Este es el truco para que las orquídeas florezcan en invierno y verano
Coloca tus orquídeas en un espacio con buena ventilación y lejos de fuentes de calor directo como radiadores
Las orquídeas son unas de las plantas más apreciadas por jardineros y amantes de la naturaleza. Aunque comúnmente se asocia su floración con la primavera o el verano, existen formas de mantenerlas floreciendo todo el año, incluso durante las estaciones más frías.
No obstante, hay que tener en cuenta que hacer que tus orquídeas florezcan durante todo el año, incluso en invierno, requiere paciencia y atención. Con el aporte adecuado de luz, temperatura, riego, humedad y nutrición, puedes disfrutar de sus hermosas flores durante todas las estaciones.
Qué necesitan las orquídeas
Lo primero que debes entender es que no todas las orquídeas son iguales. Existen alrededor de 30.000 especies diferentes, cada una con sus propias particularidades. Sin embargo, muchas de las orquídeas que tenemos en casa pertenecen a la especie Phalaenopsis, también conocida como orquídea mariposa.
Esta variedad en particular es famosa por su facilidad de cultivo y por su capacidad de florecer varias veces al año. El éxito en el cuidado de tus orquídeas depende de satisfacer las necesidades específicas de luz, temperatura, riego y nutrición que requieren.
1. Luz
La luz es un factor determinante para la floración de las orquídeas. En invierno, cuando los días son más cortos y la luz natural es más tenue, es fundamental asegurarse de que tus orquídeas reciban suficiente luz indirecta. Un truco es colocarlas cerca de ventanas orientadas al sur o al oeste, ya que son las que reciben más luz durante el día. Si vives en una zona donde los inviernos son especialmente oscuros, el uso de luces artificiales de espectro completo puede marcar la diferencia.
En verano, las orquídeas también necesitan luz, pero hay que tener cuidado con la luz solar directa, ya que puede quemar sus hojas. Colocarlas en una zona con sombra parcial, como una ventana con cortinas, es una buena opción.
2. Temperatura
El control de la temperatura es otro aspecto crucial. Durante el verano, las orquídeas se desarrollan bien entre los 18 y 28ºC. Sin embargo, en invierno, aunque se pueden mantener en ambientes más frescos, es importante que no estén expuestas a temperaturas inferiores a 15ºC, ya que esto podría dañarlas.
Un truco para fomentar la floración es recrear un pequeño choque térmico al final del verano o principios del otoño. Al bajar ligeramente la temperatura nocturna (unos cinco grados menos que durante el día) durante un par de semanas, estimulas a la orquídea a entrar en su ciclo de floración.
3. Riego
Uno de los errores más comunes en el cuidado de orquídeas es el exceso de riego. Estas plantas no toleran bien el exceso de agua, ya que sus raíces son muy sensibles a la pudrición. En verano, es recomendable regarlas una o dos veces por semana, dependiendo del nivel de humedad y temperatura de tu hogar.
En invierno, cuando la planta se encuentra en un periodo de semi-descanso, el riego debe reducirse considerablemente. Regar cada diez o quince días suele ser suficiente, siempre asegurándote de que el sustrato esté completamente seco antes de volver a regar. Además, es crucial evitar el uso de agua fría directamente sobre las raíces, ya que puede dañarlas.
4. Humedad
Aunque las orquídeas provienen de climas tropicales y húmedos, pueden adaptarse bien a ambientes más secos, siempre y cuando se les proporcione una fuente constante de humedad. En verano, cuando el aire es más seco, puedes colocar un plato con agua debajo de la maceta (sin que toque directamente las raíces) o utilizar humidificadores para mantener un nivel de humedad adecuado.
Durante el invierno, el uso de la calefacción puede secar aún más el ambiente. Colocar tus orquídeas en un espacio con buena ventilación y lejos de fuentes de calor directo, como radiadores, es esencial. Además, pulverizar las hojas con agua a temperatura ambiente de vez en cuando puede ayudar a mantenerlas saludables.
5. Nutrición
Las orquídeas necesitan una dosis adecuada de nutrientes para florecer en todo su esplendor. El uso de un fertilizante específico para orquídeas es ideal, y debe aplicarse de manera regular durante el periodo de crecimiento activo, es decir, en primavera y verano.
En invierno, aunque las orquídeas no están en pleno crecimiento, seguir proporcionando nutrientes (pero en menor cantidad) ayudará a que se mantengan fuertes. Lo recomendable es fertilizar una vez al mes en invierno, mientras que en primavera y verano se puede aumentar la frecuencia a cada dos semanas.
6. Reposo en invierno
Aunque muchas personas creen que las orquídeas no florecen en invierno, esto no es del todo cierto. Si bien algunas especies entran en una fase de reposo, la Phalaenopsis, por ejemplo, puede continuar floreciendo bajo las condiciones adecuadas. Si sigues los consejos anteriores y mantienes un ambiente óptimo para la planta, verás cómo las flores continúan apareciendo.