Los síntomas de un ictus que deben ponerte en alerta
Realizar algunos cambios en los hábitos de vida puede ayudar a prevenir que ocurra este accidente cerebrovascular
Un hombre con dolor de cabeza | Pixabay
Las enfermedades cardiovasculares son, en la actualidad, la principal causa de muerte en el mundo. Entre ellas, una de las más incapacitantes y letales es el accidente cerebrovascular; este es lo que popularmente recibe el nombre de ictus. Básicamente, este consiste en el cese del riego sanguíneo en una parte del cerebro, o bien por el bloqueo de un vaso (ictus isquémico) o por un derrame sanguíneo (ictus hemorrágico).
Detectar los síntomas del ictus de manera temprana es clave para que el paciente pueda tener un mejor pronóstico, ya que una vez ha empezado cada segundo que pasa supone un mayor riesgo de que ocurran daños permanentes. Estos son, sobre todo, de carácter cerebral, por lo que los principales síntomas también están relacionados con esta zona del cuerpo.
Sin embargo, algo que no todo el mundo tiene en cuenta es que la forma en la que aparecen estas señales puede variar dependiendo del género de quien lo sufra. Aunque hay algunos comunes, los hombres tienen un riesgo menor de sufrirlos y, además, sus síntomas suelen ser más generales; en las mujeres pueden aparecer algunos más específicos.
Los síntomas del ictus
Los síntomas del ictus más comunes en hombres son:
- Pérdida de sensibilidad o fuerza en la mitad del cuerpo.
- Dificultades para hablar o entender a otras personas.
- Dolor de cabeza muy fuerte y con un comienzo muy repentino.
- Pérdida de forma total o parcial de la visión en uno o los dos ojos.
- Problemas para caminar.
En el caso de las mujeres, los síntomas específicos pueden incluir:
- Desmayo o pérdida de conocimiento.
- Dificultad respiratoria.
- Alucinaciones.
- Hipo.
- Sensación de debilidad en todo el cuerpo.
- Convulsiones.
- Vómitos o náuseas.
- Cambios repentinos de comportamiento y agitación.
Factores de riesgo del ictus
Aunque el ictus suele aparecer de forma brusca y repentina, en realidad es el resultado de unos hábitos de vida y unas circunstancias poco saludables. A ello hay que sumar, por su puesto, otros factores que no dependen de la persona, como son:
- La edad: el riesgo de sufrir un ictus aumenta a partir de los 60 años.
- Sexo: la tasa de mortalidad entre las mujeres es mucho mayor.
- Antecedentes de ictus en familia: aquellas personas que tengan familiares que lo hayan sufrido tienen que prestar mayor atención
Los factores que sí pueden prevenirse son:
- La hipertensión arterial: las personas que tienen valores superiores a 140/80 tienen que tener un control médico.
- Las personas con enfermedades cardiacas (sobre todo las anginas de pecho o infartos de miocardio: estas tienen un mayor riesgo de padecer un ictus.
- El consumo de tabaco y drogas.
- El consumo excesivo de alcohol.
- Grasa en sangre (colesterol y triglicéridos).
- La obesidad.
- La vida sedentaria.
Hábitos para prevenir el ictus
Independientemente de ser hombre o mujer, así como de tener factores de riesgo que no depende de uno mismo o no, hay una serie de hábitos que es posible implantar en el día a día y que ayudan a prevenir que ocurra. Algunos de ellos son:
- Comer con moderación, además de incluir en la dieta suficientes verduras de hoja verde, carnes magras y frutas, además de disminuir la cantidad de sodio en las comidas.
- Hacer más ejercicio; lo ideal es que sea de forma moderada, entre tres y cuatro veces por semana.
- Controlar la presión arterial, ya que una cuarta parte de la población la tiene muy elevada. Es importante que este tipo de personas lleven un control diario en casa de la presión arterial y proporcionar a su médico estas lecturas cuando sea necesario. Además, tendrán que tener un seguimiento médico si así se estima necesario.
- Aprender a manejar el estrés es algo de lo más difícil de conseguir, pero también de lo más importante. Practicar actividades, como la meditación, que ayuden a controlarlo tendrá múltiples beneficios para la salud, no solo la prevención del ictus.
- Ir al médico a hacerse controles cada cierto tiempo, lo que puede ayudar a mantener a raya los factores de riesgo existentes y evitar que aparezcan otros nuevos.
- Dejar de fumar, ya que este hábito aumenta la presión arterial, que es un factor de riesgo importante del ictus.
