Ciclotimia: así es el trastorno de los cambios de humor
En el estado emocional también tiene una gran influencia la alimentación, debido a lo que se conoce como eje intestino-cerebro
Que el humor cambie a lo largo del día es algo normal. El organismo, de forma natural, responde a los estímulos que le afectan de una u otra forma a lo largo de la jornada. Sin embargo, experimentar cambios frecuentes de humor sin que haya un motivo aparente no es tan normal. Esto puede ser signo de un trastorno ciclotímico, también conocido como ciclotimia.
A grandes rasgos, la ciclotimia consiste en una inestabilidad en el estado de ánimo. Las personas que la sufren no suelen ser conscientes de estos cambios de humor, pero tienden a presentar periodos de depresión y euforia leves. Durante esta segunda fase, además, las personas viven un estado de ánimo elevado, además de cuadros de hiperactividad.
Pero esta no es la única forma de identificarlo, ya que existen diferentes síntomas para cada una de las fases. En el caso de la euforia, como ya se ha mencionado, aparece un extremismo muy alto, con un gran aumento de la energía; a su vez, esto provoca una menor necesidad de dormir. Además, el pensamiento se acelera y hay una falta de juicio. En el extremo opuesto está la fase de depresión leve, cuando aparecen la melancolía y la ansiedad. También puede surgir cansancio, falta de motivación y pérdida de interés por aquello que habitualmente gusta.
A los adultos el diagnóstico de esta patología tiene lugar siempre que los síntomas persistan durante al menos dos años. En el caso de los menores, la ciclotimia se diagnostica cuando estos perduran durante un año. Este trastorno no necesita, además, ningún tratamiento hospitalario para controlar los síntomas.
La relación entre la alimentación y el estado emocional
Son cada vez más las personas que deciden invertir en una buena alimentación como base para mantener un organismo sano y que pueda luchar mejor contra las enfermedades. Tener una dieta equilibrada y saludable tiene muchos beneficios tanto en el corto como en el largo plazo; además, una alimentación específica contrastada por profesionales especializados en nutrición contribuye no solo a mejorar la salud sino también a superar patologías.
En este sentido, el eje intestino-cerebro juega un papel muy importante. Este consiste en la transmisión de información entre ambos órganos y define cómo la nutrición influye en el estado tanto físico como emocional. Y algo esencial en este eje y su funcionamiento es la microbiota.
Según señala la Agencia Española de Alimentación y Nutrición (AESAN), la microbiota es el conjunto de microorganismos que están en los tejidos del cuerpo humano. Estos microorganismos realizan, en algunos casos, funciones específicas y residen en estas partes del cuerpo de forma más o menos permanente.
La microbiota es indispensable para conservar una buena salud digestiva debido a que ayuda a proteger el aparato digestivo de otros microorganismos patógenos que causan enfermedades. Además, estimula el sistema inmunológico y ayuda a llevar a cabo parte de la digestión, según señala la Fundación Española del Aparato Digestivo.
Algo a tener también en cuenta es que solo un tercio de la microbiota intestinal es igual en la mayoría de la población; los otros dos tercios son únicos en cada persona. En la composición de la misma influyen diversos factores: la lactancia materna, los genes, el ambiente en el que vive y la alimentación.
A la hora de mantener una microbiota sana, según indica la Fundación Española del Aparato Digestivo, las pautas a seguir son:
- Mantener una alimentación variada, rica en frutas, verduras y fibra.
- Intentar reducir el consumo de carne procesada, así como de azúcares refinados y grasas saturadas.
- Consumir alimentos fermentados.
- Consumir grasas de buena calidad.
- Cocinar los alimentos de forma saludable.
- Evitar el estrés, el tabaco, el alcohol y el sedentarismo.