Javier se cambia de sexo registral para recuperar a su hijo tras ocho años sin verlo
La madre no gestante insta a los juzgados a cumplir la sentencia que le devuelve la custodia o denunciará por transfobia
La vida de Francisco Javier Avellaneda se truncó en 2015, cuando su exmujer secuestró a su hijo. Tras años peleando en los tribunales, creyó que todo había acabado el pasado 27 de noviembre de 2022, cuando la madre ingresó en la cárcel de Villanubla (Valladolid), condenada a cuatro años de prisión por el Tribunal Supremo. Pero ocho años después sigue sin estar con su descendiente. Es por eso que, en una maniobra desesperada, se ha cambiado de sexo registral. Francisco es ahora Francisca. Así figura desde el pasado 26 de febrero en el Registro Civil. Pero prefiere que le sigan llamando simplemente Javier.
Javier comenzó a autopercibirse como mujer allá por 2018. «Me separé en 2012 y mi exmujer secuestró a mi hijo en 2015. Viendo que las mujeres teníamos una supremacía y una serie de ventajas y prebendas sobre el hombre, comencé a autopercibirme mujer. Somos intocables. Mi exmujer ha retenido ocho años ilegalmente a mi hijo, y ahora lo tiene su pareja. Me sentí mujer cuando viví esa impunidad. Ahora que soy Paca espero poder recuperarlo», relata.
Javier espera, en definitiva, poner fin al calvario judicial que atraviesa desde hace años. La Justicia sigue sin cumplir con la ejecución de la sentencia firme que data del 16 de noviembre de 2022, y que obliga a la madre a entregar «de forma inmediata la custodia del menor al padre, con apercibimiento de que, caso de no cumplirlo, podría incurrir en delito de desobediencia».
Su hijo no le ha sido entregado porque días antes de que el auto adquiriese firmeza, un juzgado de Palencia accedió a concederle la custodia de manera cautelar a la abuela, apelando al «evidente distanciamiento afectivo» que había entre padre —ahora madre no gestante— e hijo después de casi siete años —hoy ya ocho— sin verse. Sin embargo, Avellaneda recurrió esta decisión.
«Es evidente que, después de tanto tiempo separado de su padre, el apego será cada vez menor», denunció el abogado de Javier en una entrevista concedida en su día a Libertad Digital. De hecho, en 2016, la jueza que llevaba el caso tenía sobre la mesa un informe de Servicios Sociales en el que, tras entrevistar al niño, la perito se inclinaba porque Javier ostentase la custodia en exclusiva.
«Mi exmujer lleva más de un año en prisión y sólo hay un auto firme, que es el de la entrega», denuncia Javier en conversación con THE OBJECTIVE, y abunda: «El único que tiene la patria potestad soy yo, y los jueces están prevaricando, veremos si ahora que soy mujer trans y que pertenezco al colectivo LGTBIQ+ siguen con esa actitud, porque estarían incurriendo en un delito de discriminación y de odio». Sus abogados ya han comunicado a todos los juzgados del cambio de sexo de su cliente.
Su hijo, en Matrix
La última vez que Javier vio a su hijo fue el pasado mes de enero, pero aclara que «siempre va con escolta», ya sea «el novio de mi ex o algún amigo de mi familia». «Físicamente está bien, pero vive engañado, en una Matrix. Dentro de poco cumplirá 16 años y el niño será legalmente mayor para tomar la decisión, pero hemos hecho un esfuerzo económico para peritar todas las psicosociales y grabaciones y que el menor quede incapacitado para declarar», expone.
Javier y su pareja, Nuria, denuncian que el menor tiene un claro caso de «distorsión de la realidad» tras vivir durante años «secuestrado» por la madre y su entorno, y tienen un detallado informe pericial de 48 páginas que así lo atestigua. Este mes de marzo van a presentar una reclamación a la Administración de Justicia por los daños y perjuicios ocasionados. Están pendientes de recibir el peritaje que cuantifique el daño, pero la indemnización oscilaría en torno a los 100.000 euros.
De hombre a mujer
Paca, fiel lectora de THE OBJECTIVE, sabe que en España existen 475 diferencias legales entre hombres y mujeres, la llamada discriminación positiva, y que estas desaparecen por la ley trans. A esto atribuye que la mayoría de cambios de sexo registral solicitados tras la aplicación de la norma impulsada por Irene Montero sean de varones que transicionan a mujeres: 3.160 de 5.139, el 61,49% del total.
«Es curioso que en un patriarcado sean los hombres los que se quieran cambiar», dice Nuria, la pareja de Javier (Paca). Esta ya anunció el pasado año su intención de cambiarse de sexo, pero sin hormonarse ni cambiar de pareja, tampoco de estética, pues ahora es una mujer trans lesbiana. El proceso ha sido más largo de lo esperado, como el de recuperar a su hijo, pero confía en que ahora que pertenece a un «colectivo vulnerable» los jueces no sean «tránsfobos» y apliquen «el único auto firme», que ordena la devolución de su hijo al padre, ahora madre no gestante.