El Papa aprueba el primer paso para beatificar a Antoni Gaudí por sus «virtudes heroicas»
El arquitecto español es venerado desde hace década por muchos fieles como un referente espiritual
Antoni Gaudí.
Antoni Gaudí, el célebre arquitecto catalán y máximo exponente del modernismo, ha sido reconocido oficialmente por la Iglesia católica como «venerable siervo de Dios». El papa Francisco aprobó este lunes el decreto que reconoce sus «virtudes heroicas», primer paso hacia su posible beatificación y posterior canonización.
El pontífice, aún convaleciente de la infección respiratoria que le ha obligado a cancelar algunos actos públicos en los últimos días, recibió al prefecto del Dicasterio para la Causa de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, y firmó una serie de decretos, entre ellos el referido a Gaudí, fallecido en 1926 tras ser atropellado por un tranvía en Barcelona.
Con esta decisión, la Santa Sede constata que Gaudí —nacido el 25 de junio de 1852 en Reus o Riudoms, según las fuentes— vivió las virtudes cristianas «de manera heroica», un criterio esencial para avanzar en el proceso de santidad. El título de «venerable» no implica culto público ni implica un milagro, pero sí abre la puerta a que se pueda investigar una eventual intercesión milagrosa atribuida al arquitecto.
Conocido como el «arquitecto de Dios» por su profunda fe católica y por haber consagrado buena parte de su vida a levantar la basílica de la Sagrada Familia —una de las obras más reconocidas de la arquitectura religiosa contemporánea—, Gaudí murió en olor de santidad y desde hace décadas es venerado por muchos fieles como un referente espiritual.
La causa fue impulsada en el año 2003 por el arzobispado de Barcelona y recibió el respaldo tanto del Vaticano como de diversas asociaciones laicas. En 2010, durante su visita a la capital catalana, Benedicto XVI dedicó la Sagrada Familia como basílica menor, en un gesto que muchos interpretaron como un guiño a la futura santificación de su autor.
El proceso de canonización consta de tres etapas. Primero, el reconocimiento como «venerable», que ya se ha producido. Después, para ser proclamado beato, es necesario el reconocimiento oficial de un milagro atribuido a su intercesión. El último escalón, la canonización, exige un segundo milagro y la proclamación formal del Papa.
La causa de Gaudí se suma a otras figuras relevantes del siglo XX que la Iglesia estudia para los altares. De ser finalmente canonizado, se convertiría en el primer arquitecto santo de la historia moderna.
