Dormir menos de ocho horas perjudica el aprendizaje de los estudiantes de 15 años
El sueño es especialmente beneficioso para los adolescentes en su ánimo y en la capacidad memorística
El sueño es beneficioso para los adolescentes en su ánimo y en el aprendizaje, especialmente en la capacidad memorística. Un dato a tener en cuenta, ya que, según un reciente informe de la OCDE, la mitad de los jóvenes españoles de 15 años duerme menos de lo recomendado por los médicos. El 50% de los estudiantes de esta edad descansa menos de ocho horas diarias, lo que repercute en multitud de facetas, tales como la capacidad de aprendizaje, el bienestar psicológico, la satisfacción vital o la visión positiva sobre el propio cuerpo. Eso sí, la proporción de estudiantes que duermen poco en nuestro país es inferior a la media de la OCDE (57%).
El dato no es baladí teniendo en cuenta que, según el documento, «dormir lo suficiente tiene una relación más fuerte que cualquier otro comportamiento saludable con el bienestar psicológico y la satisfacción vital de los estudiantes». Es así como los alumnos que llevan una vida más sana, durmiendo bien, comiendo saludable y haciendo ejercicio con frecuencia, acaban siendo más optimistas, teniendo más energía y realizan mejor sus tareas.
En concreto, el sueño es especialmente beneficioso para los adolescentes en su ánimo y en la capacidad memorística, mientras que la falta de él «contribuye a una caída en el control cognitivo y en la vigilancia». Para un descanso óptimo, la población de 15 años de edad debe dormir entre ocho y diez horas, un extremo que sólo cumple todos los días un cuarto de los jóvenes de la OCDE. Por contra, un 14% de ellos afirma que nunca llega a descansar ocho horas. Los autores del informe señalan el uso de pantallas como el factor más determinante para explicar la reducción de horas de sueño.
Las chicas duermen menos
El documento también pone de manifiesto que las chicas tienen peores hábitos de salud que sus compañeros varones; no sólo duermen menos, sino que hacen menos ejercicio y tienden más a no desayunar antes de ir a clase. Esto se traduce en niveles más bajos de bienestar, satisfacción vital, bienestar psicológico, satisfacción relacional e imagen del propio cuerpo. Además, también presentan más ansiedad que los chicos, tanto en clase en general como en los exámenes en particular. A pesar de todo lo anterior, a la edad de 15 años, las adolescentes tienen más probabilidades de completar la educación terciaria (Bachillerato o FP básica).
En el campo de lo emocional —que como se ha mencionado está fuertemente influido por las horas de sueño—, también hay diferencias. Mientras los chicos, presentan mejores reguladores emocionales (como la resistencia al estrés, la confianza o la sociabilidad), sus compañeras son más tolerantes, empáticas y responsables, y están más motivadas.
Otra variable es la de los estudiantes que vienen de familias de menor nivel socio-económico. Estos tienen peores hábitos de salud, incluidas las horas de sueño, menos satisfacción vital y relacional, menos bienestar psicológico, una visión más negativa de sus cuerpos, así como mayor ansiedad en clase y ante los exámenes. También muestran menores niveles en todas las competencias en relación con sus compañeros. En lo emocional, son menos creativos, tolerantes y curiosos, así como asertivos, sociables y empáticos.
Riesgo de depresión
Por otra parte, la Universidad de Granada realizó recientemente otro estudio en el que analizó la asociación entre sueño, depresión y rendimiento cognitivo en la adolescencia, observando variables como el razonamiento inductivo, la comprensión lectora y el pensamiento matemático.
Los resultados mostraron «relaciones bidireccionales significativas» entre las variables relacionadas con el sueño y la depresión, y entre estas últimas y el rendimiento cognitivo. Entre las principales conclusiones se pueden señalar que el sueño «no siempre afecta al rendimiento cognitivo de forma directa en la adolescencia» y que el rasgo depresivo se ha visto «más relacionado» con lo que se pueda rendir cognitivamente que el estado mismo de depresión.
En cuanto a las variables sociodemográficas, las chicas declararon dormir peor y tener más síntomas depresivos que los chicos. Por su parte, los estudiantes más jóvenes participantes en este estudio «declararon dormir mejor, pero rendir peor que los mayores».
En el estudio, publicado en la revista científica European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, participaron 244 alumnos de entre 12 y 17 años, el 47,6% chicos y el 52,4% chicas.