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Muere el papa Francisco a los 88 años

El sumo pontífice ha sufrido una crisis asmática y se le ha realizado una transfusión de sangre este sábado

Muere el papa Francisco a los 88 años

El papa Francisco I, a finales de 2024. | Stefano Spaziani (Europa Press)

El papa Francisco, líder de la Iglesia Católica, ha muerto este lunes 21 de abril a los 88 años a causa de un ictus y de un colapso cardiocirclatorio irreversible, en su residencia de la Casa Santa Marta del Vaticano, según ha informado Vatican News en su cuenta de X y más tarde ha confirmado el camarlengo, el cardenal Kevin Joseph Farrel. El Pontífice había salido este Domingo de Resurrección al balcón principal de la basílica de San Pedro para impartir la bendición ‘Urbi et Orbi’: «Que el Señor nos bendiga a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo».

Según confirma el parte de defunción del director del Departamento de Salud e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli, esta tarde, el sumo pontífice ha fallecido como consecuencia de un ictus o accidente cerebrovascular y colapso cardiocirculatorio irreversible.

Francisco había recibido el alta médica el 23 de marzo tras haber estado ingresado más de un mes en el hospital por complicaciones en una infección polimicrobiana del tracto respiratorio. A esto se le sumó una neumonía bilateral que agravó, todavía más, su estado de salud.

Desde su salida del hospital, el Pontífice había aparecido en público en varias ocasiones. Este domingo también había recibido en un breve encuentro al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en su residencia de Santa Marta, donde continuaba con su recuperación.

Jorge Mario Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, en el seno de una familia de inmigrantes italianos. Su infancia transcurrió en el barrio de Flores, donde estudió en la escuela pública y, más tarde, en una escuela técnica, donde se formó como técnico químico. Su vocación religiosa lo llevó a ingresar al seminario. En 1958 se unió a la Compañía de Jesús, es decir, a los jesuitas. Fue el primer sumo Pontífice perteneciente a esta orden religiosa, así como el primer Papa americano. Todos sus predecesores fueron europeos.

Líder de los jesuitas argentinos

Durante su formación en la orden jesuita, Bergoglio estudió humanidades, filosofía y teología en diversas instituciones de Argentina y Chile. Fue ordenado sacerdote el 13 de diciembre de 1969 y, pocos años después, comenzó a destacarse en la comunidad religiosa. En 1973, con apenas 36 años, fue nombrado provincial de los jesuitas en Argentina, cargo que ocupó hasta 1979. En esa época, el país vivía una de sus etapas más oscuras bajo la dictadura militar (1976-1983) de Jorge Rafael Videla. Su papel durante aquellos años ha sido objeto de debate.

En ese período, Bergoglio era el provincial de la Compañía de Jesús en Argentina y tenía bajo su responsabilidad a los sacerdotes jesuitas en el país. Fue cuestionado durante la detención y tortura de dos sacerdotes jesuitas, Orlando Yorio y Francisco Jalics, quienes fueron secuestrados por la dictadura en 1976. Algunos críticos han señalado que Bergoglio no hizo lo suficiente para protegerlos, mientras que otros sostienen que intervino discretamente para conseguir su liberación.

El propio Francisco ha negado cualquier complicidad con la dictadura y, con el tiempo, varios testimonios han salido en su defensa, argumentando que ayudó en secreto a muchas personas perseguidas por el régimen, facilitando su salida del país. En 2010, fue llamado a declarar en un juicio sobre crímenes de lesa humanidad, donde negó haber colaborado con la junta militar. A pesar de las acusaciones, nunca se le imputó ningún delito. La polémica en torno a su actuación en aquellos años sigue dividiendo opiniones, aunque su papel como defensor de los derechos humanos y de los más vulnerables durante su pontificado ha fortalecido su imagen como líder de la Iglesia católica.

Juan Pablo II le nombra cardenal

En los años siguientes, Bergoglio continuó su labor pastoral y académica, convirtiéndose en rector del Colegio Máximo de San Miguel y profesor de teología. En 1992, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires y, en 1998, asumió como arzobispo de la ciudad. Durante su gestión, se caracterizó por su austeridad y cercanía con los sectores más vulnerables, evitando los lujos del episcopado y utilizando el transporte público en lugar de vehículos oficiales.

En 2001, Juan Pablo II le nombró cardenal, otorgándole un papel clave en la Iglesia argentina y latinoamericana. Desde entonces, Bergoglio fue adquiriendo notoriedad por su postura crítica frente a la corrupción y la desigualdad, así como por su perfil humilde y su compromiso con los pobres. En 2005, tras la muerte de Juan Pablo II, su nombre sonó como posible sucesor en el cónclave que finalmente eligió a Joseph Ratzinger, cuyo nombre secular fue Benedicto XVI.

Un papado cuestionado

La renuncia de este en febrero de 2013 abrió un nuevo proceso de elección papal. El 13 de marzo de ese año, Bergoglio fue elegido sumo Pontífice y adoptó el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, símbolo de humildad y servicio a los más necesitados.

Desde el inicio de su pontificado, Francisco impulsó reformas en la Iglesia, buscando una institución más transparente y cercana a los fieles. Abordó temas sensibles como los abusos sexuales dentro del clero, la lucha contra la pobreza y la crisis climática. Su estilo directo y su defensa de los migrantes y los desfavorecidos generaron adhesión, pero también críticas desde sectores más conservadores dentro del Vaticano. A lo largo de su pontificado, Francisco viajó a numerosos países, promoviendo el diálogo interreligioso y llamando a la paz en zonas de conflicto.

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