Internet es el espacio de trabajo más peligroso para las periodistas, señala este lunes Reporteros Sin Fronteras (RSF) en un informe con motivo del Día de la Mujer, en el que señala que un 73% de las reporteras se sienten especialmente amenazadas en el terreno virtual, más que en las redacciones.
Lo más importante: mujeres periodistas de 112 países respondieron a un sondeo de la organización mundial en defensa de la libertad de información, con sede en París, que señala que 40 de esas naciones son particularmente peligrosas para las mujeres que trabajan en prensa, entre ellas México, Honduras y Nicaragua. El riesgo se produce principalmente en internet y redes sociales (para un 73% de las periodistas consultadas) y, en segundo lugar, dentro de las propias redacciones en las que trabajan (para el 58%).
«Tenemos la obligación imperiosa de defender el periodismo con todas nuestras fuerzas ante todos los peligros que lo amenazan y las agresiones e intimidaciones sexistas y sexuales son una amenaza», ha destacado el secretario general de la organización, Christophe Deloire. Según Deloire, las mujeres periodistas deben defenderse en un frente más que sus colegas hombres y a menudo fuera y dentro de sus lugares de trabajo.
El movimiento Me Too ha animado a muchas periodistas a denunciar las agresiones o el acoso sexual del que son víctimas en sus puestos, sobre todo en países como Estados Unidos, Japón y la India, pero también en otros lugares considerados paradigmas de la igualdad, como Dinamarca, según el informe. En Dinamarca, la célebre presentadora Sofie Linde reveló en 2020 haber sido amenazada por un alto responsable de la televisión pública con la destrucción de su carrera si no le hacía una felación.
América Latina aparece como una de las regiones más peligrosas en este informe, con México, Honduras y Nicaragua entre la decena de países clasificados como «muy peligrosos», mientras El Salvador, Guatemala, Colombia, Venezuela, Brasil, Perú, Bolivia figuran entre los «peligrosos». Otros lugares considerados muy peligrosos son Siria, la India, Bangladesh, Azerbaiyán, Vietnam, Nigeria y Chad.
La encuesta pone también de manifiesto que son las periodistas especializadas en derechos de la mujer, deportes y política quienes más sufren esta violencia. Casos como el de la saudí Nouf Abdulaziz al Jerawi, torturada y violada tras ser encarcelada por denunciar el sistema de tutela masculina en su país, o el de la brasileña Patricia Campos Mello, víctima de una dura campaña de ciberacoso tras haber denunciado a Jair Bolsonaro y sus hijos por pedir favores sexuales a cambio de información, muestran el alcance de un problema global.
Estas prácticas violentas que comprometen el pluralismo de la profesión tienen un grave impacto en la vida de estas profesionales, principalmente con problemas añadidos de estrés, ansiedad y miedos, pero también producen consecuencias directas en sus trabajos. Un 43% de las interrogadas aseguró haber cerrado provisional o definitivamente sus cuentas en redes sociales tras ser víctimas de ataques sexistas, mientras un 48% aseguró haberse autocensurado para evitar problemas y un 21% admitió que cambió de especialidad e incluso renunció.
Para evitar estas situaciones, RSF presenta una serie de recomendaciones a los países: implantar una mayor vigilancia, apostar por la educación para acabar con estereotipos sexuales y sensibilizar sobre la problemática poniendo en marcha dispositivos internos de emergencia y alerta. Proponen también que se garantice la igualdad salarial y de puestos y animan a las redacciones a crear un puesto de responsable editorial en cuestiones de género que vele por la igualdad.