Un estudio alerta sobre el triple riesgo que corren los menores en internet

Internet es un mundo lleno de oportunidades, pero también de peligros. Sobre todo para los menores, el mundo online supone una mayor exposición a las problemáticas que presenta. Por ello, la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR) ha estado investigado en los últimos años, para llegar a la conclusión de que los datos son «muy preocupantes». Así lo confirman en su estudio Los riesgos se solapan para los menores en internet: el 16.5% sufre a la vez grooming, abuso en pareja y ciberacoso, realizado por Joaquín González Cabrera y Jessica Ortega-Barón, entre otros colaboradores.

Esta investigación «consultó a más de 3.500 estudiantes de toda España, de entre 10 y 15 años, y muestra la relación que hay entre tres riesgos frecuentes en internet: solicitaciones sexuales, cibervictimización entre iguales y abuso online en la pareja», como afirma en su propia nota de prensa. A esto añade que «más de un 12% de los menores consultados recibió solicitaciones a través de Internet, y más de un 6% llegó incluso interactuar sexualmente con adultos», siendo las chicas las que con más frecuencia reciben peticiones sexuales de adultos, «sobre todo en la franja de los 14 y 15 años».

Superposición de riesgos

Este trabajo pone de manifiesto, tras la recopilación de datos, que es necesario abordar de manera integral todas estas amenazas que investigan, ya que existe una relación tangible entre ellas. El motivo es que estos peligros asociados a internet «no se producen de forma aislada, sino que se solapan con frecuencia en un mismo individuo». Esto supone que, si un joven está siendo afectado por, por ejemplo, solicitaciones sexuales, está más expuesto a caer también en otro tipo de riesgos asociadas al uso de internet.

En primera instancia, hay que tener en consideración que los menores son los que más tiempo pasan sumergidos en internet. Joaquín Manuel González, investigador del Instituto de Transferencia e Investigación (ITEI) de UNIR, ha afirmado a THE OBJECTIVE que «el factor de riesgo es estar en internet», haciendo referencia a que cuanto más tiempo se consuma dentro de las distintas webs y apps, más probabilidad se tiene de caer en los tres riesgos enumerados.

«Los niños están afectados porque conviven con ello», continúa el investigador, dando así la clave de por qué los menores son los más afectados por estas problemáticas. A esto añade que «al final lo que buscan (los agresores) son los recovecos de las apps para confundir a los menores, y acceder a la información que tienen publicada», haciendo referencia a la manera en la que los agresores actúan dentro de la red.

Victimización

Uno de los motivos por los cuales estos peligros están superpuestos reside en la victimización de la persona afectada. Según el estudio, «los resultados mostraron que el 33,9% de los menores habían sufrido algún tipo de victimización online», a lo que Joaquín Manuel González añade que «la victimización llama a la victimización». Hace referencia a que, cuando un joven empieza a desempeñar el papel de víctima en una relación entre iguales, esto mella en su autoestima hasta tal punto que «empieza a creer que lo que está ocurriendo es culpa suya».

Esta dinámica hace más sensible a la víctima para caer en las amenazas que provienen del uso de internet, creando así una especie de círculo vicioso. Tal como afirma el investigador la victimización del individuo afecta al «sistema cognitivo» del individuo, ya que «hay variables que ayudan a procesar la información» que varían debido a esta dinámica.

Por tanto, al producirse un cambio cognitivo, se desarrolla una mayor vulnerabilidad a ser víctima de estas problemáticas. Por ello, según Joaquin, «la manera de conseguir que el menor no caiga en la victimización es la prevención. Si no cae en un principio, no estará debilitado».

Joaquín Manuel González, respondiendo a las preguntas de THE OBJECTIVE, explica que desde los años 2021 y 2022 se ha estado trabajando en Safety.net. Este es «un programa de prevención para este tipo de riesgos». Que un joven esté afectado por una de las amenazas supone su vulnerabilidad a que sea afectado por más de una. Por tanto, desde este programa buscan «abordar todos los riesgos» y dar «respuestas preventivas» para que los menores no caigan en ellos en primer lugar.

Calidad de vida

Estos riegos en internet también tienen un impacto sobre la calidad de vida de los menores, según el estudio. Han llegado a una serie de hipótesis que muestran que «si, por ejemplo, un menor está siendo afectado por uno de estos riegos, su calidad de vida disminuye considerablemente. E incluso más si está siendo afectado por tres», afirma el investigador. Este efecto ha sido estudiado sin centrarse en cuestiones concretas, ya que «la calidad de vida es un constructo global». Si se centra el foco en cuestiones concretas, como por ejemplo ansiedad o depresión en las víctimas, no sería posible llegar a una conclusión global. La calidad de vida) «es algo que si baja de manera global, significa que al individuo le pasa algo seguro», afirma Joaquín Manuel González.

Internet, tal como se muestra esta investigación, resulta ser un arma de doble filo. Los menores que son los que más expuestos están a él, son también los que más tienen que hacer frente a sus problemáticas, sobre todo teniendo en cuenta la vulnerabilización que se genera al caer en uno de los riesgos. Que se creen programas de prevención que se ocupen de salvaguardar la salud física y mental de los menores parece que puede dar solución, ya que la manera de minimizar los daños que el uso de internet genera es evitar que se caiga por primera vez en ellos.