La UE obligará a implantar microchip a perros y gatos a partir de 2028: así será la medida
La medida subraya la importancia de identificar y cuidar responsablemente a las mascotas

Mascotas | Canva pro
La Unión Europea avanza en la protección de los animales de compañía con la aprobación de un marco común que, a partir de 2028, obligará a los propietarios de perros y gatos a implantar el microchip en sus mascotas. Tras meses de negociaciones, el Parlamento Europeo y el Consejo de la UE llegaron a un acuerdo provisional que establece normas uniformes para la identificación, cría, venta y bienestar de estos animales en los 27 países miembros, marcando un hito en la regulación del comercio y cuidado de mascotas en el continente.
El nuevo Reglamento de bienestar y trazabilidad de perros y gatos tiene como objetivo crear estándares mínimos comunes que garanticen la protección de los animales, independientemente del país en el que se encuentren. Entre las medidas más relevantes, se encuentra la obligación de que todos los perros y gatos estén identificados mediante microchip y registrados en bases de datos nacionales interoperables. Esta medida permitirá una trazabilidad más efectiva, ayudando a combatir el comercio ilegal de mascotas y a garantizar que los animales reciban un trato adecuado durante toda su vida.
Cómo funciona el microchip
El microchip, de tamaño reducido y generalmente implantado bajo la piel del cuello del animal, contiene un código único que identifica al ejemplar y lo vincula con los datos de su propietario. A diferencia de métodos tradicionales como chapas o tatuajes, esta tecnología es permanente, prácticamente indolora y difícil de manipular, lo que refuerza su eficacia frente al fraude y la venta ilegal de animales. Además, permite la identificación inmediata mediante un lector especializado, facilitando la labor de autoridades y veterinarios.
Plazos de adaptación para propietarios y profesionales
Los plazos para la adaptación a la nueva normativa varían según el tipo de propietario. Criadores, tiendas y refugios tendrán un período de cuatro años para cumplir con los requisitos, mientras que los propietarios particulares contarán con plazos más amplios: hasta 10 años para perros y 15 años para gatos. Esta diferenciación busca asegurar una transición gradual que minimice los impactos sobre los ciudadanos, evitando que la medida sea un obstáculo para quienes ya cuentan con mascotas en sus hogares. En España, la implementación será más sencilla para muchos, dado que la Ley 7/2023 ya contempla la obligatoriedad del microchip desde hace dos años.

Beneficios para el bienestar animal
El acuerdo europeo no solo persigue la identificación de animales, sino también la mejora de sus condiciones de bienestar. La normativa establece estándares sobre alojamiento, cuidados veterinarios y condiciones de vida, poniendo freno a prácticas de cría irresponsables que afectan a la salud y calidad de vida de los animales. Asimismo, la interoperabilidad de las bases de datos permitirá un seguimiento más eficiente de los movimientos de los animales dentro de la UE, facilitando la localización de mascotas perdidas o robadas y ofreciendo herramientas efectivas para combatir el comercio ilegal.
El impacto sobre los propietarios españoles será limitado en términos de cumplimiento, aunque aquellos que aún no hayan implantado el microchip deberán hacerlo dentro de los plazos establecidos. El procedimiento es sencillo, rápido y tiene un coste aproximado de 30 a 50 euros, incluyendo el registro en la base de datos. Más allá de cumplir con la normativa, el microchip aporta ventajas claras: aumenta las posibilidades de recuperar animales perdidos o robados y simplifica los trámites para viajar con mascotas dentro de la Unión Europea, requisito imprescindible para obtener el pasaporte europeo de animales de compañía.

Bases de datos interoperables, clave para el control
Uno de los elementos más innovadores del reglamento es la creación de bases de datos nacionales interoperables. Esto significa que la información de cualquier perro o gato registrado podrá ser consultada desde cualquier Estado miembro, mejorando el control de la procedencia y el historial de los animales. De este modo, las autoridades podrán detectar más fácilmente situaciones de maltrato o comercio ilegal y los servicios de protección animal tendrán herramientas para localizar a los propietarios de mascotas abandonadas o extraviadas, contribuyendo a reducir el número de animales en situación de desamparo.
Un estándar europeo para la protección animal
Con la entrada en vigor de esta normativa, la Unión Europea establece un estándar que combina protección, control y trazabilidad, asegurando que el bienestar de perros y gatos deje de depender de regulaciones nacionales dispares y se convierta en un derecho homogéneo para todos los ciudadanos europeos. La medida, que podría marcar un precedente para futuras políticas de bienestar animal, subraya la importancia de la identificación y la responsabilidad en la tenencia de mascotas, reforzando la idea de que la protección de los animales no es solo un compromiso legal, sino también social y ético.
