Australia será uno de los países más contaminantes en 2030 por sus proyectos mineros
«Con las expansiones previstas de los proyectos de carbón y gas, Australia puede ser responsable del 17% de las emisiones globales para 2030», explica la ACF
Australia será uno de los países más contaminantes del planeta en el año 2030 si mantiene sus planes de expansión sobre la industria de extracción de combustibles fósiles, según alerta un estudio de la Fundación Australiana de Conservación (ACF, por sus siglas en inglés).
Actualmente, Australia contribuye a un 5% del total de la contaminación mundial si se suman las emisiones a nivel doméstico de gases de efecto invernadero y las exportaciones de gas, combustibles y carbón.
Esta cifra se triplicará en algo más de una década si continúan los planes de exportación de los grandes proyectos mineros, entre los que se encuentra el controvertido plan para crear en el estado de Queensland la mina de carbón más grande del mundo.
«Con las expansiones previstas de los proyectos de carbón y gas, Australia puede ser responsable del 17% de las emisiones globales para 2030″, ha afirmado Gavan McFadzean, en representación de la ACF.
«La quema de carbón y gas son la primera causa de la crisis climática y Australia es la primera exportadora de ambos, con cantidades que aumentarán dramáticamente en los próximos años», apunta en un comunicado McFadzean, gerente del programa de Cambio Climático y Energía Limpia de la fundación.
En la actualidad, Australia se sitúa junto a Rusia en el quinto puesto de los principales contaminadores a nivel mundial, por detrás de India, la Unión Europea, Estados Unidos y China, según los datos del instituto de estudios climáticos Climate Analytics, que también participa en el estudio sobre las futuras emisiones de Australia.
Australia, que estudia varios proyectos para la explotación de reservas de gas, registra un aumento constante de las emisiones de gases contaminantes desde 2013, cuando la coalición conservadora llegó al poder y derogó el impuesto a la emisión de gases contaminantes.
Los ecologistas critican la posición de Canberra de continuar con los proyectos para expandir la industria de combustibles fósiles en detrimento del acuerdo de París, que busca contener el calentamiento global en el umbral del 1,5 grados respecto a los niveles de 2005.