntarios [contexto id=»460724″].
El FIDR ha destacado que el precio, menos de 10 dólares para una dosis, es dos veces menor que las vacunas que utilizan mRMA, es decir las estadounidenses Moderna y la Pfizer. Además, Rusia ha lanzado ya la producción de la vacuna deshidratada, según la tecnología de liofilización, lo que facilitará notablemente su transporte a mercados internacionales, incluidas regiones de difícil acceso y otras con climas tropicales.
La primera partida de la Sputnik V para el mercado exterior llegará a los clientes en enero de 2021 sobre la base de los acuerdos ya suscritos con socios extranjeros