El ajedrez mejora las notas de los alumnos en matemáticas y reduce su aversión al riesgo
La mejora en Matemáticas equivale a entre medio curso escolar y un curso entero
Los primeros orígenes del ajedrez se remontan a la India en el siglo III antes de Cristo. Dos mil trescientos años después, este popular juego sigue haciendo las delicias de muchos y enriqueciéndonos con sus múltiples beneficios, también aplicados a la educación.
Un estudio realizado por los profesores Asad Islam (Monash University), Wang-Sheng Lee y Aaron Nicholas (Deakin University) evaluó los efectos del ajedrez en colegios de Educación Primaria de Bangladesh. Los investigadores pusieron en marcha un programa intensivo de aprendizaje del ajedrez entre alumnos de quinto curso que no hubieran tenido experiencia previa con el milenario juego. Sus principales hallazgos consistieron en observar que el ajedrez mejoraba las notas en Matemáticas y reducía el nivel de aversión al riesgo en los estudiantes. La mejora en Matemáticas se situaba al equivalente de entre medio curso y un curso entero.
En cuanto al riesgo, los autores del estudio señalan que el ajedrez, mediante la formación de estrategias, es útil para la conceptualización y el cálculo de riesgos. Es habitual, apuntan, que los jugadores hagan sacrificios de ciertas piezas con ánimo de obtener una ventaja superior más adelante. Esos gambitos, por usar el término ajedrecístico, suponen un riesgo porque, de haberse calculado mal, pueden suponer un deterioro de la posición del jugador. Por tanto, aprender a jugar aumenta el nivel de apreciación de riesgos y anima a tomarlos conforme se gana experiencia.
Por contra, los investigadores no apreciaron efectos significativos del ajedrez en otros aspectos competenciales, como la creatividad o la capacidad de atención.
Con estas credenciales, no sorprende que en los últimos años el ajedrez haya sido impulsado como una valiosa herramienta educativa por diversos gobiernos y organismos internacionales. Así, por ejemplo, el Parlamento Europeo recomendó hace ya años a los Estados miembros la implantación del programa ‘Ajedrez en la Escuela’ en las aulas; en España, algunos gobiernos autonómicos lo han adoptado, como Aragón, Andalucía o Baleares. Algunos países, incluso, han hecho del ajedrez una asignatura obligatoria en su plan de estudios de Primaria, como Armenia y Polonia.
La pujanza de este juego en el ámbito educativo sigue presente hoy. Por ejemplo, Smartick, una empresa especializada en la formación de escolares de 4 a 14 años, acaba de lanzar una herramienta online para el aprendizaje del ajedrez. ‘Smartick Chess’ se ha desarrollado con la colaboración de la Federación Española de Ajedrez y su objetivo es que los niños puedan concentrarse en el juego sin acceso a las redes sociales pero con la posibilidad de jugar partidas con otros alumnos. «Los padres sabrán así que, lejos de perder el tiempo con pantallas, sus hijos estarán dedicados al aprendizaje del ajedrez, de la mano de los mejores maestros», apuntan desde la empresa.
Desde su fundación, Smartick, centrada entonces en reforzar de la mejor manera las matemáticas de los niños, incorporó juegos diseñados para potenciar la memoria, la lógica y la estrategia. «El ajedrez es un paso muy lógico porque refuerza esas habilidades y, además, también otras, como una competitividad sana, la tolerancia a la frustración, el pararse a pensar, el aprender del error», explica Daniel González de Vega, cofundador de esta plataforma.
«Pero éramos conscientes que, de entrada, para muchos niños ajenos al ajedrez, hay una barrera de juego difícil, complicada y nosotros queríamos romperla y llevar a los niños de la mano», señala González de Vega. «Además, queríamos rendir homenaje al mundo del ajedrez honrando su historia, que los niños sean conscientes de que están jugando a algo que nos viene de hace muchos siglos», añade.
Los responsables de la aplicación han planteado un viaje de varias lecciones por la estrategia del ajedrez y su historia. Cuando acaban las lecciones y la historia, los alumnos pueden acceder a otra sala en la que pueden jugar contra otros niños y personajes de la historia que han vivido, porque, «por supuesto —apuntan—, no se puede obviar la motivación de competir con otros niños». En Smartick Chess hay un sistema de niveles: madera, hierro, bronce, plata, oro, dependiendo de cómo vayan jugando esas competiciones. Dentro de cada nivel, además, hay peones, caballos, alfiles, torres, damas y reyes. Todos empiezan por el peón de madera.
Los personajes y los vídeos han sido diseñados por un equipo de arte con varios ilustradores. «Sabíamos que una de las grandes diferencias con otros sitios tenía que ser conseguir una estética muy cuidada, que atraiga a niños que, a priori, a lo mejor no se habían planteado acercarse al mundo del ajedrez», explica González de Vega.