Temor en la sanidad privada ante el posible nombramiento de Mónica García
Sumar defiende una sanidad totalmente pública: «Estamos con las carnes abiertas», se lamenta el sector privado
Preocupación en el sector de la sanidad privada que, «con las carnes abiertas», esperan el nombramiento del nuevo ministro de Sanidad. Varias son las voces que aseguran que esta cartera –ahora capitaneada por el socialista José Miñones– caerá en manos de Sumar y, en concreto, en las de Mónica García, como ya contó THE OBJECTIVE.
La misma ya se ha pronunciado al respecto. Este jueves, en la Asamblea de Madrid, ante las reiteradas preguntas de los periodistas, la todavía líder de Más Madrid ha asegurado que hay que ir paso a paso: «Soy anestesista y me gusta hacer las cosas poquito a poquito […] Vamos paso a paso. Se anuncian las cosas paso a paso. Yo no anuncio a un familiar que ha salido bien la operación hasta que ha terminado la operación».
Los que también se han pronunciado sobre los rumores de que Sanidad caiga en manos de Sumar es el sector privado. Y es que bien sabido es que el partido que encabeza Yolanda Díaz defiende una sanidad totalmente pública. Algo que, según la patronal de la sanidad privada (ASPE), «supondría una temeridad injustificada y demuestra un grave desconocimiento de la realidad sanitaria del país».
«ASPE muestra su recelo a lo relativo a la excepcionalidad de uso de conciertos público-privados por numerosas razones. Por un lado, supondría un gasto de más de 2.700 millones cada año adicionales a la sanidad pública, teniendo en cuenta que la colaboración supone, como mínimo, un ahorro del 50% para las arcas públicas respecto a los precios con los que trabaja la sanidad pública», apuntan desde la patronal, que avisan que esto podría llevar «a un riesgo de fallo sistémico de la sanidad pública, al no disponerse de plan B con medidas alternativas a la infraestructura y apoyo del sector privado en numerosas comunidades autónomas que requieren para la gestión de sus competencias de recursos flexibles».
No obstante, desde Sumar hacen oídos sordos a estas advertencias y el pasado 15 de noviembre Yolanda Díaz volvía a cargar contra la sanidad privada. En su discurso durante la primera sesión del pleno de investidura de Pedro Sánchez amenazaba con subir el IVA a la sanidad privada. «Nosotros no compartimos que la sanidad privada y la educación privada tributen al 0% […]. Nos parece muy bien que la ciudadanía vaya a la sanidad privada y a la educación privada, pero esto no puede sufragarse con los impuestos de la gente», manifestaba.
«Muface no va a tener recorrido con Sumar»
En este sentido también se pronuncia en THE OBJECTIVE el Dr. Ignacio Guerrero, presidente de la Unión Médica Profesional (Unipromel), que defiende «el ejercicio libre del médico y la libertad del paciente, en un sistema de libre competencia que es el único que garantiza la excelencia y por supuesto con la garantía del estado para que sea de financiación pública y universal».
No obstante, el representante de los médicos autónomos resta importancia a la candidata de Sumar ya que el Ministerio de Sanidad es una competencia transferida a las comunidades autónomas y, en doce de ellas, gobierna el Partido Popular. «La candidata de Sumar no nos gusta, pero tampoco tendrá mucho margen porque la Interterritorial está dominada por las autonomías del PP», recalca, lamentando que se siga usando la sanidad «para hacer política». «El SNS debería estar gobernado por una Mesa de la Sanidad con todos los actores, no solo los políticos que deciden por los demás», agrega.
Pero el aislamiento no es el único peligro que corre el sector sanitario privado. El fin del Modelo Muface «tiene sus días contados» si la Sanidad cae en manos de Sumar. Y es el programa electoral de Sumar es claro: «Inclusión, dentro de la cobertura sanitaria universal, de las personas que reciben actualmente prestación sanitaria bajo mutuas de prestación sanitaria privada (Muface-Mugeju-Isfas). Integraremos a dicha población, de forma paulatina, escalonada y programada, bajo la prestación sanitaria del sistema sanitario público. Asimismo, se eliminará la posibilidad de que las entidades locales realicen aseguramientos privados colectivos para sus empleados público».
«Muface no va a tener recorrido con Sumar», apuntan a THE OBJECTIVE fuentes del sector, «su programa deja muy claro que todos los ciudadanos tienen que tener el mismo sistema sanitario publico sin privilegios de los funcionarios. El concierto está destinado a extinguirse», lamentan, haciendo hincapié en que si esto ocurriese el Estado debería «compensar» a aquellos funcionarios que han estado dentro de este modelo «pagando por él durante muchos años».
Sexto ministro de Sanidad
Sea Mónica García o no la nueva ministra de Sanidad, lo que sí está claro es que el ministerio estrenará nuevo mandatario –el sexto en cinco años de legislatura de Sánchez– y que Miñones tiene las horas contadas dentro de la cartera sanitaria.
De esta forma, el Gobierno de Pedro Sánchez es el Ejecutivo que más ministros de Sanidad ha acumulado en menos tiempo desde que fue investido presidente en junio de 2018. Con una media de uno por año, ya son cinco los titulares que han pasado por esta cartera en un periodo de cinco años, a falta del anuncio del nuevo ministro. Entonces, serán seis en solo un lustro.
Los ministros que han pasado por uno de los ministerios más convulsos de los últimos años han sido Carmen Montón Giménez, quien estuvo en el cargo solo tres meses, ya que tuvo que dimitir tras ser acusada de irregularidades, incluido el plagio en su tesis final (7 de junio de 2018-11 de septiembre de 2018), María Luisa Carcedo (11 de septiembre de 2018-13 de enero de 2020), Salvador Illa, quien abandonó el Ministerio en plena crisis del coronavirus (13 de enero de 2020-27 de enero de 2021), Carolina Darias, que dejó la cartera de Sanidad para presentarse a la alcaldía de Las Palmas (27 de enero de 2021-28 marzo de 2023) y José Miñones, actual titular de Sanidad desde el 28 de marzo de 2023.
Fuentes del sector ya se pronunciaron en THE OBJECTIVE sobre este baile de nombres en el Ministerio bautizado por muchos como «el ministerio florero». La médica Mónica Lalanda criticaba el uso de esta cartera como «trampolín político y personal» para luego «colocarse» en comunidades autónomas, ayuntamientos o «cualquier otro sitio», mostrando así su «poca implicación» en un ministerio que es la base de los cimientos del Sistema Nacional de Salud.
Joan Carles March, médico especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, apuntaba que con esta situación «es imposible plantear una visión a medio y largo plazo». «Ello no ayuda a marcar el rumbo y a tener una estrategia bien definida. Para avanzar en cualquier tema se necesitan como mínimo entre cinco y seis años», relata el también exdirector y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Vicente Matas, coordinador del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada, señalaba: «La situación tiene mucho que ver con el poco interés que los diferentes gobiernos le prestan a este asunto tan importante». «Usan la sanidad para hacerse fotos con inversiones millonarias en alta tecnología, olvidando que es la base de que tengamos buena asistencia sanitaria y salud. Ellos piensan que es un lugar para hacer famoso al político de turno y colocarlo en otro sitio», concluía el experto.