Futuro Vegetal arroja pintura roja y negra en una sucursal de CaixaBank
Los activistas denuncian que «las grandes corporaciones, los bancos y los gobiernos están colaborando activamente en un genocidio inminente»
Militantes de Futuro Vegetal tiñeron este lunes la fachada de una sucursal de CaixaBank en Madrid con los colores rojo y negro utilizando extintores de incendios en protesta por las inversiones de este banco en la ganadería, responsable de la «emergencia climática actual», según ese colectivo de activistas.
«El poder de las corporaciones está en nuestra obediencia y el nuestro, precisamente en desobedecer», apuntaron desde Futuro Vegetal.
Esta protesta forma parte de «la campaña de desobediencia civil no violenta de alta intensidad» que este colectivo lleva manteniendo desde hace varios meses y que experimenta su punto álgido este mes de abril.
Con esta nueva acción, Futuro Vegetal protestó contra el actual modelo agroalimentario, al que señala «directamente» como responsable de la crisis climática, por lo que exigió al Gobierno el fin de las subvenciones a la ganadería y que se utilice ese dinero para «una transición a un sistema agroalimentario basado en plantas que sea social y ecológicamente justo».
Este colectivo apuntó que CaixaBank destina «importantes fondos al sector ganadero a través de préstamos». «No podemos permitir que se sigan financiando industrias que comprometen la seguridad alimentaria de la población», proclamó una de las manifestantes al finalizar la acción.
Otra de las participantes comentó: «Las grandes corporaciones, los bancos y los gobiernos están colaborando activamente en un genocidio inminente». La semana pasada, Futuro Vegetal realizó una acción similar en otra sucursal madrileña del BBVA.
Otras protestas
Futuro Vegetal se dio a conocer principalmente el pasado mes de noviembre después de que dos activistas pegaran sus manos a los marcos de los cuadros de La maja desnuda y La maja vestida de Francisco de Goya, expuestos en el Museo Nacional del Prado, en Madrid.
Posteriormente, sus activistas interrumpieron un partido de la Copa Davis en Málaga, arrojaron pintura roja y negra en Cortylandia (espacio infantil navideño de El Corte Inglés ubicado en la calle Preciados de Madrid), paralizaron el tráfico de la M-30 en plena operación salida navideña en Madrid y paralizaron la cadena productiva del matadero de Binéfar (Huesca) al sabotear el sistema eléctrico de las cámaras frigoríficas y los túneles de oreo.
Pocos días después del inicio de 2023, Futuro Vegetal anunció que este año quiere movilizar a «al menos 3.000 personas dispuestas a ser detenidas» con iniciativas climáticas.
A lo largo de este año, sus activistas se pegaron a los micrófonos del atril del Congreso donde intervienen los diputados, derramaron pintura de témpera en el salón principal del restaurante del programa de televisión MasterChef, en Madrid, e irrumpieron en la inauguración de la I Cumbre Agroalimentaria, en Barcelona, mientras intervenía telemáticamente el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
Además, vertieron un líquido que simulaba ‘pintura’ roja biodegradable contra las columnas, las escalinatas y una de las esculturas de león situadas en la fachada del Congreso de los Diputados; paralizaron el tráfico al escalar un panel luminoso de la M-30, en Madrid, y tiñeron de pintura roja y negra la fachada del Ministerio de Justicia, además de una sucursal madrileña del BBVA.