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Los universitarios 'online' sacan peores notas y tienen más probabilidades de dejar la carrera

Los alumnos a distancia sacan de media un aprobado, mientras que sus compañeros en el aula obtienen un notable bajo

Los universitarios ‘online’ sacan peores notas y tienen más probabilidades de dejar la carrera

En general, los expertos señalan como superior la enseñanza presencial sobre la presencial. | Ilustración: Alejandra Svriz

Hoy en día, muchos procesos se han agilizado gracias a la posibilidad de realizarlos online, desde hacer una gestión en el banco hasta comprar unas entradas para un espectáculo, pasando por escuchar música. El mundo educativo no ha sido ajeno a esta transición digital y cada vez son más los cursos y módulos formativos de distintas clases que se ofertan con la posibilidad de estudiarlos online, en ocasiones incluso exclusivamente.

Sin embargo, este desembarco tecnológico no convence a todos. Un ejemplo es el debate de las pantallas, cada vez más enconado, y sobre el que ya se han pronunciado en contra multitud de expertos, pediatras y administraciones públicas. Con todo, esta controversia suele circunscribirse a la utilización de dispositivos en la educación presencial, ya sea en el aula o para la realización de actividades complementarias (como los deberes). Pero las dudas no sólo revolotean sobre esta modalidad formativa, sino también a la apuesta por una educación completamente online, es decir, no presencial.

Sin embargo, la enseñanza online cuenta con algunas ventajas; un estudio de la Universidad de Guayaquil enumera al menos cinco: la posibilidad de acoger a un número de alumnos ilimitado, de compaginar mejor los estudios y el trabajo, de poder cursar un módulo formativo desde una gran distancia a la institución educativa y ahorrándose el alquiler de una vivienda, el dominio de las tecnologías de la información y la comunicación, y la inserción al sistema de educación superior a personas con algún tipo de discapacidad física.

Peores notas y más probabilidad de dejar la universidad

Por el contrario, señalan como desventajas el equipamiento tecnológico necesario para la visualización de las clases, la dificultad del acceso a internet en ciertas zonas, las distracciones que puedan crearse en el ambiente del estudiante, el hecho de que no hay una forma de que sea una educación regulada y que algunos docentes la ven como una amenaza a su forma actual de trabajo.

Otra investigación centrada en las carreras universitarias online y publicada en la revista American Economic Review muestra consecuencias más severas. Así, los estudiantes sacaban peores notas, conseguían menos créditos y tenían más probabilidades de dejar la universidad, en comparación con aquellos que cursaban la carrera de forma presencial. En cuanto al abandono de los estudios, este era un 8,5% más probable en los pupilos a distancia, además de ser un 9% menos propensos a seguir matriculados el semestre siguiente.

En lo referente a las notas, los alumnos online sacaban de media un aprobado, mientras que sus compañeros que estaban en el aula obtenían un notable bajo. Además, los estudiantes a distancia tenían un 12,2% menos de probabilidades de sacar un sobresaliente, un 13,5% de obtener un notable, un 8,5% de aprobar. Por último, el impacto de la educación online iba más allá de la duración del año en curso; cuando estos alumnos volvían a la enseñanza presencial, su media de calificaciones también bajaba.

Francisco López Rupérez no se atreve a ser tan contundente al respecto. En conversación con THE OBJECTIVE, el expresidente del Consejo Escolar del Estado (un órgano que asesora al Gobierno en materia educativa) apunta a que aún no se dispone de evidencia suficiente como para dar una respuesta concluyente a la pregunta de si la enseñanza online, particularmente la universitaria, presenta peores resultados que la prencial. «El hecho de que existan diferentes variedades de enseñanza online, cuya eficacia depende de la metodología empleada, explica, entre otras razones, la dificultad de la comparación sobre la base de una dicotomía simple presencial/a distancia», explica el también director de la Cátedra de Políticas Educativas de la Universidad Camilo José Cela.

A pesar de ello, López Rupérez afirma que una de las lecciones de la pandemia fue la necesidad en los alumnos de la interacción social, y del estímulo y el apoyo personal del profesorado, particularmente en los entornos desaventajados socialmente. «Esa dependencia del éxito escolar con respecto a la relación personal —y presencial— disminuye con la edad, pero aun así, y habida cuenta de la importancia de las relaciones entre cognición y emoción, establecida por la neurociencia, me inclino a pensar que la presencial es, incluso en la etapa universitaria, potencialmente más eficaz», señala el catedrático.

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