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La edad de los donantes preocupa a los centros de transfusión: solo el 25% tiene menos de 30

La brecha generacional preocupa a los expertos, que aseguran que si no se toman medidas, «nos veremos abocados a un desabastecimiento importante»

La edad de los donantes preocupa a los centros de transfusión: solo el 25% tiene menos de 30

El año pasado se realizaron en España más de 1.721.087 de donaciones de sangre, la cifra más alta desde 2012.

A pesar de los continuos y grandes avances de la ciencia, hay muchas cosas que aún no ha conseguido crear. La sangre es una de ellas. Por ello, las donaciones de sangre constituyen un objetivo de gran interés tanto sanitario como social y, aunque España es autosuficiente en componentes sanguíneos destinados a transfusión desde hace tres décadas, hay una situación que preocupa a asociaciones y centros de transfusión: la reposición de donantes.

La demografía, las emigraciones a otros países y la falta de información están impidiendo alcanzar un porcentaje adecuado de donantes jóvenes que vayan sustituyendo a los que por edad deben dejar de ser donantes activos (hasta los 70 años). Por edades, hay tres grandes franjas de población en las que clasificar a los donantes. Los más jóvenes (de 18 a 3o años), donde dona el 25,46%; un grupo intermedio (de 31 a 45), donde los donantes son el 34,15%; y un último segmento (de 46 a 65 años), donde los voluntarios alcanzan el 40,6%, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad relativos a 2022 y facilitados por la Federación Española de Donantes de Sangre (FedSang).

De esta forma, teniendo en cuenta que a partir de los 70 años ya no se puede dar más sangre y que son precisamente los jóvenes los que suelen tener menos riesgo de enfermedades crónicas y, por tanto, los que podrán donar sangre durante más años, es importante incorporar donantes con menos edad, con gran potencial para la donación.

«Abocados» al desabastecimiento

«La brecha generacional preocupa, y mucho. Las asociaciones de donantes de sangre y los centros de transfusión españoles estamos observando con preocupación que la reposición de donantes puede ser un reto complicado», señala a THE OBJECTIVE Pablo de Paz Molero, portavoz de FedSang, que agrega «que no es problema de falta de empatía o solidaridad de la juventud, sino que este problema viene dado por la demografía, las emigraciones y la falta de información». «Deberíamos ser conscientes de esta cuestión y comenzar a inculcar desde la infancia el valor de la donación como algo indispensable para la sociedad», defiende De Paz, que agrega que «si no se toman medidas pronto, dentro de unos años nos veremos abocados a un desabastecimiento importante». Y es que, en un contexto de envejecimiento poblacional, solo uno de cada cuatro donantes tiene menos de 30 años, y casi la mitad superan los 50.

En este sentido también se pronuncia a este periódico Daniel-Aníbal García, presidente de la Federación Española de Hemofilia (Fedhemo), que apunta a una mala gestión en el sistema de promoción de la donación al «dejar de lado» a los jóvenes. «Seguramente alianzas con entidades juveniles, educativas o universitarias pudiese ayudar a aumentar este importante caladero», hace hincapié García.

Imagen: EP.

Donación récord

El año pasado se realizaron en España más de 1.721.087 donaciones de sangre, la cifra más alta desde 2012, según datos del Ministerio de Sanidad. Gracias a esa sangre fue posible realizar casi dos millones de transfusiones (1.850.000)  y atender a casi 500.000 pacientes (496.000). De esta forma, es importante resaltar que la tendencia de las donaciones de sangre en España se ha recuperado a niveles prepandemia, equilibrándose de nuevo con la demanda en los hospitales y centros asistenciales. No obstante, aunque en 2020 el número cayó debido al impacto de la pandemia del coronavirus, en esta última década jamás se ha bajado del umbral del millón y medio. La cifra más baja tuvo lugar en 2020 cuando las donaciones superaron por poco el millón y medio de donantes.

Por comunidades, Extremadura (48,51;), Castilla y León (46,14) y Galicia (41,85) encabezan el ranking de las regiones donde más donaciones se han efectuado a lo largo de 2022, por cada 1.000 habitantes. Las menos ‘solidarias’, Islas Canarias (29,15), Islas Baleares (30,35) y La Rioja (31,21). No obstante, a pesar de estos buenos datos que van en aumento año tras año, desde las diferentes asociaciones recalcan que esas cifras no solo son unos números, ya que «hay que mantenerlas» porque la demanda de sangre es constante. Solo para un trasplante, aseguran desde la Fedsang, se necesita de 20 o 30 donantes. «El consumo de bolsas para un solo paciente puede dejar temblando las reservas de un banco de sangre determinado en un sólo día», asegura el portavoz de la Federación Española de Donantes de Sangre.

Además, si bien España es autosuficiente en componentes sanguíneos, es deficitaria en plasma en más de un 50%. Y es que el gran problema estructural de nuestro país es que dependemos demasiado de las donaciones de sangre completa, de las cuales se extrae poco plasma. Para ser eficientes y poder tener estos productos derivados, se necesitan muchas más donaciones de plasma directamente por plasmaféresis. Sin embargo, en España la plasmaféresis es tremendamente inferior a la media europea: 0,7 litros por 1.000 habitantes frente a 8 litros por 1.000 habitantes, según los propios informes del Ministerio. En 2022, se realizaron 97.763 donaciones de aférisis, de las cuales, el 70,5% fueron de plasma (plasmaféresis).

En este sentido, el presidente de la Federación Española de Hemofilia, Daniel-Aníbal García, apunta de nuevo a las escasas campañas que se han hecho en España sobre las necesidades que como país podemos tener respecto al plasma. «Se han hecho campañas sobre las cirugías que se suspenden por la falta de sangre, pero no sobre los pacientes que suspenden un tratamiento por la falta de plasma derivados», considera el experto.

Cobrar por donar plasma

El sistema español y europeo de donación, que admite la recolección de plasma pública o privada, es voluntario y altruista. No obstante, la comisión del Parlamento Europeo votará el 27 de junio un texto que permite compensar a los donantes de plasma en un intento de reducir la dependencia que existe en el Viejo Continente sobre esta materia prima, sobre todo de EEUU. Precisamente en el país norteamericano existen pagos que oscilan entre los 25 y 50 dólares por donación, aunque se permiten donaciones más frecuentes y se pueden ganar más ingresos en el transcurso de un mes.

Para Pablo de Paz Molero dar pasos en esa dirección hacia la compensación «puede abrir de par en par la puerta a la remuneración». «Hace décadas, en España se pagaba por donar y hubo que tomar medidas y legislar en contra de esta práctica», por lo que para el experto la situación debería quedar como se encuentra actualmente.

Una de las grandes valedoras de la donación voluntaria y altruista es la exministra de Sanidad Dolors Montserrat, quien ha señalado que «la propuesta legislativa de la Comisión Europea, que ahora se está debatiendo en el Parlamento, debe
garantizar que la UE respete el principio fundamental de la donación voluntaria y altruista, tal y como estamos defendiendo desde el Partido Popular Europeo».

Montserrat ha destacado que esta propuesta debe «evitar que haya escasez y perseguir que la UE sea autónoma y no dependa del suministro de terceros países, pues España y la Unión Europea sufren desde hace tiempo una fuerte dependencia del plasma procedente de Estados Unidos». Para ello, ha pedido aplicar «una verdadera estrategia de promoción de la autonomía europea, definiendo objetivos ambiciosos de extracción y evaluando los medios para alcanzarlos, como la comunicación, la instauración
de un día europeo dedicado a las donaciones de SoHo esenciales, o la mejor gestión de las existencias de SoHo disponibles».

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