Andalucía confirma que la ley permite vapear en los cines y no se plantea prohibirlo
La Junta admite que no existe la prohibición explícita de fumar en dispositivos electrónicos en el patio de butacas
La Junta de Andalucía confirma que está permitido vapear en los cines y, además, no tiene planteado prohibirlo, al menos de momento. Así se desprende de una respuesta que le ha dado a la asociación Nofumadores tras desestimar la reclamación presentada por un portavoz de esta organización ante la empresa OCINE GRANADA SLU, propietaria del cine situado en el Centro Comercial Serrallo Plaza de Granada.
La actual Ley de Medidas contra el Tabaquismo permite vapear en los cines. Como menciona en el escrito de contestación de la Delegación Territorial de Salud de la Junta en Granada, en relación al uso de cigarrillos electrónico y vapers la ley 28/2005, de medidas sanitarias frente al tabaquismo «no incluye entre los lugares donde está expresamente prohibido su consumo a los cines y establecimientos similares y, por tanto, su uso no estaría incumpliendo la norma».
No obstante, la presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández Megina, ha dado la voz de alarma: «Ante el gigantesco aumento que ha tenido en los últimos cuatro años el uso de cigarrillos electrónicos entre menores y adultos, la ley actual ha quedado completamente desfasada y hay que exigir que recoja la prohibición absoluta de fumar en cualquier tipo de dispositivo en todos los espacios cerrados».
Concretamente, la asociación denuncia un hecho concreto que se produjo el pasado 8 de abril en las salas de cine del centro comercial Serrallo Plaza, durante la proyección de la película de Mario Bros. «En una sala atestada de menores, un grupo de jóvenes, menores de edad, vapeó durante toda la proyección». Ante esto, el representante de Nofumadores en Granada, Jesús Guerrero, procedió a quejarse a la dirección tras el fin de la película, la cual le animó a presentar una reclamación.
Si bien es cierto que la Ley 28/2005 no incluye la prohibición expresa de vapear en interiores, salvo en el caso de edificios públicos y hospitales, un buen número de cadenas de cine incluyen explícitamente la prohibición de su consumo en sus instalaciones.
Nofumadores criticó a OCINE por no eliminar el uso de dispositivos susceptibles de liberación de nicotina en sus salas cuando prohibirlo se encuentra dentro de sus prerrogativas. «Que una empresa permita vapear en un espacio en el que hay menores es totalmente inadmisible. La inmensa mayoría de las cadenas de cine impiden, como es natural, el uso de estos dispositivos», afirma Raquel Fernández.
Por su parte, la Delegación Territorial de Salud ha precisado en su respuesta que esta permisividad hacia los vapeadores en los cines se produce «independientemente de nuestra opinión desde la perspectiva sanitaria y que la regulación está en trámites de ser modificada».
No obstante, Nofumadores afirma que dicha modificación a la que se refiere la Junta lleva paralizada en un cajón de la anterior ministra de Sanidad, Carolina Darias, «más de año y medio, por intereses políticos y no existe ningún indicio que pronostique que será aprobada antes del fin de esta legislatura».
Medidas más restrictivas
La asociación urge a la Junta de Andalucía a crear su propio reglamento autonómico que solvente con la máxima urgencia este «agujero negro» de la ley y prohíba expresamente el consumo de todos los dispositivos susceptibles de Liberación de Nicotina en espacios cerrados, equiparándolos con el tabaco convencional a todos los efectos.
Nofumadores recuerda que la ley de medidas sanitarias frente al tabaquismo es una ley de mínimos y que, por tanto, las Comunidades Autónomas tienen la potestad legal de ir más allá e imponer medidas más restrictivas. Es el caso concreto, por ejemplo, del País Vasco, que sí que equipara el cigarrillo electrónico al tabaco y, en consecuencia, lo prohíbe en todos aquellos espacios en los que no se puede fumar.
Así mismo, la asociación insiste, una vez más, al nuevo ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, sobre la gravedad del problema y la necesidad imperiosa de actualizar e la Ley 28/2005 para equiparar todos los productos novedosos de tabaco y nicotina con el cigarrillo convencional.