'Oriente' y 'Occidente': dos conceptos que «continúan configurando las geopolíticas»
Expertos en Historia y Estudios Árabes, entre otros, analizan la importancia del orientalismo y el occidentalismo
«El orientalismo y el occidentalismo continúan configurando las geopolíticas actuales, desde las relaciones entre personas hasta las propias políticas en sí». Así lo ha asegurado Melike Akkaraka, experta en política internacional y discurso y una de las investigadoras que formará parte del reto ‘Orientalismo y occidentalismo: miradas cruzadas’.
Este «desafío» es el que abordará el Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra durante el curso 2024-2025. Así, la institución busca analizar de dónde proceden y cómo se propagan los discursos identitarios y esencialistas, a nivel tanto religioso como cultural y civilizaciocional. Además, estudiarán las dinámicas entre imperio y colonias y el concepto de la Justicia intergeneracional.
Por último, el reto busca ahondar en la relación entre teorías e ideologías poscoloniales con el surgimiento de los «estudios culturales», así como analizar las heterotopías culturales presentes en España. Este último concepto es uno sobre los que ha girado la presentación de los «primeros compases» de esta investigación, en la que también han intervenido Jaume Aurell, experto en Historia de Occidente, Javier GIl, experto en Historia Contemporánea de Irán y coordinador del equipo, y Sarali Gintsburg, experta en Estudios Árabes e Islámicos.
Para Gintsburg, una heterotopía es una «burbuja que existe dentro de un espacio más grande». Es decir, esos espacios «en los márgenes de las sociedades que tiene sus propias lógicas» y que, al mismo tiempo, reflejan y alteran la sociedad. Estas heterotopías cobran cada vez más importancia debido al aumento de la inmigración y, por tanto, la proliferación en Occidente de núcleos o «comunidades donde viven de acuerdo a costumbres, creencias o imaginarios distintos a los de la comunidad imperante en esa sociedad».
Al mismo tiempo, continúan cobrando importancia las narrativas, las historias. «Necesitamos historias para comprendernos y explicarnos; nuestra individualidad se construye a base de historias», ha asegurado Gil. Sobre la influencia de estas historias hay opiniones diversas, ya que, para Aurell, los relatos «responden a unas realidades, pero también son en sí mismo una realidad; a veces, incluso más importantes que esta».
Sin embargo, Akkaraka hace hincapié en que «las narrativas son interpretaciones y reinterpretaciones de lo que ocurre en el mundo. Por ello, una narrativa no puede cambiar la realidad en sí misma. Lo que sí cambia es el significado de esa realidad. Las narrativas son sobre la realidad; sobre cómo la interpretamos».
Y es que, precisamente, los conceptos de orientalismo y occidentalismo son fruto de una narrativa. El orientalismo responde a la «mirada europea», occidental, desde la cual se retrata a Oriente. «Esta enunciación sobre Oriente también implica una definición de Europa, que se entiende como lo opuesto a los rasgos de Oriente», explican los expertos. Por su parte, el occidentalismo es la «mirada y proyección de Oriente a Occidente».
La diferencia entre estos términos también lleva a la pregunta sobre qué es entonces Occidente y qué es Oriente. Para Javier Gil, «Occidente es la revolución constante, el cambio constante, la anarquía constante. Eso no ocurre en China, no ocurre en India». «Es muy reduccionista pensar que Occidente es una sola cosa. Hay muchas ramas que pueden ser Occidente, no sólo la liberal y demócrata», concluye el experto en Historia.
Esta mentalidad reduccionista es algo que también está presente a la hora de hablar de Oriente. «El discurso colonial ha creado una especie de imagen única del oriental y deja de lado la complejidad. Orientalismo no son solo estereotipos, sino la idea política de que Occidente es el centro y Oriente son los otros», ha explicado Akkaraka.