Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han declarado que las personas vacunadas contra el COVID-19 que hayan completado el periodo de inmunización pueden estar en espacios exteriores sin mascarilla, salvo si están entre una multitud.
Lo más importante: las personas vacunadas pueden comer, caminar o asistir a pequeñas reuniones sociales en el exterior sin utilizar mascarilla. «En cambio continuamos recomendando llevar la mascarilla en actividades y en lugares muy frecuentados, como los estadios llenos o los conciertos», ha indicado la directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Rochelle Walensky.
La experta ha justificado esta decisión ya que en estas situaciones puede haber personas no vacunadas y que sean susceptibles de desarrollar complicaciones, si se contagian de este virus respiratorio.
El organismo ha enfatizado que este relajamiento de las directivas solo se aplica a personas que han recibido las dos dosis de las vacunas que requieren un refuerzo o una del compuesto de una inoculación y que han adquirido la inmunidad pasadas dos semanas. «Si usted está completamente vacunado, puede comenzar a hacer muchas cosas que había dejado de hacer por la pandemia», ha dicho el organismo.
En Estados Unidos -donde han muerto más de 569.000 personas por la pandemia- al menos 95,8 millones de personas han recibido las dos dosis necesarias de las vacunas de Pfizer/BioNtech y Moderna o la inoculación de una sola dosis de Johnson & Johnson, lo que corresponde a un 30% de la población.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha resumido la situación diciendo que la conclusión es «clara». «Si usted está vacunado puede hacer más cosas, de una forma más segura, tanto en exteriores como espacios cerrados», ha indicado Biden en un discurso .
Además, Biden ha destacado el relajamiento de las recomendaciones en un llamado a la vacunación. «Para los que todavía no se hayan vacunado, especialmente los jóvenes o quienes piensan que no lo necesitan, esta es otra razón para vacunarse. Ahora», ha dicho.
En Estados Unidos la mascarilla es un tema muy politizado ya que los conservadores consideran que es un atentado a su libertad individual. En cambio, los progresistas lo ven como una forma de mostrar su solidaridad en tiempos de crisis y una forma de exhibir que se toman en serio la pandemia.