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El cura acusado de abusos atacaba a sus presuntas víctimas mediante 'sumisión química'

Un Juzgado ha confirmado el ingreso del sacerdote malagueño en prisión con carácter provisional y sin fianza

El cura acusado de abusos atacaba a sus presuntas víctimas mediante ‘sumisión química’

GHB o éxtasis líquido. | ViuBe Centro Terapéutico

El padre Fran, al que se le acusa de cometer diversos abusos sexuales, empleaba presuntamente la ‘sumisión química’ para someter y abusar de sus víctimas sin dejar rastro en sus organismos. En concreto, la droga que usaba era el GHB o éxtasis líquido. Se trata de una sustancia muy fácil de conseguir en el mercado negro, cuyo principal efecto es el bloqueo de las funciones fisiológicas del cerebro.

Han pasado 22 días desde la mediática detención de este cura en Vélez (Málaga), de 34 años de edad, como presunto autor de diversos abusos sexuales. Su negativa a realizarse las pruebas de ADN pertinentes le han colocado en el ojo del huracán mediático. Numerosos testimonios indicaron que no les sorprendía la noticia cuando trascendió a la prensa, mientras que otros en cambio señalaban que tenía un comportamiento ejemplar.

Lo más grave del caso, además de los presuntos abusos sexuales, es la presunta forma en la que se realizaban. El párroco, supuestamente, utilizaba droga para someter químicamente a sus víctimas, y así poder utilizar sus cuerpos a su merced, con fines sexuales, y posteriormente grabar y fotografiar el contenido, para finalmente almacenarlo en un puerto USB.

Dicho pendrive fue encontrado por su compañera sentimental, quien consternada y asustada alertó a las autoridades de la existencia de todas esas imágenes y vídeos de carácter sexual con alto contenido delictivo. La mujer se ha mostrado muy crítica con la presión de los medios de comunicación, agolpados frente a su vivienda día y noche, con el fin de conseguir alguna declaración que diese más pistas sobre cómo es Fran, el cura detenido.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Vélez confirmó el ingreso del sacerdote malagueño en prisión, con carácter provisional, comunicada y sin fianza. Cabe destacar que, ya desde su ingreso en la orden allá por el año 2017, comenzó a grabar este tipo de vídeos.

A través del establecimiento de numerosos vínculos de confianza con sus víctimas, generalmente visitantes del centro y personas de su alrededor, el cura les proponía presuntamente citas casuales, aparentemente sin ninguna intención, para poder encontrarse en intimidad y a solas con ellas. Una vez ahí, les suministraba a través de vía oral GHB o éxtasis líquido, una potente sustancia anuladora que puede conseguirse fácilmente y a bajo coste en el mercado negro.

Sus principales efectos son la amnesia (lo que explica que sus víctimas no tuvieran conocimiento de los abusos hasta que les fueron notificados por las autoridades), y una rápida sedación y/o pérdida de consciencia, lo que permitía al sujeto actuar de manera rápida y poder grabar todo lo sucedido. Cabe destacar que, en un principio, esta droga puede llegar a producir sensación de bienestar, e incluso de euforia, lo que le habría permitido a Fran que sus víctimas estuviesen cómodas con él; para después actuar cuando quedaban inconscientes.

El GHB bloquea o, en el mejor de los casos, disminuye la inmensa mayoría de las funciones fisiológicas del cerebro. En el peor de los casos, el éxtasis líquido consumido a través de vía oral puede llevar a una grave dificultad para respirar, a sufrir alucinaciones, e incluso al coma.

Se trata de una sustancia estupefaciente que carece de color y de sabor, por lo que pasa desapercibida si se mezcla con cualquier otra bebida; por lo que el sacerdote les echaba este líquido en sus vasos para que lo consumiesen sin tener conocimiento de ello. Otro punto a tener en cuenta es que el GHB o éxtasis líquido desaparece a las pocas horas del organismo sin dejar rastro, por lo que ni siquiera un análisis de sangre u orina de las víctimas en los días siguientes a los abusos hubiera podido llegar a detectar que las consumieron.

Con el uso de esta droga, el padre Fran, de origen veleño, abusó supuestamente de hasta cinco mujeres entre los años 2017 y 2019, aunque no se descarta la aparición de nuevas víctimas con el visionado de las imágenes y el avance de la investigación. En lo que al Obispado de Málaga respecta, ya han admitido estudiar la posibilidad de personarse en la causa judicial contra él, ante «la extrema gravedad de los hechos».

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