La ministra Mónica García recorta el 60% las campañas de prevención contra el tabaco
El Ministerio de Sanidad apuesta por «medidas prohibicionistas» para promover el abandono del cigarrillo
Mónica García, ministra de Sanidad. | EP.
En el año en el que el Ministerio de Sanidad prevé aprobar el ambicioso Plan Integral del Tabaquismo (PIT), el departamento de Mónica García decide recortar un 57% en campañas de prevención contra el tabaco con respecto a 2023. Así se desprende de una respuesta del Portal de Transparencia ante la pregunta de un particular a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE.
De esta forma, según el documento, el Plan de Publicidad y Comunicación Institucional de 2024 incluye una campaña sobre prevención del tabaquismo y protección de la salud con un coste estimado de 393.500 euros. Una cifra muy inferior al presupuesto invertido años anteriores en este tipo de acciones para dejar de fumar, «un componente fundamental en cualquier programa integral para el control del tabaco», según consideran organismos internacionales, como la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos (CDC) o la organización líder contra el tabaco Tobacco-Free Kids.
Según la resolución de Transparencia, firmada por la subsecretaria de Sanidad, Ana Sánchez, el Ministerio destinó 929.370 euros en 2023. Aún más invirtió en 2022, cuando Sanidad, por entonces al mando de Carolina Darias, empleó 956.625 euros en campañas de prevención del tabaquismo y protección de la salud. En 2021 y 2019 (en 2020, por pandemia, no se destinó presupuesto para ello), el dinero invertido también rozó el millón de euros: 932.599 y 954.92o euros, respectivamente. Y en 2018, 497.757 euros.
De esta forma, el departamento ahora capitaneado por Mónica García recorta un 57% en este tipo de campañas de sensibilización para, en opinión de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, «apostar por medidas prohibicionistas», como el veto a fumar en terrazas o playas o la equiparación del tabaco convencional a los nuevos productos de deshabituación tabáquica, como contempla el borrador del Plan Integral del Tabaquismo, al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE y que será llevado a la Interterritorial del 5 de abril.
El impacto de las campañas mediáticas
«Las campañas eficaces de educación pública son un componente fundamental en cualquier programa integral para el control del tabaco porque ayudan a evitar que la juventud comience a fumar (momento en que la mayoría de los fumadores empieza), incentivan a los fumadores a dejar el hábito y promocionan los recursos disponibles para dejar de fumar, reducen la tolerancia de exponerse al humo de segunda mano y cambian el contexto social del consumo de tabaco a fin de que los mensajes protabaquismo ya no sean dominantes», explica Tobacco-Free Kids en su web.
El National Institute for Health and Clinical Excellence (Instituto Nacional para la Salud y Excelencia Clínica) del Reino Unido, en su guía borrador sobre las intervenciones para abandonar el hábito de fumar mencionó las campañas en los medios de comunicación como una de las siete intervenciones demostradas para dejar de fumar y se basó en la evidencia de la eficacia y en la efectividad de los costos. Y la CDC, en su web, señala que «en estudios científicos se ha demostrado que las campañas mediáticas muy impactantes son eficaces para ayudar a las personas a dejar de fumar».
No obstante, aunque el borrador del plan antitabaco de la ministra García destaca como objetivo «importante» las campañas de sensibilización y concienciación para promover la cesación o el abandono del tabaco, lo cierto es que el presupuesto para ello se desploma más de la mitad en un año clave en políticas frente al tabaquismo.
En España, el consumo de tabaco provoca cerca de 63.000 muertes anuales, el 21% de ellas en menores de 65, siendo la segunda sustancia psicoactiva más consumida en el país (39,0%), después del alcohol (76,4%), según la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (Edades 2022).
Según la OMS, 1.000 millones de personas morirán en este siglo por su causa. La Comisión Europea prevé reducir la prevalencia de consumo diario de tabaco a menos del 5% para el año 2040, y la previsión de este Plan para 2028 es alcanzar un 6% en jóvenes de 14-18 años, con mayor reducción de la prevalencia en chicas (de dos puntos con respecto a un puntos en los chicos), y una cifra inferior al 20% en población de 15 años en adelante.
