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Cojáyar (Granada) lleva quince años celebrando sus funerales en la plaza del pueblo

La iglesia de este municipio de la Alpujarra Granadina lleva 15 años cerrada por riesgo a desplomarse: «Di sepultura a mi madre en la plaza del pueblo»

Cojáyar (Granada) lleva quince años celebrando sus funerales en la plaza del pueblo

Iglesia San Antonio de Padua, Cojáyar | Imagen cedida

Los 30 vecinos del pueblo de la Alpujarra Granadina de Cojáyar llevan 15 años celebrando bautizos, bodas y funerales en la plaza del pueblo. El motivo: la única iglesia que alberga esta pedanía perteneciente al municipio de Murtas va ya camino de las dos décadas cerrada por riesgo de desplome.

A este edificio del siglo XVI consagrado a San Antonio de Padua le echaron el cierre en el año 2007, cuando las grietas comenzaron a resquebrajar la cúpula del altar mayor. La solución no fue reconstruirla, sino abandonarla y esperar a que «el mejor día» se derrumbe y con ella queden bajo escombros cinco siglos de historia.

«Hemos mantenido numerosas reuniones tanto con los responsables de la Curia como con vicarios y curas de la zona para intentar buscar una pronta solución», cuenta a THE OBJECTIVE José Miguel Romera, alcalde de la localidad, que asegura «no saber que más hacer» ante la falta de respuesta y reacciones por parte de la autoridades eclesiásticas.

Sin embargo, la solución parece ser que pasa por «cambiar el proyecto inicial por otro nuevo», ya que el informe realizado hace varios años por los técnicos de la Curia para llevar a cabo el arreglo cuenta con una valoración negativa y ha sido rechazado. El motivo, según Romera, es que existe «peligro de hundimiento», debido a que, según los técnicos, «la zona es propensa a padecer corrimientos de tierra». Ya sufre un deslizamiento de seis metros.

No obstante, el primer edil asegura que en 2016 la Curia les aseguró que iban a revisarlo y valorar de nuevo para buscar una solución, pero el tiempo pasa y, si nadie pone remedio, este edificio histórico seguirá empeorando. «Mientras no se cambie el proyecto no podemos hacer nada», señala el primer edil, que siente sobre todo la «pena» de los vecinos que «ven que se cae su Iglesia y no se hace nada».

Bodas y funerales en la plaza de Cojáyar

Pero el arzobispado no solo ha abandonado a la iglesia, también al pueblo. Así lo sienten los 30 vecinos de Cojáyar, que aseguran que hace siete meses que ningún párroco pisa la localidad.

La última vez que un cura visitó Cojáyar fue para dar sepultura a una vecina de la aldea. El 15 de mayo de 2021. «Mi madre falleció y le tuvimos que hacer la misa del entierro en la plaza», cuenta Carmelo López, vecino del pueblo. «Mi madre no faltaba un día a la iglesia cuando estaba en buen estado. Se ha muerto con esa pena y la hemos tenido que despedir en la plaza», relata emocionado al otro lado del teléfono.

Carmelo, además, relata que Cojáyar, donde aún se conserva una gran afición por los trovos, una tradición musical muy extendida en Las Alpujarras, cuenta con una población «muy envejecida», que no tiene coche y no puede desplazarse a otros municipios para asistir a la eucaristía. El municipio más cercano es Murtas y se encuentra a unos 10 kilómetros.

«En verano, cuando hace buen tiempo, quizá conseguimos dar alguna misa en la plaza del pueblo, pero el resto del año los vecinos tienen que renunciar a ella», denuncia el alcalde, que critica también que cualquier boda o bautizo tiene que realizarse a la intemperie, aunque el último enlace se celebró hace 20 años.

Tampoco recuerdan ya cuando fue la última Semana Santa en la que pudieron procesionar a sus Santos por las calles del pueblo, ya que cuando le echaron el cierre a la iglesia los Santos fueron evacuados para evitar sufrir robos y las procesiones también quedaron en el olvido, dando así carpetazo a cientos de años de tradición.

Que la Iglesia renuncie al templo

Ante la dejadez y el abandono por parte del arzobispado, los residentes en la zona están dispuestos a hacer todo lo posible por no perder este edificio del siglo XVI consagrado a San Antonio de Padua. Por ello, los vecinos piden a la Curia que «cedan»
la iglesia al pueblo para que ellos mismos «le puedan meter mano» y evitar así su pérdida total.

«Un albañil del pueblo se ofreció a arreglarla por unos 30.000 euros, sin embargo, desde la Curia le dijeron que en la Iglesia solo pueden operar albañiles de la Curia», cuenta el vecino de Cojáyar, que asegura que el arzobispado efectuó un presupuesto de 350.000 euros.

«No quieren cederla, pero tampoco gastarse un duro en arreglarla», se lamenta Carmelo López, que vaticina que el derrumbe «está a punto de ocurrir», ya que el arco principal presenta una doble grieta que hará caer la cúpula y con ella el altar mayor, dejando sepultados 500 años de historia en plena Alpujarra de Granada.

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