La Policía intervino en 133 fiestas ilegales en Madrid en la noche del sábado

La Policía Municipal de Madrid denunció en la noche del sábado al domingo más infracciones por incumplimientos de la normativa contra la covid-19 que en cualquier día del actual estado de alarma, e intervino en 133 fiestas ilegales en domicilios y locales, incluidas tres multitudinarias en las que había 86, 61 y 44 personas, respectivamente.

Un caso: detalla el Ayuntamiento en una nota de prensa que a las 01.45 horas se desalojó un local en el distrito Centro con 86 personas en el interior, que no guardaban distancia de seguridad ni llevaban mascarilla, siendo sancionadas todas ellas, así como el local.

A las 23.36 horas, en el distrito de Tetuán, se localizó un local donde había 61 personas, en mesas de más de 6 personas, permitiendo fumar en el interior y con dos piscinas de bolas en las que había 12 menores. Todos los presentes fueron sancionados y el local fue precintado de forma cautelar. Además, a las 21.50 horas se desalojó una nave de un polígono industrial del Ensanche de Vallecas donde había 44 personas consumiendo alcohol y sin mascarilla, y se levantaron, además, 7 actas por tenencia y consumo de drogas.

Respecto a las otras 130 fiestas intervenidas, «en algunas de ellas había un número de personas superior al permitido y no se usaban mascarillas ni otras medidas de seguridad frente a la COVID-19». Asimismo, los agentes municipales hicieron propuestas de sanción a un total de 134 ciudadanos por no usar mascarilla estando obligados a ello, intervino en 93 reuniones con más de 6 personas e interpuso 311 denuncias por incumplir el toque de queda.

Por otro lado, agentes de la Policía Nacional han desalojado, durante la madrugada de este domingo, un local de ocio en la Cañada Real en el que se encontraban reunidas 25 personas sin respetar las medidas higiénico sanitarias establecidas.

Fiestas ilegales en Barcelona

La Guardia Urbana de Barcelona ha desbaratado al menos tres fiestas ilegales que se celebraran en un piso, un local y un restaurante de la capital catalana este fin de semana, con un total de 134 personas denunciadas por saltarse las restricciones anticovid, que impiden celebraciones de este tipo.

Una de las fiestas ilegales se celebraba anoche en el restaurante Cachitos, en La Rambla de Barcelona, donde los agentes denunciaron a 67 de los participantes. Según fuentes del Ayuntamiento de Barcelona, el suceso ocurrió sobre las 21.00 horas de ayer cuando la Guardia Urbana se presentó en el restaurante e identificó a 67 personas que celebraban una fiesta ilegal, sin mascarillas ni ningún tipo de distancia de seguridad, por lo que desalojó a todos los asistentes tras identificarles e incoarles la correspondiente denuncia. Otras 64 persona también fueron denunciadas anoche por la Guardia Urbana cuando estaban celebrando otra fiesta en un local de la calle Méndez Núñez, en el distrito de Ciutat Vella.

Los agentes fueron alertados por los vecinos y se personaron en el local, sede de una asociación cultural, donde encontraron a 64 personas incumpliendo la resolución del Departamento de Salud. Los asistentes a la fiesta superaban el máximo de personas que pueden reunirse debido a las medias anti-COVID-19 decretadas, no llevaban las mascarillas obligatorias ni guardaban la distancia de seguridad requerida.

La fiesta ilegal más curiosa también la desbarataron los agentes de la Guardia Urbana de Barcelona la noche del viernes al sábado cuando los vecinos detectaron que iba a la celebrarse una fiesta, que iba a ser «silenciosa», en una vivienda del barrio del Eixample.

Los agentes intervinieron los equipos de sonido y los numerosos auriculares que iban a utilizar los asistentes para evitar que la música alertara a los vecinos. La fiesta iba a celebrarse en un piso de la Gran Vía de Barcelona y fue abortada antes de su inicio, después de que los vecinos avisaran a la Guardia Urbana al advertir que se estaban metiendo en el edificio equipos de música y sospechar que se estaba montando una fiesta.

Cuando los agentes accedieron al piso, la fiesta aún no había empezado e identificaron a las únicas tres personas que había en esos momentos, presuntamente responsables de su organización.

La Guardia Urbana intervino los equipos de sonido y una cantidad importante de auriculares, que los asistentes iban a utilizar presuntamente para que el sonido de la música no les delatara. La vivienda donde iba a celebrarse la fiesta no disponía de las licencias necesarias para montar celebraciones de este tipo y, según los auriculares decomisados, se sospecha que iba a acoger a una veintena de personas.