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Sociedad

Alerta del CSIC sobre la leche que compras en el supermercado

«Cuando compras un litro de leche a 65 céntimos no estás pagando el justo valor del producto. No estás bebiendo leche. Estás bebiendo sangre de ganadero»

Lácteos en el supermercado. | Unsplash.

La leche que compramos en el supermercado a precio de céntimos tiene un lado oscuro. Aunque la cesta de la compra siga encareciéndose, nunca falta este producto básico del que ha alertado Tomás García, investigador del CSIC y experto en agricultura agraria europea.

García ha querido advertir de lo que supone que este producto tenga unos precios excesivamente bajos: «Cuando compras un litro de leche a 65 céntimos no estás pagando el justo valor del producto. A 65 céntimos no estás bebiendo leche. Estás bebiendo sangre de ganadero», ha dicho García en La Sexta Columna.

El problema es que en la cadena alimentaria, entre los agricultores y consumidores, existe el elemento que ejerce presión sobre los precios que son las distribuidoras. El Gobierno trató de regular este problema mediante la ley de Cadena Alimentaria que, según se lee en el BOE, «el precio del contrato alimentario que tenga que percibir un productor primario o una agrupación de estos deberá ser, en todo caso, superior al total de costes asumidos por el productor o coste efectivo de producción, que incluirá todos los costes asumidos para desarrollar su actividad». Esto viene a decir que un agricultor no puede cobrar por su producto menos de lo que le ha costado producirlo.

Estos costes hacen referencia a el gasto de semillas y plantas de vivero, fertilizantes, fitosanitarios, pesticidas, combustibles y energía, maquinaria, reparaciones, costes de riego, alimentos para los animales, gastos veterinarios, amortizaciones, intereses de los préstamos y productos financieros, trabajos contratados y mano de obra asalariada o aportada por el propio productor o por miembros de su unidad familiar.

«La determinación del coste efectivo habrá de realizarse tomando como referencia el conjunto de la producción comercializada para la totalidad o parte del ciclo económico o productivo, que se imputará en la forma en que el proveedor considere que mejor se ajusta a la calidad y características de los productos objeto de cada contrato», dice el boletín.

A pesar de que la Ley 16/2021, de 14 de diciembre, por la que se modifica la Ley 12/2013, de 2 de agosto, de medidas para mejorar el funcionamiento de la cadena alimentaria, se aprobó hace casi un año, en diciembre de 2021, los afectados aseguran que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no ha tomado medidas para que se cumpla lo que esta establece. 

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Subida de precios según los productos

La Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos ha denunciado que son las pérdidas que están sufriendo los agricultores las que están evitando una mayor subida de los precios de sus productos a los consumidores ya que, según los datos publicados por Eurostat, sus costes de producción han aumentado al menos un 46% en un año, mientras que los precios en destino final han subido un 14%.

En concreto, según los datos de Eurostat, la fruta ha subido un 11,6% en España y las verduras, un 16,3%, unas cifras algo más bajas que en resto de la UE, donde la media es de un 7,9% y un 13,9%, respectivamente. 

En cuanto a los precios que reciben los agricultores por la venta de sus productos, estos han aumentado entre un 21% y un 25%, afirman desde la asociación, mientras que el coste medio de la energía ha subido un 46% en el último año para el sector y el de los fertilizantes y otros productos necesarios para su labor, un 71,8%, según los datos de Eurostat consultados por este periódico. 

Esto ha supuesto que los márgenes de beneficio se hayan visto seriamente reducidos e incluso en algunos casos ni siquiera se logra cubrir los costes de producción. «Esta descompensación ha provocado una pérdida de rentabilidad, al tener que asumir buena parte del incremento de sus costes sin que la subida de precios por sus productos lo compensara», dicen desde Unión de Uniones. 

Consideran además que las cadenas de distribución, así como la industria intermediaria en algunos casos, no se están viendo igual de afectadas que los agricultores. «No hay datos que muestren cuánto ganan y dejan de ganar industria y distribución, pero dado su poder de negociación, dudamos mucho que también estén produciendo a pérdidas y no estén trasladando sus costes al consumidor«, señala la asociación.