El papa Francisco ha pedido este martes a los cristianos que recen por los gobernantes, incluso si no nos gustan o no piensan igual que nosotros, durante la homilía que ha pronunciado en la misa oficiada en la Basílica de San Pedro por la festividad de San Pedro y San Pablo.
En contexto: «San Pablo exhortó a los cristianos a orar por todos y, en primer lugar, por los que gobiernan. Es una tarea que el Señor nos confía. ¿Lo estamos haciendo? ¿O hablamos, insultamos y eso es suficiente? Dios espera que cuando oremos también recordemos a aquellos que no piensan como nosotros, a los que nos han dado con la puerta en las narices, a los que nos cuesta perdonar», ha expresado Francisco. Pero ha lamentado con aire de decepción que «estamos tan acostumbrados a insultar a los responsables». «Los calificativos (que usamos) son muchos, pero no los diré, este no es el momento de nombrar los calificativos», ha añadido el papa.
También ha recordado que los primeros cristianos «en situaciones dramáticas», con las persecuciones, Herodes, «no se quejaban». «Es inútil e incluso molesto que los cristianos pierdan el tiempo quejándose del mundo, de la sociedad, de lo que está mal. Las quejas no cambian nada», ha señalado el papa. «Esos cristianos no culpaban a los demás, sino que oraban. ¿Qué pasaría si rezáramos más y murmuráramos menos?», ha afirmado.
Francisco también ha señalado que «hoy necesitamos la profecía, una profecía verdadera: no de discursos vacíos que prometen lo imposible, sino de testimonios de que el Evangelio es posible». «No se necesitan manifestaciones milagrosas, sino vidas que manifiesten el milagro del amor de Dios; no el poder, sino la coherencia…No necesitamos ser ricos, sino amar a los pobres», y ha recordado la entrega de los apóstoles Pedro y Pablo.
Esta misa presidida por el papa en la Basílica de San Pedro es la primera concelebrada con los cardenales desde el período de cierre debido a la pandemia del coronavirus. En esta solemne ceremonia de San Pedro y San Pablo, el papa bendice además, los palios que se impondrán a los arzobispos metropolitanos nombrados en todo el mundo durante el año.