Hacer la compra en el supermercado cuando vives solo: todavía hay productos que te lo ponen difícil
A pesar de la tendencia a que cada vez haya envases más pequeños, todavía hay productos complicados de consumir, por ser demasiado grandes, para las personas que viven solas. Si cada vez hay más hogares unipersonales, ¿hacia dónde va el mercado alimentario?
Si eres una persona que vive sola sabrás que en el supermercado hay ciertos productos de alimentación que se te resisten. Comprar un bote de remolacha o uno de tomate triturado –que no frito– o un manojo de ajos tiernos implica dos cosas: o te das un atracón para terminártelos antes de que se pongan malos o los tiras sin haberlos terminado, incurriendo en desperdicio alimentario.
La tendencia es clara: cada vez hay envases más pequeños en los supermercados, un buen ejemplo son los botes individuales de gazpacho, pero los envases de este tipo todavía no alcanzan a todos los productos. También gana presencia la alimentación a granel, pero no todo se puede comprar a granel. Los supermercados han avanzado a este respecto –algunos más que otros–, pero esto no evita que siga habiendo productos difíciles para quienes viven solos.
Hogares pequeños
Un poco de contexto, según la última Encuesta Continua de Hogares del Instituto Nacional de Estadística, los hogares más frecuentes en 2020 en España son los formados por dos personas –un 30,4% del total–, seguidos por los compuestos por una persona –26,1%–. Esto supone que casi once millones y medio de personas viven en hogares de dos individuos y casi cinco millones viven solas. «En España la población no crece y los hogares son cada vez más pequeños. Cada vez hay menos niños y más mascotas, la población cada vez está más envejecida», explica Pablo de la Rica, gerente de Retail y Foodservice Knowledge, de AECOC, Asociación de Fabricantes y Distribuidores. AECOC hace, entre otras cosas, seguimiento a nivel nacional e internacional de las tendencias concernientes al retail –como puede ser un supermercado– con el objetivo de trasladar ese conocimiento y dar herramientas a las empresas para que sean más eficientes y competitivas. Los supermercados se adaptan a este contexto de hogares cada vez más pequeños aunque todavía no lo han hecho en el cien por cien de sus productos.
Los hogares más frecuentes en 2020 en España son los formados por dos personas, un 30,4% del total. Seguidos por los compuestos por una persona, un 26,1%.
Al hablar de hogares pequeños sale a relucir la tasa single. Los envases más pequeños siempre son más caros que los grandes. Por otro lado las ofertas en los supermercados suelen estar ligadas a grandes tamaños o a un mayor número de envases: tipo paga dos y llévate tres, lo que no suele resultar accesible para los hogares unipersonales (o los pequeños). De la Rica alega que los hogares con menos miembros tienen menos sensibilidad a los precios porque tienen menos cargas, como pueden ser los hijos, además de que tienen tendencia a darse más caprichos. De la Rica cree que la tasa single irá desapareciendo conforme aumente el número de consumidores que viven solos: aumentarán sus opciones de compra y estas serán más competitivas.
Situación actual y tendencias
Que en España los hogares son cada vez más pequeños es una tendencia al alza, explica de la Rica. «En los últimos años han proliferado especialmente los formatos de comida preparada», cuenta. «En los hogares más pequeños la forma de vida es distinta –se improvisa más– a la de los hogares con hijos, donde la compra suele ser más planificada y normalmente se cocina más que en los hogares pequeños. Así que, de momento, el máximo desarrollo aquí lo hemos visto en comida preparada». Además el propio hogar donde viven una o dos personas tiene menos espacio para almacenar los alimentos y en lugares como Estados Unidos ya se están construyendo casas sin cocina pensadas para personas que viven solas, cuenta de la Rica, que adelanta que la tendencia a futuro es que cocinar sea algo más lúdico.
En este momento España puede encontrar inspiración en países como Japón, donde la esperanza de vida es mayor y hay menos nacimientos. Demográficamente nos estamos «japonizando», cuenta de la Rica, y en Japón hay más productos unitarios que en España porque su consumo tiene más peso. «Nosotros nos estamos transformando mucho en los últimos quince años y nos iremos adaptando».
El delivery es otra de las opciones que marca la realidad del mercado actual. La entrega a domicilio, o donde te encuentres, de distintos tipos de comida enlaza directamente con esa tendencia a cocinar cada vez menos. Además el delivery también sirve para que te lleven a domicilio los productos alimentarios que necesitas. Y aunque aquí todavía no hayamos llegado al nivel unipersonal de Japón, los cambios son evidentes: además de en el gazpacho, en productos como la bollería. Ya hay muchas bolsas de madalenas que dentro de la propia bolsa cada una de ellas tiene su propio envase para que duren más. En Londres también nos llevan ventaja en este tema y allí se vende vino en formato monodosis porque existe la demanda de este producto, cuenta de la Rica. «Aquí todo cada vez irá a más en este tipo de formatos y también en opciones a granel y de comida preparada lista para comer. El delivery ha sido una absoluta revolución –la Covid fue un catalizador– y eso cambia el escenario de distribuidores y cadenas tradicionales que tienen que adaptarse. Los supermercados tendrán que convertirse en ‘mercaurantes’».
De la Rica dice que el consumidor cambia por momentos. A día de hoy muchos de los consumidores no disponen de tiempo –vivimos en la era de la inmediatez– y cada vez dan más importancia a la alimentación saludable y sostenible. Esto de la sostenibilidad choca frontalmente con envases cada vez más pequeños que generan más residuos. Por eso también hay marcas que ya trabajan en este tipo de envases más reducidos incluyendo poco plástico.