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Educación

Los programas de refuerzo para los peores estudiantes aumentan las notas de toda la clase

La mejora en las calificaciones es de siete décimas para quienes reciben apoyo y de casi dos para sus compañeros

Los programas de refuerzo para los peores estudiantes aumentan las notas de toda la clase

Una alumna recibiendo una clase particular. | Freepik

Diversos estudios y estadísticas publicados en los últimos meses, como el informe PISA o los datos sobre abandono escolar temprano, han dejado al descubierto las costuras del sistema educativo español. Ante las dificultades de aprendizaje de los escolares, una de las reacciones principales por parte de las Administraciones públicas, del Gobierno central a los autonómicos, ha sido la de poner en marcha planes de refuerzo educativo. Estos programas se han centrado particularmente en las dos materias que más determinan el rendimiento escolar y, más adelante, el futuro profesional: las matemáticas y la comprensión lectora.

Paralelamente a estos planes de refuerzo, dirigidos al conjunto del alumnado, el sistema educativo también cuenta con programas de apoyo educativo específicos para aquellos estudiantes con mayores dificultades de aprendizaje. Tal y como publicó THE OBJECTIVE, este grupo de alumnos cada vez va a más, ya que durante el curso 2022-2023 supuso el 12% de total, más del doble que hace sólo una década.

Refuerzo para unos pocos, mejoría para todos

Esta segunda clase de iniciativa, la del refuerzo educativo pensado para los alumnos con más problemas, es especialmente interesante porque sus efectos se observan más allá de los estudiantes a los que va dirigida. Eso es al menos lo que defiende un estudio publicado hace unas semanas por expertos del Banco Interamericano de Desarrollo, así como de la Universidad de Nápoles. La investigación señala que las políticas educativas que se centran en mejorar el rendimiento de los estudiantes con más dificultades no solo benefician a esos alumnos, sino que también tienen el potencial de mejorar el rendimiento de sus compañeros de clase.

Los autores del estudio analizan un experimento llevado a cabo en varias escuelas de Colombia, donde se aplicó una intervención educativa destinada a mejorar las habilidades de lectura de los estudiantes con dificultades. Estos colegios fueron divididos aleatoriamente en grupos de tratamiento y de control. En las escuelas de tratamiento se proporcionó un apoyo adicional en lectura a los estudiantes más rezagados, mientras que en las escuelas de control no se implementó ninguna intervención específica.

Los resultados mostraron una mejoría de casi siete décimas en las calificaciones de los alumnos que recibieron la formación extra, algo esperable. Sin embargo, uno de los hallazgos más importantes del estudio es que los estudiantes que no recibieron refuerzo educativo directo en las escuelas de tratamiento (es decir, los estudiantes con mejores rendimientos) también mostraron mejoras en sus resultados académicos. Así, los jóvenes no tratados aumentaron en casi dos décimas sus notas en comparación con estudiantes similares en las escuelas de control. Puede parecer una diferencia pequeña, pero los académicos la consideran estadísticamente significativa.

Los beneficios del peer effect

Entre los motivos que podrían explicar esta mejora de resultados, los investigadores destacan tres. Para empezar, el papel de los maestros. Una posible explicación es que la intervención educativa podría haber llevado a los maestros a ajustar sus esfuerzos de manera que beneficiaran a todos los estudiantes, no solo a aquellos con bajo rendimiento.

Otro posible mecanismo es la reducción de comportamientos disruptivos en el aula. Los estudiantes con bajo rendimiento suelen tener más probabilidades de mostrar comportamientos problemáticos que pueden interrumpir el aprendizaje de los demás. Al mejorar sus habilidades de lectura y su participación en el aprendizaje, es posible que estos estudiantes se hayan comportado de manera más adecuada en el aula, lo que habría beneficiado a sus compañeros.

Finalmente, los autores también consideran las interacciones directas entre los estudiantes. Es decir, los estudiantes con mejores habilidades podrían haber ayudado a sus compañeros con más dificultades, o los estudiantes rezagados podrían haber mostrado una mejora en su motivación y comportamiento como resultado de la intervención, lo que a su vez benefició a toda la clase.

La investigación viene además a dar otro sentido al concepto académico del peer effect (que podría traducirse como «efecto del compañero»), que tiene que ver con las implicaciones que el rendimiento de un alumno tiene sobre sus colegas en el aula. Con todo, hasta ahora se había analizado el peer effect sobre todo en su vertiente negativa, por ejemplo en la forma en que los estudiantes con mal comportamiento o bajo rendimiento pueden arrastrar a sus compañeros hacia abajo. En contraste, este estudio busca demostrar que los efectos positivos también son posibles, especialmente cuando se aplican políticas diseñadas a ayudar a los estudiantes que tienen mayores dificultades.

Los autores del estudio recomiendan que los responsables políticos deberían considerar expandir los programas que proporcionen refuerzo educativo adicional a los estudiantes rezagados. Esto es particularmente relevante, señalan, en países en desarrollo o en aquellos con altos niveles de desigualdad educativa, donde los estudiantes de bajo rendimiento suelen estar en desventaja significativa en comparación con sus compañeros.

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