El cerebro se devora a sí mismo por la falta de sueño
La continua falta de sueño induce al cerebro a devorar de forma indiscriminada neuronas y conexiones sinápticas, que podrían impedir al desarrollo de enfermedades degenerativas, han concluido investigadores italianos en un estudio publicado por el diario científico The Journal of Neuroscience.
La continua falta de sueño induce al cerebro a devorar de forma indiscriminada neuronas y conexiones sinápticas que podrían impedir al desarrollo de enfermedades degenerativas, han concluido investigadores italianos en un estudio publicado por el diario científico The Journal of Neuroscience.
El equipo de neurocientíficos, liderado por la doctora Michele Bellesi de la Universidad Politécnica Marche de Italia, ha analizado la respuesta del cerebro de ratones a los que se les restringió el sueño. Los resultados mostraron que la falta de sueño acentúa la rápida pérdida de funciones neurológicas.
Como ocurre con todas las células del cuerpo, las neuronas del cerebro se renuevan constantemente mediante dos tipos distintos de células gliliales, conocidas por ser el pegamento de nuestro sistema nervioso. Las unidades microgliliales eliminan a las viejas y desgastadas, y los astrocitos reducen las conexiones sinápticas innecesarias del cerebro para renovar y reestructurar la función neuronal, en un proceso conocido como fagocitosis, procedente del griego ‘devorar’.
Este proceso, que en última instancia impide que desarrollemos problemas neurológicos, se producen cuando dormimos. Sin embargo, ahora el estudio demuestra que esto también sucede si el cuerpo no se beneficia de la suficientes horas de sueño. Lejos de ser bueno, el cerebro comenzará a ‘devorar’ sin ningún orden células y conexiones que quizá sí sean necesarias y que se han relacionado con enfermedades como el Alzheimer y otras enfermedades degenerativas.
La investigación no se ha llevado a cabo sobre el cerebro humano, pero los científicos han puntualizado que el hecho de que las muertes por Alzheimer hayan aumentado en un 50% desde 1999, junto con los problemas que tiene el ser humano para desarrollar hábitos de sueño saludable, indican la necesidad de seguir estudiando el proceso de fagocitosis como causa de enfermedades degenerativas.