Paracetamol e ibuprofeno: cuánto tarda y cuánto dura su efecto
Aunque ambos medicamentos sirven para tratar dolencias similares, también tienen características diferenciadoras con respecto al otro
Dos de los medicamentos más comunes en todo el mundo son el paracetamol y el ibuprofeno. Es habitual tener ambos en casa, en diferente dosis y forma: comprimidos, sobres, suspensión… Ambos son analgésicos que sirven para reducir la fiebre y el dolor y, normalmente, son seguros si la dosis es la adecuada. No obstante, también hay algunas diferencias entre ambos.
En el caso del paracetamol, es un antitérmico puro, sin propiedades antiinflamatorias. Está indicado para tratar los cuadros de fiebre y poder aliviar el dolor leve o moderado. El ibuprofeno, por otra parte, es un analgésico que pertenece al grupo de medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE). Su uso está aconsejado para tratar el dolor de intensidad leve o moderada, como el dolor muscular o de las articulaciones, el dolor dental o el dolor menstrual.
Algo bueno del paracetamol frente al ibuprofeno es que el primero no causa efectos gástricos adversos. Es por ello que se puede tomar solo o con agua, zumo o leche, ya que no provocará daños en el estómago. No obstante, esta inocuidad gastrolesiva también puede reducirse en dosis superiores a dos gramos al día o cuando se consume junto a otros fármacos.
Cuánto tardan en hacer efecto el paracetamol y el ibuprofeno
El paracetamol empieza a ser efectivo entre los 45 y 60 minutos después de la primera dosis. Sin embargo, depende de varios factores, como pueden ser el tipo de pastilla, cómo sea el dolor y el paciente. Cuanto más alta sea la dosis, antes empezará a hacer efecto.
Un paracetamol de un gramo es probable que empiece a hacer efecto antes que si es de una dosis inferior, como puede ser de 500 o 600 miligramos. De la misma forma, un dolor leve remitirá antes que un dolor moderado o más grave.
Además, reducirá el dolor y la fiebre durante cuatro horas, lo que es menor tiempo de acción que el del ibuprofeno. El efecto de este no solo dura más (hasta seis horas) sino que también funciona más rápido que el paracetamol. Concretamente, suele hacer efecto a los 30 minutos de ingerirlo.
Cuándo no es recomendable el ibuprofeno
Aunque puede comprarse sin prescripción médica, el ibuprofeno no es recomendable para todos los pacientes y, además, hay que tener cuidado con la dosis para no dañar el estómago. Los casos en los que está desaconsejado el uso de este medicamento son:
- Si la persona es alérgica (hipersensible) al ibuprofeno, a otros medicamentos del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos, a la aspirina o a cualquier otro de los componentes de este medicamento. Las principales reacciones que indican esta alergia son: la erupción cutánea con picor, hinchazón en la cara, labios o lengua, secreción nasal, dificultad respiratoria o asma.
- Si la persona sufre una enfermedad grave del hígado o de los riñones.
- Si ha tenido una úlcera o hemorragia de estómago o de duodeno, así como si ha sufrido una perforación del aparato digestivo.
- Si vomita sangre.
- Si las heces son negras o si hay diarrea con sangre.
- Si la persona padece trastornos hemorrágicos o de coagulación sanguínea, o está tomando anticoagulantes (medicamentos utilizados para hacer la sangre más fluida). Si fuera necesario tomar estos medicamentos anticoagulantes a la vez que el ibuprofeno, el médico deberá realizar antes unas pruebas de coagulación sanguínea.
- En caso de sufrir insuficiencia cardíaca grave.
- Si está embarazada y ya en el tercer trimestre.
Precauciones a tener en cuenta con el paracetamol
Aunque el paracetamol es menos agresivo que el ibuprofeno y no daña la mucosa gástrica, también hay que tener en cuenta algunas precauciones a la hora de tomarlo. En concreto, no debe tomarse si hay alguna insuficiencia hepática, cirrosis, hígado graso o algún otro problema relacionado con el hígado.
Esto se debe a que el paracetamol se metaboliza por el hígado, por lo que puede provocar toxicidad si se toma en dosis altas. También hay que ser cauteloso con las personas mayores, ya que el hígado puede sufrir alguna insuficiencia simplemente como consecuencia del envejecimiento.