Santa Claus es español (para los niños holandeses)
Sinterklaas llega en un barco de vapor desde España para dejar regalos en la noche del 5 al 6 de diciembre
Uno de los personajes más entrañables y emblemáticos de la Navidad es, sin duda, Santa Claus. A lo largo y ancho del mundo, este personaje recibe diferentes nombres. Una de las denominaciones más extendidas es aquella que traducida vendría a ser «Papá Navidad». Es el caso de Inglaterra, donde se le conoce como Father Christmas. También el de Francia donde se le llama Père Noël, o Italia, conocido como Babbo Natale. En los países de habla hispana sucede lo mismo ya que hemos adoptado una versión castellanizada de la palabra francesa Noël.
Sin embargo, en Holanda, se refieren a él como Sinterklaas, una abreviación de San Nicolás, ya que la figura central en la mayoría de estas tradiciones es el obispo San Nicolás, un personaje legendario que trae regalos a los niños en su día especial. Aunque la celebración de los regalos ha variado a lo largo de los años y entre diferentes culturas, la mayoría de estas celebraciones se juntaron a finales del siglo XIX, trasladando la entrega de regalos en los países hispanos a la víspera de Navidad. No obstante, en algunos lugares de Europa se mantiene la tradición de abrir los regalos de San Nicolás la mañana del 6 de diciembre, día de San Nicolás, que se supone que murió un 6 de diciembre.
San Nicolás de Bari fue un obispo católico que vivió entre los siglos III y IV en Licia (actual Turquía) y es el origen de estas historias y leyendas. Una de las más conocidas narra cómo ayudó a tres jóvenes cuyo padre no podía pagar su dote. Nicolás, en un acto de caridad anónima, dejó caer monedas de oro por la ventana. La reputación de San Nicolás se incrementó entre los devotos y su famosa costumbre de obsequiar regalos de manera oculta fue la base para el Santa Claus tradicional, que evolucionó a través de Sinterklaas.
Para la tradición holandesa, por el contrario, San Nicolás (Sinterklaas) no llega desde Turquía. Ni siquiera de Laponia. Para los niños holandeses San Nicolás es español y llega en barco desde el sur de Europa a mediados de noviembre. No viaja solo: le acompaña un sirviente llamado Zwarte Piet (Pedro el Negro), quien lleva el saco de regalos y desciende por las chimeneas para depositar los presentes en los zapatos de los niños. Esta figura ha generado mucha polémica en los últimos años, tanto que, en 2014 un delegado del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos solicitó al gobierno de los Países Bajos que examinara la figura del Zwarte Piete en los desfiles de San Nicolás, debido a la posibilidad de que constituyera una representación estereotipada del esclavo.
Zwarte Piet apareció por primera vez en un libro ilustrado de 1850, titulado San Nicolás y su paje, de Jan Schenkman. En esta historia, San Nicolás, el obispo de España, llega a Amsterdam en un barco de vapor, acompañado por su sirviente. Tras una ceremonia de bienvenida, compran dulces y libros, y por la noche, recorren los tejados a caballo. San Nicolás registra en un libro qué niños se han portado bien o mal antes de repartir los regalos.
Esta leyenda de San Nicolás es el origen del mito de Santa Claus en Estados Unidos. Recordemos que Nueva Ámsterdam antes de llamarse Nueva York era una colonia holandesa en la costa Este de lo que hoy es Estados Unidos. Los colonos holandeses celebraban la festividad de San Nicolás. Aquella celebración se mantuvo de alguna manera con la llegada de los británicos, y tras la Independencia de los Estados Unidos, el nombre de Sinterklaas se adaptó al inglés como Santa Claus, y la figura se popularizó en todo el país. Probablemente el culpable fuera Washington Irving, quien cambió el nombre en su Historia de Nueva York de 1809. Ya en 1863, Thomas Nast le dio a Santa Claus su aspecto de gordo barbudo y alegre, incluyendo su atuendo rojo característico en las tiras de Harper’s Weekly.
Posteriormente, el mito de Santa Claus regresó a Europa, incluyendo Inglaterra o los Países Bajos. En Inglaterra se le siguió llamando Father Chistmas, aunque ahora se le representa con los atributos típicamente norteamericanos. Algo parecido sucede en los Países Bajos donde San Nicolás (Sinterklaas) compite consigo mismo en la forma de Santa Claus durante la temporada navideña. Es más, muchos niños holandeses abren regalos de Sinterklaas el 6 de diciembre y, más adelante, de Santa Claus (Kerstman) el 25 de diciembre.
Y quiero terminar con una observación. En un artículo que publiqué en El Mundo me encargué de desmentir esa creencia popular que dice que a los niños holandeses les asustan con El duque de Alba si no se comen la sopa o se van a la cama temprano. Los críos de Holanda no temen a ningún personaje aterrador nacido en nuestro suelo, para nada, por mucho que la leyenda urbana se haya popularizado en estas latitudes en clave victimista. Por quien sí beben los vientos aquellos pequeños habitantes de los Países Bajos es por un tipo entrañable que les trae regalos la mañana del 6 de diciembre: se llama Sinterklaas y es español.