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¿Qué significa ser niños altamente sensibles?

Los niños que nacen con este rasgo genético suelen ser maravillosos y amorosos, pero también muy intensos emocionalmente

¿Qué significa ser niños altamente sensibles?

Alvin Mahmudov | Unsplash

La alta sensibilidad se presenta como un rasgo de la personalidad de tipo genético que alcanza entre un 15-20% de la población. No se habla en este caso ni de trastorno ni de patología. Fue Elaine Aron, psicóloga e investigadora, quien en los años 90 selló el concepto ‘personas altamente sensibles’ (PAS). Es la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad (APASE) quien proporciona el test de tipo orientativo de la doctora para comprobar la posible existencia de la característica.

Los niños altamente sensibles o NAS nacen con un sistema nervioso rápido. Para los expertos, es procedente conocer bien al niño y descubrir el por qué en su modo de comportarse para hacerle frente.

Según la investigadora, autora de El don de la sensibilidad, se puede hablar de NAS cuando se descubren las siguientes condiciones o pilares:

-Profundidad de procesamiento.

-Gran emocionalidad y empatía.

-Alta sensibilidad frente a las sutilezas.

-Sobrecarga emocional en lugares repletos de estímulos.

Estudios hacen referencia a la no relación de la alta sensibilidad con la inteligencia en cuanto a cociente intelectual. Sin embargo, este tipo de personas tienen un procesamiento más analítico en cuanto a los conceptos que manejan. Entre otros, también se identifica a los NAS en su pasión por la música y vinculación con la naturaleza y los animales. Son niños con mucha imaginación, intuitivos y muy creativos; muy observadores; perfeccionistas y pueden parecer tímidos el evitar lugares muy concurridos.

Los niños que nacen con este rasgo genético suelen ser maravillosos y amorosos, pero también muy intensos emocionalmente | Foto: Jonathan Borba | Unsplash

Josselyn Sevilla Martínez, psicóloga del Instituto Psicológico Cláritas, especializada en niños y adolescentes, subraya que los niños altamente sensibles perciben, tanto a nivel positivo como negativo y de un modo aumentado, estímulos de su entorno, esto es, «son más sensitivos a situaciones, luces y ruidos que para otros niños pasan más desapercibidos». 

A nivel social, la alta sensibilidad tiende a relacionarse con la vulnerabilidad. La experta aclara que muchos padres llegan a sentirse abrumados al observar que sus hijos se alteran en situaciones que ellos consideran poco relevantes. Del mismo modo, expresa que los padres procuran que los niños sean más fuertes y sientan como habituales esos estímulos. 

Ayudarles a reconocer su rasgo y acompañarlos en sus emociones

Los NAS al ser más perceptibles a elementos o estados pueden experimentar agobio, tristeza o angustia. Martínez Sevilla declara que es esencial que los progenitores procuren enseñar a sus hijos con alta sensibilidad a reconocer su cualidad como una característica más de su personalidad y a tener una buena gestión emocional.

Que los niños dispongan de una alta sensibilidad causa, según la especialista en infancia, que posean una mayor capacidad de entender a otras personas y sus necesidades, incluso de adultos suelen identificarse con una desarrollada inteligencia emocional. «Puede enseñársele a convertirlo en una habilidad que potenciar, ya que se trata de algo que los acompañará a lo largo de su vida», remata la psicóloga.

Un niño altamente sensible es más consciente de todo lo que ocurre a su alrededor. Teresa Jiménez de Miguel, psicóloga infantil, explica que los niños que nacen con este rasgo genético suelen ser maravillosos y amorosos, pero también muy intensos emocionalmente. Según expertos en neurociencia, tienen mayor cantidad de neuronas espejo. De igual modo, niveles más altos de dopamina y serotonina.

Como padres y profesores saber reconocer y entender al NAS es fundamental, ya que proporciona una tranquilidad ante algo que angustia y confunde

Frecuentemente, los NAS no congenian con sus iguales al no tener las mismas inquietudes. Del mismo modo, para los profesores que tiene a muchos alumnos en el aula, puede resultar complicado identificar y atender convenientemente ese rasgo. La profesional en psicología infantil, manifiesta que como padres y profesores saber reconocer y entender al NAS es fundamental, ya que proporciona una tranquilidad ante algo que angustia y confunde. Se cree que este tipo de niño resulta ser mimado, sobreprotegido o maleducado, pero en verdad sufre. Jiménez de Miguel confirma que conocer el concepto de ‘niño altamente sensible’ añade información para «elaborar un plan de acción que le proporcione estrategias y comprensión sobre lo que siente y cómo lo hace».

La profesional finaliza que la familia ha de acompañar al niño en sus emociones, trabajar la frustración y los desbordes emocionales, potenciando sus atributos.

Frecuentemente, los NAS no congenian con sus iguales al no tener las mismas inquietudes. | Foto: Ben Wicks | Unsplash.

Leo Huncal, psicólogo especialista en neuromodulación y neurofeedback y en el trabajo con NAS y sus familias, expone unos tips para ayudar a las familias en momentos de crisis de los NAS, los cuales se relacionan con la sobreestimulación o saturación propia en ellos:

-Cuidar el sueño.

-Comer bien.

-Evitar la estimulación innecesaria: ropa incómoda, dar demasiada información, tener muchas opciones para elegir.

-Proporcionar barreras de bloqueo como por ejemplo tapones o cascos, gafas solares.

-Planificar suficientes tiempos de descanso. 

-Anticipar lo que pasará (pero sin dar información innecesaria o excesiva).

Para el especialista en NAS, si los niños ya se encuentran en el desequilibrio, el acompañamiento de los padres o familiares puede basarse en:

-Escucharlos atentamente, dejando que se expresen y manteniendo la calma. No apresurarse a darles soluciones.

-Evitar minimizar lo que sienten con comentarios como: ‘no es para tanto’ o ‘no te pongas así’.

Sintonizarse con la emoción y devolvérsela con palabras: ‘ veo que estás enfadado’ o ‘entiendo que te sientes muy triste’.

-Si el padre no está lo suficientemente calmado, puede tomarse un momento para relajarse y tras él, regresar y retomar.

-Permitirles tiempo suficiente para relajarse. En ocasiones, lo propio es quedarse en silencio, pero cerca y disponible.

-Con ellos calmados se puede empezar a hablar y buscar soluciones. Esto puede hacerse mediante preguntas con creatividad y haciéndoles partícipes en el proceso.

Los niños altamente sensibles necesitan a su familia y su arropo, algo que les posibilitará gozar de una buena calidad de vida y un óptimo desarrollo a nivel social, intelectual y personal.

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