España necesita 220 oncólogos y los equipos de Amancio Ortega agravarán el déficit
La cifra de oncólogos radioterápicos es de 726, una cifra muy por debajo de la recomendada por la SEOR
La radioterapia es uno de los pilares fundamentales y uno de los tratamientos más eficaces contra el cáncer. Del total de personas que son diagnosticadas de cáncer en España (la estimación del número de nuevos casos para 2023 es de 279.260), aproximadamente el 60% necesita recibir radioterapia en algún momento de su enfermedad. Sin embargo, nuestro país cuenta actualmente con un déficit de 22o oncólogos radioterápicos, cuyo descubierto se verá incrementado aún más si no se pone remedio antes de la llegada de los diez equipos de protonterapia sufragados por la Fundación Amancio Ortega, que requerirán de unos cinco especialistas cada uno.
Son datos facilitados a THE OBJECTIVE por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), que señala que la cifra de oncólogos radioterápicos es de 726, una cifra muy por debajo de la recomendada por la propia sociedad, de 20 especialistas por millón de habitantes. «Necesitaríamos unos 948. El déficit es de 220 con grandes diferencias entre comunidades autónomas», apuntan desde SEOR, que denuncian que este déficit se incrementará aún más en los próximos años si no se actúa a tiempo ante dos cuestiones fundamentales: las jubilaciones y la llegada de las máquinas contra el cáncer de Amancio Ortega.
Con respecto a la primera cuestión, la SEOR estima que el descubierto podrá incrementarse si el recambio generacional entre jubilaciones y residentes «no es compensado». Están previstas 110 jubilaciones de médicos radioterápicos en el periodo 2020-2025. En este sentido, según el informe de necesidades y oferta de especialistas de la Universidad de Las Palmas, un 40,1% de estos especialistas ya tendría más de 50 años (un 16,1% más de 60). Mientras, en la última convocatoria MIR se ofertaron un total de 70 plazas, aunque en 2022 el sistema tenía 76 acreditadas.
10 máquinas de protonterapia para 2026
Por otro lado, la apertura de 10 centros de protonterapia para 2026, que conforman la segunda donación de la Fundación de Amancio Ortega, «incrementará este déficit». Estas máquinas, teniendo en cuenta que la media de pacientes que reciben terapia en cada sala de tratamiento de protones en Europa es de aproximadamente 200-250 pacientes por año, necesitarán de, al menos, cinco especialistas cada una, según la Sociedad Española de Oncología Radioterápica.
Y es que si bien todo este despliegue tecnológico supone una buena noticia para los pacientes con cáncer, hay que tener en cuenta que las máquinas las hacen las personas y que si estas no van acompañadas de recursos humanos su funcionamiento queda comprometido. «Estamos preocupados, porque ya vemos venir lo que va a pasar en los próximos años. Esto lo hemos vivido antes», ya apuntaba el presidente de SEOR, el Dr. Antonio Gómez Caamaño, a principios de año a este medio.
El especialista se refiere a la primera donación que hizo Amancio Ortega en el año 2015 de más de 440 equipos para el diagnóstico y el tratamiento del cáncer en hospitales públicos de toda España. «Lo que ocurrió en aquel momento es que esto supuso una gran renovación del parque tecnológico. Se hacían tratamientos mucho más precisos, mucho más seguros, pero también en mucho menos tiempo. Las listas de espera se redujeron enormemente, y lo que antes se hacia en ocho semanas, con la llegada de estas máquinas se resolvía en una, pero hubo un desacople de especialistas que no se ajustaba con la demanda. Se necesitaba más gente».
Cuatro provincias y Ceuta y Melilla sin unidades de radioterapia
La SEOR calcula que de las 236 máquinas que hay en España para radioterapia, unas 55 tienen más de 10 años, lo que las convierte en obsoletas. Si bien la disponibilidad de estos equipos es alta, la distribución es desigual. Huesca, Palencia, Soria, Teruel y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla aún no cuentan con unidades de radioterapia, siendo este el segundo tratamiento más común tras la quimioterapia. Además, en 18 provincias solo disponen de una unidad.
«Ávila recién acaba de incorporar una unidad satélite construida en la que ya se desarrolla actividad clínica de consultas», apuntan a THE OBJECTIVE desde la sociedad, que señalan que los tratamientos comenzarán en noviembre. «La máquina está instalada, aceptada y pendiente de permiso de puesta en marcha por parte del CSN».
Desde la SEOR también indica que la siguiente unidad satélite se ubicará en Soria, dependiendo del Hospital Universitario de Burgos. Sin embargo, su puesta en funcionamiento no se prevé hasta 2025. Y también está previsto dotar de unidades satélites a Ponferrada (León) y Segovia, en ambas ciudades se han instalado ya unidades dependientes de la empresa Recoletas, propietaria del Hospital Campogrande de Valladolid.
En la comunidad de Aragón, a 10 de agosto, disponen únicamente de aceleradores en la ciudad de Zaragoza, con tres aceleradores en el Hospital Universitario Miguel Servet, otros tres en en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa y uno en la Clínica Quirón.
No obstante, informa la SEOR a este medio, con el plan INVEAT se ha instalado un acelerador en el Hospital San Jorge de Huesca, sin embargo, su funcionamiento no se hará efectivo hasta finales de 2023 o principios de 2024. También llegará otro acelerador –fuera del plan INVEAT– al nuevo hospital de Teruel durante el primer trimestre de 2024 «con pacientes en tratamiento antes del verano de 2024».
De esta forma, si estos pronósticos se cumplen, para el primer trimestre del próximo año solo Palencia y Ceuta y Melilla carecerán de unidades de radioterapia. Con datos extraídos del observatorio de la AECC, el tiempo al hospital en vehículo privado de aquellos pacientes oncológicos que viven en Palencia es de 70 minutos, de 211 en Ceuta (se tienen que desplazar hasta Granada) y de 304 en Melilla (se tienen que desplazar hasta Málaga).