El fin de los enanos toreros: ¿adiós a una humillación o un modo de ganarse la vida?
El Senado vetará que las personas con acondroplasia puedan participar en espectáculos o actividades que «atenten» contra su dignidad
El Pleno del Senado vota este miércoles la prohibición por ley de los espectáculos o actividades que atentan contra la dignidad de personas con discapacidad que afectará a las compañías en las que trabajan personas con acondroplasia en España, como Diversiones en el ruedo y sus enanitos toreros o El Popeye torero.
Estas compañías, que dan trabajo actualmente a unas treinta personas, consideran que es «una auténtica aberración» que echen el cierre a un trabajo profesional que les gusta, del que viven sus familias, por el que cotizan y que cumple las normas de los espectáculos taurinos.
«No hay en ningún sitio donde se diga que para ser actor humorístico tienes que tener una altura, una raza o una etnia; estamos bastante disgustados porque nadie nos ha preguntado y dan por sentado que se denigra o se ríen de las personas y es al contrario: el respeto que nos tienen es impresionante», explica a Efe Daniel Calderón, responsable de Diversiones en el ruedo y sus enanitos toreros.
Las personas con discapacidad, agrupadas en asociaciones como el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), han librado la batalla legal para que este tipo de espectáculos dejen de existir y han recibido el apoyo público del director general de Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales, Jesús Martín Blanco, con displasia ósea: «El enanismo no es ninguna profesión; en España no hay bufones, sino personas», aseveró.
Prohibir pero abrir la puerta a nuevos trabajos
Aunque la ley que incluye esta medida y que vota el Senado debe volver probablemente al Congreso para su aprobación definitiva, la prohibición de estos espectáculos ya ha conseguido el apoyo mayoritario de los grupos.
Lo anunció la diputada de ERC Norma Pujol tras ser respaldada la enmienda de su grupo: «Quedan prohibidos los espectáculos o actividades recreativas en que se use a personas con discapacidad o esta circunstancia para suscitar burla, la mofa o la irrisión del público contrario al respeto debido a la dignidad humana», recoge la iniciativa aprobada por la Cámara Baja.
Ahora las administraciones públicas, en el ámbito de sus competencias, deberán promover políticas, estrategias y acciones públicas, en cooperación con las organizaciones sociales, para que las personas con discapacidad que laboralmente intervenían en esos espectáculos «puedan transitar a ocupaciones regulares».
La reforma de la ley de discapacidad para prohibir estos actos era un compromiso que asumió el Ministerio de Derechos Sociales, que en numerosas ocasiones ha pedido públicamente la cancelación de estos espectáculos al considerar que denigra a las personas con acondroplasia y atenta contra la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad.
Se incluye finalmente en una ley que traspone cuatro directivas de la UE sobre accesibilidad de productos y servicios, migración de personas altamente cualificadas, tributaria y digitalización de actuaciones notariales y responsabilidad civil por daños nucleares o por materiales radiactivos.
Los enanos toreros se oponen
La compañía que dirige Daniel Calderón se define en redes sociales como un «espectáculo cómico taurino que inculca los valores de la tauromaquia entre familias» y la componen 14 personas, «7 de talla baja».
«Comemos de ello; es una auténtica aberración que, encima que tienes la oportunidad de trabajar en algo que te gusta, que eres un profesional que cotizas legalmente, te lo prohíban; es como si por ser rubia en tu trabajo no te dejaran ser periodista: no se entendería», señala a Efe.
Argumenta que ellos no son el problema, «sino los que piensan de manera tan compleja» de que su trabajo es una vejación hacia las personas con discapacidad.
«Los que estamos en el espectáculo somos libres, ejercemos el trabajo que queremos y nadie nos obliga a nada, es algo inexplicable lo que pasa en España», insiste este empresario, que recuerda que trabajan en Francia y Portugal, países donde no tienen ningún problema.
«Estamos totalmente regulados, tenemos un convenio taurino, tenemos una base de cotización, es que somos toreros y no lo pueden prohibir; en la tauromaquia tenemos nuestras armas, tenemos nuestros derechos y abogados e iremos hasta la última a defenderlo», indica.
Desconfían de las posibles alternativas laborales. «Es fácil prohibir sin darte una alternativa laboral; la única es que cobres una ayudita de 400 euros que no te vale ni para pagar gastos y dar de comer a tu familia o trabajar en la ONCE, donde ellos te obliguen a estar en calle: ¿y eso no es denigrante?», pregunta.
«No queremos formación, ya tenemos nuestro oficio; es como si eres carpintero y ahora quieres enseñarme a ser charcutero, porque a usted le da la gana. No hay ni por dónde cogerlo, no tiene ni pies ni cabeza», concluye.