Una investigadora cordobesa resuelve un problema matemático que llevaba 20 años sin solución
María Cumplido, una joven investigadora cordobesa, ha resuelto un problema matemático de índole teórica abierto desde hace dos décadas. La investigadora, doctora en Matemáticas por la Universidad de Rennes 1 y la Universidad de Sevilla , ya había recibido premios universitarios en reconocimiento a sus investigaciones.
En contexto: Cumplido, actualmente investigadora de la Universidad Heriot-Watt de Edimburgo, ha presentado su tesis en Francia, en la que trata los grupos de trenzas y su generalización algebraica. Sus averiguaciones podrían tener aplicaciones futuras en varias disciplinas.
La joven estudió en Sevilla y posteriormente tuvo que emigrar. Ahora, la Real Sociedad Matemática Española (RSME) le ha otorgado el prestigioso Premio de Investigación Matemática Vicent Caselles. La RSME entrega estos premios junto a la Fundación BBVA para «apoyar y estimular» a los jóvenes que trabajan en este campo. En la web de esta institución se explica que los grupos de trenzas «forman parte de otro grupo más amplio de objetos matemáticos del que se sabe muy poco: los grupos de Artin‐Tits. María Cumplido ha descubierto que lo que se aprende sobre los grupos de trenzas desde la geometría puede traducirse a lenguaje algebraico». La Fundación BBVA añade que la resolución de este problema ha sido un hecho «muy celebrado en la comunidad matemática».
El ministerio de Educación y Formación profesional también ha felicitado a María Cumplido a través de sus redes sociales, señalando que es «una mujer referente para futuras científicas».
En su página web profesional, donde aparece su currículum, Cumplido detalla sus estudios y añade información sobre el nombre que utiliza, señalando que su segundo apellido es Cabello pero que no lo emplea por una cuestión práctica. La investigadora reivindica la trascendencia que esto tiene para las mujeres investigadoras:«Esto hace que por el hecho de ser una mujer con dos apellidos, la gente se pregunte o directamente presuponga mi estado civil, lo que es, o debería ser, absolutamente irrelevante en la carrera académica. Por otra parte, mi madre importa, e importa mucho, y no quiero renunciar a su apellido en los demás aspectos de mi vida. Dejemos de invisibilizar la identidad de las mujeres o de hacerla depender de la de sus parejas hombres».