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Qué es el síndrome FOMO: el nuevo fenómeno psicológico que afecta a los jóvenes en España

También conocido como «el miedo a perderse algo» forma parte de los nuevos problemas de salud mental que lleva asociado el uso de redes sociales

Qué es el síndrome FOMO: el nuevo fenómeno psicológico que afecta a los jóvenes en España

El trastorno FOMO afecta a la población más joven

En plena era digital, el Síndrome FOMO, conocido como el «Fear of Missing Out» o miedo a perderse algo, ha surgido como un creciente problema de salud mental, especialmente entre la población más joven.

La omnipresencia de las redes sociales ha llevado a una realidad en la que la comparación constante, la necesidad de validación social y el contacto con vidas aparentemente perfectas han desencadenado un fenómeno preocupante. Tanto es así que ha sido reconocido por los psicólogos como un trastorno que lleva asociado serios problemas emocionales y mentales.

¿En qué consiste el FOMO?

Estar constantemente conectados a través de nuestros dispositivos móviles puede desencadenar la adopción de hábitos perjudiciales y el desarrollo de síndromes como el FOMO.

Aquellos que experimentan este síndrome manifiestan un temor persistente a perderse cualquier interacción en redes sociales como Instagram, TikTok o Twitter.

La necesidad de estar al tanto de las actividades de aquellos que siguen y son seguidos, así como la constante búsqueda de validación a través de likes y mensajes, termina por generar ansiedad y angustia.

Este síndrome está estrechamente vinculado a la nomofobia, ya que la idea de desconectarse o dejar de lado el teléfono provoca una resistencia significativa.

¿Cuáles son sus síntomas?

Necesidad de capturar cada momento de la vida
La necesidad de capturar cada momento de la vida ha dado lugar a trastornos como el FOMO | Pixabay

Según la información de El Publico, entre los síntomas más notables del FOMO, destaca el llamado «síndrome de la llamada o alerta fantasma», que se refiere a la percepción ilusoria de sonidos provenientes del móvil, como la notificación de un mensaje, un like o un WhatsApp, seguido de la desilusión al descubrir que no hay novedades en el teléfono.

La ansiedad por no responder de inmediato a mensajes o comentarios en redes sociales, incluso los más triviales que no requieren respuesta, también es un síntoma significativo del FOMO.

Otro indicador clave es la excesiva cantidad de tiempo invertida en redes sociales. Esto se manifiesta a través de la constante retransmisión de actividades, lugares, outfits, interacciones o el hábito de capturar cada momento en fotos y videos.

Esta conducta no es esporádica, sino constante desde la mañana hasta la noche, incluso durante eventos familiares, vacaciones, conciertos y horas de trabajo.

La resistencia a dejar el teléfono a un lado, a menudo motivada por reproches del entorno, conduce a un estado de malhumor e irritabilidad en la persona afectada. En lugar de separarse de la red y perderse algo, prefiere aislarse. Es decir, el FOMO puede provocar un aislamiento social significativo.

¿Por qué está afectando en mayor medida a la gente joven?

Investigaciones, como la realizada por el investigador de la Università de Roma La Sapienza, Manuel Varchetta, evidencian una conexión entre el FOMO, la vulnerabilidad en línea y la adicción a las redes sociales entre estudiantes universitarios. El 71% de los participantes, de edades comprendidas entre los 18 y 30 años, admitió un uso frecuente, incluso, durante el horario de clases.

Los jóvenes, quienes a menudo son los usuarios más activos de la tecnología, se ven más afectados por el FOMO. Por ejemplo, el perfil predominante de quienes son adictos a las redes sociales suele ser de jóvenes entre 16 y 24 años. Esta población también tiende a ser más propensa a la adicción debido a su impulsividad, la necesidad de tener influencia social y reafirmar su identidad grupal.

¿Cómo se puede prevenir el FOMO?

Enfrentar el miedo a perderse algo (FOMO), puede desencadenar estados de ansiedad, depresión y afectar a la autoestima. Por ello, requiere abordar la raíz del problema en lugar de simplemente evitarlo.

Desconectarse de las redes sociales o deshacerse del teléfono móvil no resolverá la situación, ya que solo se estaría eludiendo el problema. Es esencial reconocer que las redes sociales son parte integral de la vida actual y, a menudo, son necesarias, incluso por motivos laborales.

La clave está en cambiar los hábitos de uso del teléfono y adoptar una gestión razonable y equilibrada de las redes, mientras se cuida la autoestima y se enfocan los esfuerzos en el día a día.

El contacto humano, que permite percibir expresiones y emociones sin palabras, es fundamental para el desarrollo de niños y jóvenes. La empatía es difícil de aprender si la interacción se limita principalmente a través de pantallas, incluso cuando físicamente se encuentran en el mismo lugar.

Si descubres que padeces de FOMO y te resulta difícil desconectar del móvil, dando más importancia a las interacciones en pantalla que a las relaciones cercanas, es aconsejable buscar la ayuda de un psicólogo profesional. Ellos te guiarán y proporcionarán las herramientas necesarias para superar y gestionar adecuadamente este problema.

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