Un estudio asegura que los combustibles sintéticos contaminan igual que la gasolina
Según un informe de T&E los automóviles que funcionan con e-combustibles emiten tanto óxido de nitrógeno como los que usan combustibles fósiles
En la búsqueda de una solución para seguir usando motores de combustión en los vehículos sin que sea dañino para el medioambiente, los combustibles sintéticos, también conocidos como e-combustibles, se plantean como la principal solución, y por eso algunos fabricantes automovilísticos e incluso algunas energéticas apuestan por su desarrollo. Sin embargo, existe todavía mucha polémica a su alrededor, y es que hay quien cuestiona que su uso realmente contamine menos que los combustibles fósiles. El último en hacerlo, un informe de la organización Transport & Environment, que asegura que este tipo de combustibles contamina el aire igual o más que la gasolina.
Los combustibles sintéticos no son otra cosa que combustibles creados en un laboratorio a través de algún proceso químico. No es una idea nueva, pero sí lo es el hecho de que se produzcan a través de energía renovable. «Lo que se busca es tener combustibles lo más parecidos a los actuales, pero cuyo origen no sea fósil sino de fuentes renovables», explica a THE OBJECTIVE José María García, del departamento CMT-Motores Térmicos de la Universitat Politècnica de València.
Según el estudio de T&E, encargado a IFP Energies Nouvelle, los automóviles que funcionan con combustible sintético emiten tanto óxido de nitrógeno como los que usan combustibles fósiles y más monóxido de carbono y amoníaco. A esta conclusión han llegado tras realizar un estudio de laboratorio comparando el uso de 100 litros de combustible sintético, que tuvieron que fabricar debido a la escasez de producción en la actualidad, con el uso de gasolina E10, estándar en la Unión Europea.
Menos partículas pero más óxido de nitrógeno
El informe asegura que en todas las pruebas se observó una reducción de la emisión de partículas de un 97% en el laboratorio y de entre un 81% y un 86% en las pruebas en carretera. Sin embargo, apunta que a pesar de que hay una gran diferencia con la gasolina, «la contaminación por partículas está lejos de ser eliminada».
En cuanto a los óxidos de nitrógeno, el informe señala que no hay diferencia entre los combustibles sintéticos y la gasolina. Sí apuntan a una diferencia en cuanto al monóxido de carbono, pues aseguran que las emisiones fueron hasta tres veces mayores en los test en el laboratorio y entre 1,2 y 1,5 veces más en carretera.
Pero esto no es algo que debería sorprender, explica García. «Al final son combustibles, con eso no engañamos a nadie. En general, todas las emisiones son similares y si miras el estudio puede que en algún punto alguna sea un poco más elevada, pero en partículas por ejemplo se reduce en masa», señala. Sin embargo, pueden tener ventajas frente a la gasolina porque «el valor de estos combustibles está en cambiar el origen» y no agotar recursos que tienen un límite.
Las petroleras defienden los e-combustibles
El estudio ha tardado bien poco en recibir las primeras críticas, principalmente por parte de las empresas que desarrollan proyectos con este tipo de combustibles. Una de las más rápidas ha sido de la de Concawe, una organización europea que agrupa a numerosas compañías petroleras y que a menudo lleva a cabo estudios e investigaciones sobre todo aquello que afecta al sector.
En una carta publicada en respuesta a los datos de T&E, afirman que han «llevado a cabo un minucioso análisis del contenido científico y técnico del informe y concluye que, en un sentido basado estrictamente en la ciencia, algunos aspectos como la composición de los combustibles sintéticos, las emisiones y la neutralidad climática se habrían beneficiado de un análisis y una interpretación más cautelosos». Consideran que los datos obtenidos en las pruebas se han sacado de contexto y que, por tanto, se han llegado a conclusiones erróneas.
En sus propias conclusiones, Concawe afirma que los vehículos probados por T&E «muestran muy pocas emisiones, al menos un 50% por debajo de los límites permitidos y más de 500 veces menos en algunos parámetros».
Son conscientes de que para mejorar la calidad del aire en zonas urbanas hay que tomar medidas y aseguran que los combustibles sintéticos «pueden competir con las baterías de vehículos eléctricos en las emisiones de CO2». «Los combustibles líquidos bajos en carbón son una oportunidad para reducir las emisiones de CO2 en el transporte por carretera, sumado a la electrificación de la flota», defiende la organización.
E-combustibles como transición hacia otras formas de energía
«Estos combustibles los planteamos como una suavización de la transición a una situación donde ya se utilice sobre todo hidrógeno y electricidad», explica García. La idea es que eviten «un paso abrupto de tener que invertir en transicionar rápidamente desarrollando redes, desarrollando electrolizadoras, etc.», señala.
Mientras se crea una infraestructura para que sea viable que se utilicen a gran escala los vehículos eléctricos o con hidrógeno, estos combustibles permiten «amortizar más la infraestructura de desarrollo y distribución, que cuesta dinero», ya que se pueden seguir usando los motores que ya existen, apunta García.
Además, afirma que los estudios que se han llevado a cabo al respecto apuntan a que a largo plazo, los motores de combustión seguirán siendo necesarios «en escalas grandes de potencia, transporte por carretera y transporte marítimo», por lo que los e-combustibles podrían ser una buena opción para que sigan funcionando pero con un balance de CO2 más neutro que los combustibles fósiles.
Aunque podía ser una buena transición hacia otras formas de generar energía, todavía no se están produciendo este tipo de combustibles a gran escala. «El conocimiento básico está, lo que falta ahora es escalar los problemas», dice García. Muchas refinerías tienen proyectos en marcha para crear e-combustibles, pero «estamos en un periodo de mucha incertidumbre» y las inversiones en estos temas son todavía arriesgadas.