Un estudio revela que el 76% de los jóvenes está preocupado por la «crisis climática»
Sin embargo, los encuestados reflejan «poca motivación» a la hora de plantearse «cambios profundos»
El 76% de los jóvenes españoles está preocupado «mucho o bastante» por «la crisis climática» y muestra «una alta sensibilidad hacia las cuestiones ambientales», pero sólo un 10% entiende el concepto de «justicia climática» y un 40% no relaciona cambio climático con pobreza y desigualdades en el mundo, según un estudio de Manos Unidas. Además, aunque se consideran «más preocupados» que su familia, amigos o empresas, 7 de cada 10 jóvenes afirman que son las empresas y los gobiernos de los países desarrollados los que más pueden contribuir para acabar con la injusticia climática y, en ese sentido, ponen en último lugar los cambios en su propio estilo de vida y su consumo.
Éstas son algunas de las principales conclusiones del estudio sobre la percepción de los jóvenes acerca de la conexión entre crisis climática y pobreza, presentado hoy por Manos Unidas dentro de su nueva campaña ‘El efecto ser humano’ que busca transmitir la urgencia de terminar con la injusticia climática en el mundo. El «maltrato al planeta» afecta «en mayor medida y con consecuencias mucho más devastadoras» a «millones de personas desfavorecidas que habitan en países que poco nada han contribuido» a este deterioro, ha explicado la presidenta de esta ONG, Cecilia Pilar Gracia, durante la presentación del documento.
Manos Unidas recuerda que los países más pobres «son también los más vulnerables al cambio climático» y lamenta que sólo un 25 % de los jóvenes sondeados apunte que la justicia climática «tiene que ver con velar por las personas más vulnerables», sino que lo asocia más bien con cuestiones como el acceso universal a los recursos energéticos, las responsabilidades de los gobiernos por el impacto en el deterioro del planeta o la reducción de gases de efecto invernadero.
Respecto a las conductas personales que podrían adoptar para hacer frente al problema, el informe señala que los jóvenes tienen mayor disposición a cambiar lo que menos trastoque su propia economía —como dejar de desperdiciar comida, reciclar, trasladarse a pie o alargar la vida útil del teléfono móvil, entre otros puntos— que aquellas cosas que les suponga una merma económica —comprar ropa de calidad, apostar por marcas sostenibles o comprar un coche eléctrico, por ejemplo—.
También reflejan «poca motivación» a la hora de plantearse cambios «más profundos» como la reducción en el consumo de carne o la posibilidad de viajar menos en avión. Pese a ello, un 76% cree que es posible cambiar hacia un mundo mejor y que ese cambio «está en nuestras manos», si bien se reconocen en general «pesimistas» en la medida en que este objetivo sólo será posible con «el compromiso y la participación de todos» los integrantes de la sociedad «y dudan que esto sea así».
Gracia ha insistido en que «maltratamos sin piedad y enorme ingratitud a la tierra que nos da la vida, como si hubiera un recambio que no hay» y ha recordado que Manos Unidas trabaja en medio centenar de países africanos, asiáticos y americanos «muy afectados, todos ellos, por la amenaza climática».
Según datos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, cerca de la mitad de la población mundial vive en contextos considerados «altamente vulnerables» al cambio climático: sólo en 2023, la ong destinó más de 5 millones de euros a proyectos relacionados con el agua y el medioambiente, así como a afrontar las consecuencias derivadas de la crisis climática.