Las acciones de minería en criptomonedas despegan

Tras el ya conocido «cripto-invierno» vivido en 2022, en el que el mercado de las criptomonedas se desplomó al igual que la mayoría de mercados de inversión, 2023 trajo un soplo de aire fresco. Con él prácticamente todo el mercado ha remontado, y las principales monedas, como Bitcoin o Ethereum, han llegado a prácticamente triplicar su cotización desde los mínimos marcados en 2022.

Más allá del propio mercado de las criptomonedas, que todavía implica una barrera de entrada para muchos inversores particulares, existen diversos productos financieros, como acciones bursátiles o fondos cotizados, que también permiten tener en cierta medida exposición al mercado cripto y que por ello durante los últimos meses han experimentado importantes revalorizaciones. 

Las «acciones cripto» son empresas cotizadas en bolsa que operan negocios que están altamente expuestos al mercado de criptomonedas o a la tecnología blockchain. Estas acciones incluyen empresas de minado de criptomonedas, populares webs de intercambio de activos, grandes firmas especialistas en tecnología blockchain y otras empresas que tienen acumulan abultados saldos de criptomonedas en sus balances. Las cotizaciones de estos títulos pueden estar altamente correlacionadas con las fluctuaciones de precios de las criptomonedas, haciéndolas extremadamente volátiles e impredecibles. Aun así, al negociarse desde brókeres tradicionales como los que incorporan los bancos minoristas, suponen una alternativa interesante para muchos inversores.

El auge de las acciones de minería

Las empresas de minería de criptomonedas son quizás el tipo de acción cotizada más cercano a la propia naturaleza y funcionamiento de las criptomonedas. Estas compañías utilizan una red de ordenadores para resolver problemas computacionales complejos con el fin de validar transacciones en una cadena de bloques o blockchain, y generar como recompensa nuevas unidades de criptomonedas. 

La criptomoneda puede luego ser retenida en los balances de la empresa, que busca el momento óptimo para introducirla en el mercado o venderla a las casas de cambio de criptomonedas que a su vez la venderán a minoristas. De este modo, lo que hacen estas empresas es emitir nuevas unidades de moneda e introducirlas al mercado, siendo algo similar a lo que realizan las compañías de minería de oro o diamantes, o incluso un banco central que aumenta la base monetaria de una divisa en función a la política monetaria.

Algunos de los grandes nombres en la industria de la minería de cripto incluyen Riot Platforms, Marathon Digital Holdings, HIVE Blockchain Technologies, que cuentan con importantes instalaciones de equipos informáticos y plantas propias de energía renovable, principalmente en Norteamérica. También existen otras compañías directamente relacionadas, como Canaan, que no sólo se dedican al minado, sino que son fabricantes de los procesadores y chips especialmente diseñados para la minería de criptomonedas y proveen a buena parte de la industria.

Marathon Digital es la acción más negociada

Entre los títulos vinculados a la minería de criptomonedas, y tras un desplome de su cotización en 2022, Marathon Digital se ha revalorizado durante 2023 la friolera de un 813% hasta tocar una capitalización de casi 7.000 millones de dólares. Debido a la más que inminente aprobación de un fondo cotizado de Bitcoin al contado a inicio de 2024, las acciones las empresas de minería están viendo importantes repuntes en su cotización. En las últimas 24 horas Marathon Digital ha visto más de 105 millones de acciones en volumen de negociación, superando a las acciones de grandes empresas tecnológicas como Tesla, ADM, Intel o Apple, según los datos de Yahoo Finance.

Una inversión no exenta de riegos

Debido a su alta volatilidad, el mercado de criptomonedas conlleva un cierto nivel de riesgo y los cambios bruscos de precios son más que frecuentes, especialmente entre monedas de baja capitalización. Por ello, invertir en productos financieros vinculados a las criptomonedas supone también asumir una parte de esta volatilidad, y por ello es imprescindible operar tras unos pasos previos, como conocer la tolerancia al riesgo e implementar una sólida estrategia de gestión de riesgos.

Aunque las criptomonedas implican un nivel de riesgo por su carácter disruptivo, también tienen el potencial de ofrecer retornos desproporcionados como se ha visto en 2023. Cuando Bitcoin comenzó en 2009, la moneda digital tenía esencialmente muy poco valor al ser poco más que un experimento financiero y tecnológico incipiente. En los años siguientes, su precio saltó a unos pocos céntimos hasta decenas de miles de euros, y esto ha llevado a ver el nacimiento del ecosistema financiero en el que hoy se puede participar.